El apoyo de Estados Unidos en Asia en la segunda mitad del siglo pasado para contrapesar a China, Corea del Norte y Vietnam no es suficiente para explicar el desarrollo de espacios como Taiwán, Hong Kong, Japón y Corea del Sur. Pero este sustento fue la condición necesaria. Mientras intensifica su apoyo y despliegue militar en Taiwán, Joe Biden viene sosteniendo que Estados Unidos la defenderá si China la invade. Además de ser parte de China, Taiwán es fundamental en la producción de chips a escala mundial.

El desarrollo veloz de los acontecimientos indica que Estados Unidos apunta a que Taiwán sea la continuidad de Ucrania por los mismos medios. Al rodear militarmente a China, de manera similar a Rusia, va forzando a la nación con mayor población del planeta a tomar la iniciativa mediante una acción defensiva para no hacerlo en circunstancias más adversas. El pedido de ingreso a la OTAN por parte de Finlandia y Suecia manifiesta que habrá menor margen que hasta ahora para eludir la dinámica signada por la cruzada globalizadora neoliberal y su oposición.

¿Puede configurarse una polarización más intensa que la de la Guerra Fría? Los riesgos y peligros que implica esta dinámica son atómicos: las campanas están doblando por el planeta. Pero no se trata de irracionalidad, al menos en cierto sentido económico.

Dinero y producción

En Página/12 se publicó que el FMI está analizando las consecuencias globales del encarecimiento de alimentos y energía, y el nivel de endeudamiento de países y del sector privado no financiero. Además, el Fondo entiende que la "economía mundial quizás esté confrontando el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial. La fragmentación geoeconómica, cuyo punto culmine es la guerra en Ucrania, es un gran obstáculo porque imposibilita la coordinación. La tendencia a la desintegración".

De acuerdo a información del Banco Mundial, mientras Estados Unidos no llegó a duplicar el PIB medido a precios constantes en el período 1990-2020, China lo multiplicó 14 veces. En las últimas tres décadas, Estados Unidos incrementó su productividad, estimada por el PIB per cápita, menos de 50 por ciento mientras que China lo hizo más de 1100 por ciento y su desarrollo tecnológico ya no se basa en ingeniería reversa sino en el diseño de tecnología de punta.

Aunque con el dólar se realicen más del 80 por ciento de las transacciones en el mundo, la producción en Estados Unidos no puede sustentarlo hace décadas. Se va conformando un consenso entre analistas de muy distintas visiones: el nubarrón que se ve en el horizonte es de guerra, estancamiento e inflación. Será una de las grandes crisis de la historia. También se podría cristalizar la división de zonas de producción, comercio, dinero y crédito.

Deuda y el ALCA

En el libro Historia de las relaciones entre Argentina y el FMI, Noemí Brenta expone que en la etapa final de la convertibilidad, en condiciones de máxima vulnerabilidad, el FMI condicionaba su apoyo a la implementación de la dolarización plena y “el avance de las negociaciones del ALCA”. Si Argentina no hubiese rechazado el ALCA en 2005,  la crisis de 2008 se habría trasladado de un modo más directo e intenso pues no se hubiese podido aplicar medidas defensivas.

Para desplegar su estrategia mundial, Estados Unidos necesita descargar su crisis y tener “cadenas de valor más cortas” y geopolíticamente más cercanas. El dinero y el crédito crean fuertes lazos por lo que la tendencia dolarizadora y, como parte de ella, la deuda en esa moneda, constituyen cepos para el crecimiento y la distribución. Aunque con diferencias cualitativas de acuerdo con el grado, todas las formas de atarse al dólar son perjudiciales.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, dio a entender que la porción del incremento de precios derivado de la guerra puede generar posibilidades de incumplimientos de ciertos aspectos del acuerdo con el FMI alcanzado este año para pagar la deuda tomada por el gobierno encabezado por Macri.

Al concretarse el entendimiento con el Fondo en enero de este año se fundamentaba que Rusia y China no cerrarían acuerdos si Argentina no acordaba previamente con este organismo financiero. Un mes después, comenzó a desplegarse un quiebre histórico que podría acarrear respuestas diferentes a los mismos dilemas. Es la propia globalización unilateralista la que está provocando la desconexión multilateralista. Si la Reserva Federal persiste en el incremento de tasas de interés, se desencadenaría una crisis por impagos de deudas de países y empresas.

¿Qué podría pedir el FMI en próximas revisiones del acuerdo? Cuando Estados Unidos a través del Fondo venga con algún ALCA en la manga, además de rechazarlo, se podría replantear un nuevo acuerdo para pagar la deuda con condiciones más favorables para Argentina.

* Economista UBA-UNDAV e integrante de Economía Política para la Argentina (EPPA).

@Pablo_Ferrari77