La aparición del titular de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, considerando que el ajuste del Salario Mínimo Vital y Móvil debería incrementarse un 25 por ciento. Si bien ese debate con el Gobierno tiene fecha y hora, el próximo 27 de junio, lo cierto es que ese porcentaje se acuerde este jueves y viernes cuando la crema del gremialismo se reúna con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en Ginebra, Suiza, durante la asamblea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ayer, Caló hizo declaraciones en una radio donde afirmó que el salario mínimo tendría que tener un incremento tal que llegue a 10 mil pesos y que marcará el piso de los nuevos ingresos laborales. Su declaración se produce pocas horas antes de que buena parte de los secretarios generales de los principales gremios que integran la CGT se vean cara a cara con Triaca y, sobre todo, lejos de oídos indiscretos.

Triaca había anunciado la decisión del gobierno de convocar al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil y el lunes pasado la formalizó a través del Boletín Oficial. El encuentro está previsto para el 27 de junio a las 16 en la sede del Ministerio y allí tienen que sentarse funcionarios, sindicalistas y empresarios. 

“Es lo mínimo que se tiene que pedir”, indicó Caló. Se refería al 25 por ciento contra el 20 que ofrece el gobierno nacional que ata ese porcentaje al promedio con el que se están cerrando las negociaciones paritarias.

En los mentideros gremiales el porcentaje que lanzó Caló es considerado como el número para sentarse a negociar pero consideran que el número final será más cercano al que propone el gobierno. En ese sentido, el salario mínimo pasará de 8.060 pesos a 9.672 pesos.

Por si acaso, el líder de los metalúrgicos dijo en la entrevista radial que lo suyo es una opinión porque son “los compañeros de la CGT los que lo tienen que tratar. Estaría muy mal que yo pusiera una cifra y los compañeros piensen otra; no hablamos todavía de esto”, indicó aunque insistió que el porcentaje que más le gusta es del 25 por ciento.

Desde el fin de semana pasada por el aeropuerto de Ezeiza pasó buena parte de la conducción gremial de la CGT. Las reuniones de la OIT comenzaron el lunes pero los días más fuertes serán este jueves y viernes. Formalmente el  que más trabajo tendrá es el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez, quien debe exponer y reunirse con Triaca. Pero en estos dos días la conducción sindical aprovechará la oportunidad para encontrarse con Triaca y su equipo y una delegación de empresarios que también están presentes para comenzar a delinear el futuro del salario mínimo.

El encuentro también servirá para resolver los montos del seguro por desempleo. Desde mayo del año pasado este seguro asciende a 3000 pesos y quedó atrasado ante la inflación y la devaluación que vive el país desde diciembre de 2015. Los otros temas a discutir serán los planes de productividad, la modificación de algunas normas laborales y, sobre todo,  los fondos de las obras sociales. Sobre este último punto los dirigentes gremiales suelen quejarse de los costos que le representan los tratamientos médicos para una serie de patologías poco frecuentes pero que son excesivamente honerosos y que, según los sindicalistas, se llevan buena parte de los dineros de las obras sociales. En rigor, buena parte de esos casos suelen llegar a ser cubiertos por las obras sociales luego de que el paciente recurra y obtenga un fallo judicial.