En el complejo mundo de los NFT se mezclan cuestiones tecnológicas, especulativas, artísticas y más. Las motivaciones para participar de él son múltiples y entre sus pliegues florecen experimentos de resultados inesperados.

Es el caso de la editora, diseñadora y bailarina Ailén Cafiso quien, bajo el seudónimo Ailo, subió algunas obras a Foundation, una plataforma de NFT de la red Ethereum. Allí vendió varias piezas que le sirvieron más para difundir su obra que para ganar dinero, y también para entrar en contacto con bailarines de todo el planeta: "Creo que fui una de las primeras bailarinas del mundo o por lo menos la primera bailarina de Latinoamérica en vender un NFT de danza en Foundation. Esto pasó en abril de 2021", cuenta. "Lo que hice fue empezar a subir videos de danza, improvisadas y editadas que tenía desde 2016 para acá. Mi idea era   experimentar con esta forma de arte. Otros subían principalmente obras de arte 3D pero pensé: 'No, subo lo que hago yo: bailar'. Y coleccionistas que estaban muy activos y que venían de otro recorrido, empezaron a ver mis piezas y me empezaron a comprar. Vendí como nueve en total".

--¿Quiénes compran esto y por qué?

--Son varios. Creo que me compraron porque fui una de las primeras de danza y performance, y esas piezas generan más valor en el tiempo.

--¿Tus piezas se revendieron?

--Todavía no, algunas de las que me compraron están en second market. Eso quiere decir que los coleccionistas pueden revender la obra a un precio mayor. En general las comisiones de second market son del 10% para el artista y 90% el coleccionista, pero se puede especificar.

--¿Por qué creés que compran si todo el mundo puede ver y usar las piezas?

--Es como en un museo. Al menos en el sentido de que hay una pintura expuesta que compra un coleccionista de arte y la puede revender en un mercado, en otro museo. Lo particular que tiene es que lo que compra esta persona no es la pieza en sí: yo no dejo de tener ningún derecho ni nada. Es simplemente que compra la acción de decir: "Ailén subió en este día este material histórico primitivo". Lo que subo no es lo que yo consideraría más importante de mi arte: es como una experimentación. En vez de tener algunas piezas perdidas en la computadora, las pongo a disposición en este mercado de arte digital y veo qué qué pasa. Lo más interesante fue la comunidad de danza que empecé a conocer a partir de esto. Y empezamos a generar como un grupo de cerca de setenta bailarines desde Ucrania, Israel, Italia...

--¿Y te parece que hay un mercado para los bailarines?

--Me parece que sí. Es muy loco porque la danza es justamente una de las artes que estaba más relegada a una cuestión física, presencial y específica de teatros o de participaciones. Y de repente irrumpir, en el mundo del arte mezclando danza 3D, animación, le da al cuerpo otro valor.

--¿Te parece que esto tiene futuro o es una moda que va a desaparecer?

--Creo que hay dos variables. Una es que la danza está irrumpiendo en un montón de plataformas, redes sociales, como TikTok. Es muy fuerte, pero muy vacío también: es una danza mirando a cámara. Y por otro lado está esto, que sería el lado más artístico de la búsqueda, del cuerpo real, metido en el medio del mundo virtual. Eso es lo que busco yo: seguir manteniendo el cuerpo humano, físico, puesto en el medio de todo este lío de píxeles y de irrealidades.

--¿Y los NFT que rol cumplen ahí?

--Hay de todo. Hay muchas variables. Hay una que es puramente especulación: hacen colecciones de diez mil cartas para especular. Pero para mí funciona como un museo virtual y la posibilidad de ser la artista quien directamente comparta su obra, la ponga a disposición de coleccionistas y que circule.

--¿Cuánto te pagan por un NFT?

--Por ejemplo, el primero que vendí fue por unos 0,2 ETH, que varía mucho en su cotización. Ahora son cuatrocientos dólares, en ese momento creo que era un poco menos. Los tengo en la billetera y los uso para subir más piezas. Antes en Foundation era muy caro subir piezas, cerca de doscientos dólares, aunque eso también varía. Con lo que recuperaba subía una nueva. Ahora bajaron las comisiones.

--De este grupo de bailarines ¿cuántos vendieron alguna pieza para recuperar lo que gastaron en comisiones?

--Varios, cerca de veinticinco. Hay gente que hace mucho más marketing con esto. Hay gente que se está yendo a Nueva York a dar conferencias. Yo voy a exponer una pieza en una galería pero desde acá; no voy a viajar. Lo particular del laburo que hice yo fue animarme a subir danza cuando nadie lo hacía. Por eso me consideran una OG, una "Original Gangsta" (risa) de la danza en el mundo NFT.

--El único que tiene garantizado el ingreso en este contexto es el intermediario ¿No?

--Depende del marketplace, plataforma o sitio que utilices. En Foundation cobran comisión. Tienen garantizado esa parte digamos. Cada marketplace tiene sus contratos con sus diferencias. Algunos contratos son creados desde la wallet del artista directamente y otros tienen más protocolos intermedios, algunos más costosos y otros más accesibles. Las redes sociales van a ir mutando a esto de muchas maneras. En Foundation antes necesitabas link de invitación y era mucho más caro subir piezas. Ahora están modificando términos y condiciones y está abierto sin restricciones para cualquier usuario que tenga una billetera en la red Ethereum.

--¿Hacia dónde pensás que va el mundo de los NFT?

--Es que es muy amplio. Puede ir hacia lo absolutamente comercializable. Instagram va a empezar a a hacerlo también. Hay muchas variables. Para mí lo que está bueno para los artistas independientes. Yo, por ejemplo, nunca había trabajado de bailar. ¿Entendés? Esto me da una posibilidad de decir "este arte, que lo hago porque sí, lo puedo exponer, lo puedo compartir e interesa".

--En concret, o que lograste es más repercusión para tu arte.

--Exacto, y también para lo que hago con el grupo "Potencial de acción". Somos varios artistas que hacemos cine, hicimos dos cortos de danza muy importantes que todavía no lanzamos, junto a un tercero componen una trilogía. Esto que subo son piezas pequeñas o piezas adicionales que considero se pueden coleccionar, se pueden vender. También me sirve para generar una comunicación con bailarines de todo el mundo. La danza siempre fue ir a tomar clases y hacer obras. Entonces esto es abrir una ventana más para la danza o para el arte físico.