Un 22 de junio, pero de 1986, Diego Maradona selló su página en los libros de historia del mundo. Lo hizo no una, sino dos veces. Primero, con La mano de Dios; después, con el Gol del Siglo. Goles con mayúscula, que tuvieron que ser bautizados con nombre y apellido, y que le permitieron a Argentina levantar la segunda Copa Mundial.

Así lo recuerda Víctor Hugo Morales, quien junto a Maradona también saltó esa tarde a la inmortalidad. En su caso, por los dos extraordinarios relatos que acompañaron las jugadas que le dieron el triunfo al equipo de Carlos Salvador Bilardo frente a Inglaterra, con la memoria fresca por la Guerra de las Malvinas, que había finalizado hace tan solo cuatro años.

“Pasaron 36 años, qué bárbaro. Qué lindo recuerdo. Para mí es muy importante en lo profesional. Pero más por Diego, que le estaba metiendo un gol con la mano a los ingleses”, rompió el silencio Morales en el inicio de su programa por AM750.

Recuerda que fue un "tiempo de cábalas", de decir “qué podemos hacer para que Argentina gane”. “Era una locura lo que ocurría. Tanto en México como en Argentina, alrededor de esa personalidad tan querible como la de Bilardo, acaso por él. Estábamos enloquecidos, buscábamos ponemos la misma ropa, los mismos zapatos, cualquier tontería pensábamos que era definitiva para poder ganar el partido”, relató.

“Después vamos a vivir el otro gol, que es el más extraordinario de la historia argentina. Nunca hubo, ni antes ni después, una alegría tan unánime. Cuando se trata de política el grupo jamás es unánime. Alfonsín en la 9 de Julio no fue unánime. Afuera de la plaza de Perón quedaron muchos. El único de toda la historia que logró un grito unánime fue Maradona”, celebró.

Para Morales, lo que ocurre con el Gol del Siglo, es especial. “No es así con el primero, porque el que vio, como yo, la mano, hay algo que te contiene. Cuando cae y mira al árbitro está dando la prueba decisiva que fue con la mano. El propio Diego frena el impulso”, explicó.

Finalmente, terminó con una comparación: “Podríamos jugar con ser Diego. Pensar quiénes encaran de frente a los ingleses. Una persona que se me ocurre es Cristina Kirchner. López Obrador, allá justamente en México, se me ocurre que juega de Diego, en el mismo equipo. Díaz Canel, el Presidente de Cuba, también”.