El Real Madrid nunca será un equipo de pueblo sino de elites. Jugadores caros, merchandising como pocos y relaciones con el poder. Desde el dictador Francisco Franco, pasando por Santiago Bernabéu (el estadio lleva su nombre), hasta Florentino Pérez, el dirigente todopoderoso de Madrid y de España con pies en todo el mundo. Un pulpo. Su incidencia en la política es tremenda. “Su imperio, construido sobre dos patas principales: ACS y Real Madrid —hormigón y fútbol—”, se lee al comienzo de Florentino Pérez, el poder del palco, gran libro escrito por el periodista español Fonsi Loaiza y publicado por la editorial Akal. Son 192 páginas que se leen sin parar sobre un personaje que se construyó con impunidad y corrupción. Un entramado de relaciones oscuras que se arma y desarma en el palco del Bernabéu.

“Ser presidente del Real Madrid no da poder. En el palco del Bernabéu transmitimos valores y nunca se hace negocio. Es un lugar de encuentro plural de todo tipo de ideologías y condiciones. El 1 de mayo coincidieron aquí los líderes sindicales y el ministro de Trabajo”, se cita a Pérez en lo que es un mensaje para ingenuos. Sin embargo, como leeremos, cada nombre que pasó por ese famoso palco terminó manchado por acciones oscuras.

“En sólo tres meses -le dice el autor a Página 12- el libro va ya por la cuarta edición. Pronto estará en Latinoamérica. Ya está disponible en Amazon y es el más vendido aquí en España en 2022”. Pero “lamentablemente ningún medio de prensa escrita ha hecho una reseña en mi país. Los tiene secuestrados Florentino Pérez. Es el tipo más poderoso del país y tiene cabezas de periodistas cortadas por críticas mucho menos fuertes que la mía. Sabía que me vetarían”.

100 filiales en paraísos fiscales, novena fortuna de España con un patrimonio personal de 1.768 millones y otros 40 millones en fondos para su jubilación. La empresa de Florentino Pérez, ACS, tiene alrededor de 180 mil empleados, opera en más de 50 países y factura más de 100 millones de euros al día. Y escribe el periodista español Pascual Serrano en el prólogo: “A la sombra de Florentino Pérez, los periódicos despiden a periodistas, los bancos concedieron préstamos al club madridista que luego debieron cubrir con rescates bancarios, los futbolistas millonarios lograron evitar multas de Hacienda, algunos diputados pasaron a la nómina del Real Madrid”.

Le decían Tinín o Floro y no era un destacado estudiante. Tampoco era de los buenos jugando al fútbol y admiraba a Alfredo Di Stéfano, a quien iba a ver con sus padres al estadio, ya a sus tres años. Loaiza detalla cómo fue el tibio desempeño de Florentino en la política y qué significó el fútbol en el crecimiento de su fortuna. Refiere a sus relaciones con el alcalde franquista Juan de Arespacochaga tras ser nombrado a mediados de los 70 director general del lobby AEC (Asociación Española de la Carretera) y su posterior desempeño como delegado de Servicios de Saneamiento y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid. En los 80 “Floro iba y venía semanalmente de Madrid a Barcelona para las gestiones de la empresa y cultivar los tratos personales con los políticos convergentes, ya que las ganancias de la empresa dependían de las adjudicaciones públicas en Cataluña”. Ya en los 2000, y tras ganar las elecciones como presidente del Real, apostó por los Galácticos. El fichaje de David Beckham se negoció con referentes del Manchester United en la isla italiana de Cerdeña. Era indispensable para convertir al Real en una marca vendedora. “El márketing deportivo como fuente de financiación”, define Loaiza.

Bajo el mandato de Aznar, Florentino se convirtió en el mayor constructor del país. Además, “ACS fue la primera empresa española en llevarse un contrato en Iraq tras la guerra. Ambos exhibieron el cariño que se profesan en el palco en la décima Champions del Real Madrid en Lisboa”.

La tapa de la biografía no autorizada de Florentino Pérez.

La remodelación del nuevo Santiago Bernabéu resultó “una estafa social con un funcionamiento que bordea lo criminal por parte de adictos al poder en búsqueda permanente de capital”, describe el autor. En su lista de contactos no falta nadie que debiera conocer los juzgados. Entre ellos, el recordado Jesús Gil y Gil (Atlético de Madrid). Hay muertes dudosas, suicidios, escuchas telefónicas, amenazas a fiscales y hasta aprietes a través de la prensa, como el que sufrió Ancelotti al negarse a jugar con Gareth Bale, por el que el presidente pagó una fortuna.

La empresa de Pérez construyó el SoFi Stadium, “el estadio más caro de la historia, donde se disputó la final de la Superbowl en 2022, la final del Mundial de fútbol en 2026 y la ceremonia de apertura y de clausura de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028”.

Sus tentáculos abarcan autopistas, hidroeléctricas, gasoductos, escuelas infantiles, residencias de mayores, servicios de limpieza de, entre otros, el Congreso de los Diputados, de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, lavandería, catering en hospitales y construcción de estaciones de tren”.

Las firmas de Florentino construyeron también en Colombia y México. El economista catalán Gay de Liébana había dicho en 2014 que “los fichajes realizados por el Real Madrid de Florentino servían para favorecer negocios de la constructora ACS” y citó los casos de James Rodríguez y Chicharito Hernández: “Se fichó a James y a ACS se le asignó una gran obra por la que va a facturar 696 millones de euros. Fue en un viaje que hizo el presidente de ACS con la vicepresidenta del Gobierno a Bogotá. Se vieron con el presidente colombiano Santos después del fichaje de James Rodríguez. A raíz de ahí le adjudican la obra. Es una autopista. La primera fase de todo un tramo por el que factura 696 millones de euros. Luego tenemos el tema de Chicharito. Que llega en el último minuto, en el tiempo de descuento. El día que se anunció esto conocimos, horario de México, que Norman Foster presentó la maqueta al presidente de México de lo que será el nuevo aeropuerto de México DF: 9.000 millones de dólares que buscan constructora”.

Su empresa fue denunciada por subcontratar a personas con discapacidad en condiciones de semiesclavitud. En tiempos de pandemia despidió a 200 trabajadores a pesar de ganar en el primer semestre de 2020 “más de 350 millones de euros”.

“Su dominio es absoluto y su empresa se cuela en la vida diaria de los madrileños como en una especie de dictadura del dinero”, escribe Loaiza. Pero hay una síntesis mejor, que también se lee en El poder del palco: “Gobierne quien gobierne, el que gana siempre es Florentino, uno de esos personajes siniestros que, siendo vagones de cola como políticos, se subieron al tren del negocio del fútbol y lograron acaparar mucho más poder que los representantes elegidos en las urnas en las supuestas democracias liberales”.