“Mi idea es siempre tratar de ser contemporáneo. Ser contemporáneo significa estar en el tiempo en el que estás, y que lo que hagas se comunique y dialogue con el tiempo actual. No es algo que me proponga, sino una cuestión de intención; es la mejor manera de dialogar con lo que está pasando”, comenta a lo largo del diálogo con Rosario/12 Gustavo Postiglione. El motivo está en su nuevo libro: Del Cine Instantáneo al Cine en Vivo, volumen 31 de la Colección Estación Cine, que dirige Sergio Luis Fuster y edita CGEditorial. Se presenta hoy a las 19.30 en Complejo Cultural Atlas (Mitre 645); acompañarán al autor Sebastián Riestra, Sergio Gioacchini y Sergio Luis Fuster, y se realizará la proyección de una película inédita y sorpresa del director.

Del Cine Instantáneo al Cine en Vivo remite, desde el título, a dos cuestiones. La primera, un lejano libro: Cine Instantáneo (UNR Editora, 2004), con el cimbronazo de El Asadito (2000) cercano en el tiempo. Pero los tiempos, justamente, cambian. Y cómo. La apuesta más reciente de Postiglione fue una película de experiencia irrepetible: Simulacro (2021). Si no la primera, fue una de las primeras películas en vivo, por streaming, con el rodaje sucediendo en el momento mismo de la transmisión/proyección (la plataforma fue Octubre TV). “Es una película que se hizo de manera excepcional. La vio un montón de gente, saturaron las redes, pero después pasó. A excepción de que se trate de un éxito de Netflix o Amazon, las películas quedan cada vez más relegadas a una sala donde 50 o 60 personas las ven, y ya está. Por eso, hay que pensar en lo que viene, y no sé qué es, ni siquiera sé si va a ser cine, pero va a ser algo evidentemente distinto”, prosigue.

-El libro está escrito a la manera de un diario, ¿son textos que tenías previstos, surgidos durante la realización de Simulacro?

-Al diario lo fui escribiendo así como lo hice también con otras películas, cuando tenía un blog. En Facebook publiqué muchas cosas, que después reescribí. Algunos capítulos vienen de textos complementarios, y otros los escribí puntualmente para el libro; pero la idea de publicar siempre estuvo, porque me gusta leer a los autores que escriben sobre su propia obra, también porque es la forma de entender lo que se hizo. Dejar sentado lo que se hace y de alguna forma dar testimonio es importante. Además, ¿qué queda de analógico y táctil? Queda el libro. El cine está desapareciendo como proyección física; lo mismo pasa con la música, a excepción de los shows. El papel no pudo ser reemplazado, y junto con el teatro son las dos expresiones a las que la tecnología nos les ha podido ganar. De alguna manera, el libro hasta puede sobrevivir al cine. La palabra impresa sobre el papel va a ser mejor testimonio, quizás a futuro, que la película Simulacro. En esas hojas está el testimonio de un momento en el que pude reflexionar sobre lo que sucede o sucedía con el cine, en el país y en gran parte del mundo; y a la vez dar cuenta de cómo se hizo una película. Lo ponés a todo eso en un libro y quizás esté mejor allí que en una película.

-A propósito, si la edición es posible, lo es gracias a la tarea mancomunada y notable entre CGEditorial y Colección Estación Cine.

-¡Están locos! (risas) Creo que esa colección no tiene antecedentes en Latinoamérica, tal vez haya algo parecido en España, pero no encuentro referencias en Argentina. Es una tarea que debería ser más conocida, en Buenos Aires no hay nadie que haga todo esto. Con (Sergio) Fuster, de hecho, hablamos de seguir publicando algunos libros más, relacionados con temáticas de las que he escrito o estoy escribiendo, vinculadas con el trabajo cinematográfico, es decir, contar un poco mi experiencia en el cine a partir de temas puntuales, y extenderlos por fuera de la obra propia. Hay un proyecto, por ejemplo, sobre el trabajo con los actores, otro sobre la cuestión musical, otro sobre los viajes, y otro sobre cine y política; pero bueno, todas estas cosas se irán dando también a partir de lo que suceda con este primer paso.

Dada su premisa y locación de rodaje en el mismo CC Atlas, Simulacro alteró la dinámica de los estrenos cinematográficos. En este sentido, Postiglione destaca que “tenemos que autovalorarnos en muchos aspectos, porque sino corremos detrás de los otros, que por lo general son los porteños. Para mí, una de las cosas interesantes de Simulacro es que por primera vez pude lograr que críticos y periodistas de acá pudieran ver en primera instancia la película en vivo, si se quiere antes que lo que vieron los porteños, cuando el sistema nunca es ése, sino al revés. Invertimos la fórmula y se sentó un precedente. También lo pude hacer porque a esta altura estoy más viejo, con más experiencia y poco que perder. Quienes muestran una película por primera vez están condicionados por la forma de hacerlo; la postpandemia modificó mucho todo esto, pero se va a volver al mismo sistema”.

-¿Se puede saber qué o cómo es la película sorpresa que estrenás con el libro?

-Es una sorpresa para mí también. Me comprometí a hacer una película para el estreno y tiene que ver con la misma reflexión sobre el cine, para plantear una ficción desde un lugar distinto al tradicional, y desde la mirada del ensayo. Me interesa el género del ensayo, como lo es de alguna forma el libro y también la película. Voy a mezclar un poco la idea de un pequeño ensayo sobre lo que es hoy el cine para mí, y cómo encarar ficciones desde una perspectiva distinta; quizás mezcle partes de una película que ya está terminada y de otras cosas que estoy armando. Todo para una película que sólo va a estar ahí y no en otro lado.

La película que se verá hoy, al momento del cierre de la nota, no tenía título. Tal vez lo tenga. En todo caso, sólo quienes se acerquen al Atlas lo sabrán. Entre lo mucho más que el director tiene en carpeta, figura la inminente Singapur, protagonizada por Julieta Cardinali. Y más: “a ella le gustó ese proyecto y vamos a hacer una especie de segunda parte, de la que yo digo que es como una película coreana; de hecho, quizás se llame Corea. Vamos a filmar durante una tarde, a gente hablando, con ella y otro actor; a la manera del cine de Hong Sang-soo, con la intención de ir a lo más simple y de jugar con ese tema”.