El accionar de Omar Guillermo Dal Lago, que en 2014 era jefe de la brigada de Orden Urbano, y de su hijo, Omar Jesús, que también era policía, llega hoy a la Cámara Penal para analizar el fallo que los condenó a 15 años de prisión por el crimen de Michel Campero. Se trata del hecho cometido en Granadero Baigorria, tras el robo de la moto de uno de los entonces agentes, que decidieron iniciar una persecución y disparar sus armas reglamentarias contra el joven de 18 años. Para la Fiscalía y los querellantes del Centro de Asistencia Judicial, debe recaer sobre ellos una pena más gravosa, teniendo en cuenta que si bien estaban de civil, aquella noche, tiraron "abusando de su función o cargo policial". 

Luego de varias jornadas de juicio oral por el hecho de violencia institucional, el 5 de noviembre de 2021 el tribunal integrado por Florentino Malaponte, Rafael Coria y Hebe Marcogliese dio a conocer un fallo por mayoría en el que ordenaron la prisión de los condenados que llegaron al juicio en libertad. La pena a 15 años fue por el delito de "homicidio agravado por uso de arma de fuego". En tanto, el voto en disidencia del juez Coria consideró que se trató de un hecho cometido en abuso de la función policial, como solicitaron los acusadores durante el debate. Si bien la pena llevó alivio, se presentó una apelación para insistir con el pedido de prisión perpetua y cambio de calificación. 

"Solamente necesito que mi hijo descanse en paz. Que todo esto termine de una vez y que Michel tenga su justicia", dijo Marisabel Bauer, la madre de Michel, que hace ocho años emprendió el camino de búsqueda de justicia. La audiencia está prevista para hoy y mañana ante el tribunal compuesto por Georgina Depetris, Gabriela Sansó y Bibiana Alonso.

Como relató el fiscal Gonzalo Fernández Bussy durante el juicio, esa noche Omar Jesús Dal Lago volvía a su casa junto con su familia en una moto cuando se acercó otro rodado con dos personas -Campero iba atrás- para robarle la motocicleta. En ese contexto, el fiscal cuestionó el accionar de los entonces policías, que estaban de franco. "No llamaron al 911 o fueron a la comisaría", sino que "Dal Lago (hijo) fue hasta su casa, le avisó a su padre lo que había pasado, buscaron sus armas reglamentarias y empuñándolas subieron a un auto en una búsqueda de aplicar su ley, su venganza", dijo sobre la persecución que decidieron iniciar, y que los querellantes Valentín Hereñú y Ricardo Lamas, describieron como una "cacería".

En el fallo de juicio, el voto de Coria plantea que "dispararon con las armas provistas para el ejercicio de su cargo, en esencia, para proteger a las personas y sus bienes, pero con la sola finalidad de recuperar un objeto personal". 

El querellante Valentín Hereñú señaló que en la nueva instancia del caso "tanto Fiscalía como querella apelamos por la calificante del abuso de la función policial. La defensa también apeló, pidiendo la absolución", detalló sobre lo que se debatirá en la Alzada. 

En cuanto a la acusación, señaló: "Nosotros pediremos el cambio de calificación, solicitando la prisión perpetua. La condena -de primera instancia- fue una pena alta pero de todas maneras consideramos que este caso no se puede comprender cabalmente sin la perspectiva por la cual se interpreta que actuaron como policías, más allá de estar de franco. El manejo de la escena, la manera en la que dispararon, todo estuvo realizado desde ese rol, abusando de la función y esa es la manera adecuada de entender el caso". 

Desde 2014, la causa pasó por varios estadíos: desde las imputaciones al sobreseimiento, revisiones en la Cámara, un procesamiento -en el anterior sistema penal- por exceso en la legítima defensa y una desvinculación. La insistencia de la querella llevó el caso a la Corte provincial, en 2019, donde se consideró "la gravedad de los hechos" y se apuntó a que se llegue el caso "hasta la etapa de debate respecto de ambos" involucrados.