Los estructuralistas latinoamericanos llegaron a la conclusión de que en economías con una inflación persistente como en Argentina, los aumentos de precios no tienen necesariamente causas monetarias. Es más, al revés del planteo monetarista donde la emisión genera inflación, la teoría estructuralista del dinero pasivo o endógeno invierte esa regla señalando que es la inflación la que induce una mayor emisión monetaria.

En una nota anterior se indica como la suba de los precios empuja a una mayor emisión monetaria para financiar déficit presupuestarios, ya que aumenta el valor nominal del exceso de gastos sobre la recaudación. En otra nota se explica que la inflación genera emisión también por la vía de la acumulación de reservas del Banco Central, ya que los pesos que debe emitir para comprar una determinada cantidad de dólares, aumentan año a año de acuerdo al incremento del valor de un tipo de cambio que no puede retrasarse permanentemente frente a los precios.

Ahora se destacará cómo la inflación induce una mayor expansión monetaria por el canal financiero. En Argentina, este canal está dominado por las letras del Banco Central que tienen los bancos privados. Ese stock de Leliq crece por lo menos al ritmo de la inflación ya que la tasa de interés que paga es similar la que suben los precios (a veces menos y a veces algo más). De esa manera, sólo la acumulación en Leliq de los intereses que pagan las mismas letras hace que su stock se mantenga en términos reales en una economía inflacionaria.

Esa masa de Leliq en manos de los bancos es el instrumento principal por el cuál se regula la cantidad de dinero emitida por el canal financiero. Si los bancos tienen demasiada liquidez, compran títulos al Banco Central entregando su exceso de dinero a cambio y, de esa manera, se reduce el dinero en circulación. Por el contrario, si los bancos precisan liquidez, venden Leliq al Ventral que emite dinero para comprarlas. Así, la autoridad monetaria se ve obligada a inyectar liquidez por la vía del canal financiero, emitiendo dinero para comprar las Leliq que los bancos desean vender.

Ahora bien, las necesidades de financiamiento de los clientes de los bancos crecen al calor de la inflación. Así, una empresa que pide un crédito en cuenta corriente para pagar los aguinaldos incrementará cada año el valor del crédito solicitado al ritmo que lo hacen los salarios. Lo mismo sucederá con el crédito para adquirir una máquina o un galpón, cuyo monto crecerá año a año al ritmo que lo haga el precio de la máquina o el galpón. En una situación similar se encuentra el crédito al consumo, cuyo monto aumentará al ritmo que lo hacen los precios de los bienes de consumo.

Ese incremento en las necesidades de financiamiento de las empresas y consumidores que genera la inflación implica una presión sobre los bancos a actualizar los montos de los créditos al ritmo que lo hacen los precios. Si para fondear ese mayor volumen de créditos requieren vender parte de sus tenencias en Leliq, entonces inducirán una creciente emisión monetaria por ese canal. Es decir, la inflación habrá generado una mayor emisión por el canal financiero.

@AndresAsiain