Algunos años atrás, Naomie Harris se encontró en el más extraño de los lugares: una clase de manejo de ira. Ahora, sentada en un cuarto de hotel en Londres, tomando delicadamente un té de menta, Harris es tan dulce y gentil que hace la Miss Honey de Matilda parezca brutal. Pero ella explica que fue allí por propia voluntad. "Una de las cosas con las que realmente tengo que luchar es la ira", dice. "Fui a ese curso para aprender cómo expresarla y mantenerme en contacto con eso. Pero estaba lleno de gente que no podía contenerla". Se ríe. "Creo que estaba en el taller equivocado."

Actuar es "una licencia para estar enojada", dice Harris. "Todas las emociones son hermosas y tienen su lugar, y no deberían ser reprimidas, ¿verdad?", continúa. "Pero mi temor sobre la ira es que parece estar muy dirigida a personas en particular. Es muy destructiva, y puede ser una experiencia muy dolorosa, que es la razón por la que mantengo la mía bien embotellada. Es maravilloso tener la oportunidad de dejarse llevar en pantalla. Simplemente vas y lo hacés." ¿Y qué hace ella si en la vida real, por ejemplo, alguien se le cruza en el tránsito? "Solo sonrío dulcemente", dice, mostrando los dientes.

Cuando Harris tuvo su primera exposición de alto impacto, como la sobreviviente de una plaga en la inquietantemente profética 28 días después, el director Danny Boyle dijo que "dejara a un lado el acento de Princesa Anna". La actriz acababa de egresar de la Universidad de Cambridge y estaba ávida por impresionar. Harris escuchó el consejo de Boyle, y en las dos décadas que siguieron se convirtió en una de las actrices más camaleónicas de su generación. En las películas de Piratas del Caribe, su Tia Dalma, sacerdotisa vudú habitante de un pantano, convocó a demonios y flirteó sin ningún decoro. Cuando interpretó a Winnie Mandela en Long Walk to Freedom, la mujer icono del anti-apartheid le dijo que era la primera vez que se sentía verdaderamente representada en una película. En las últimas tres películas de James Bond, Harris no tomó prisioneros en su actitud como la primera Moneypenny negra. Fue nominada al Oscar por su crudo retrato de una madre adicta al crack en Luz de luna: había filmado sus escenas en solo tres días.

Ahora, en la nueva serie de ciencia ficción El hombre que cayó a la tierra, que acaba de subir a la plataforma Paramount +, Harris puede ser vista pegándole un rodillazo en las pelotas a su jefe sexista, gritando palabrotas y apretando el acelerador a fondo en su camión, dejando un rastro de caos detrás suyo en las polvorientas carreteras desérticas de New Mexico.

"Creo que soy en general muy agradable, cortés y amorosa, pero sí he tenido un montón de papeles fuertes, poderosos, estridentes, mujeres agresivas; no sé muy bien por qué sucede", dice la intérprete de 45 años. "Pero sí amo que en mis elecciones -y son elecciones bien deliberadas- he tomado roles completamente variados. Nadie puede mirar mi cuerpo de trabajo y decir 'ella no puede interpretar eso'".

Naomie Harris y Chiwetel Ejiofor en El hombre que cayó a la Tierra.

En The Man Who Fell to Earth, Harris se convierte en Justin Falls, una física al borde del agotamiento por ser la única responsable de su hija y su anciano padre Josiah (Clarke Peters). Una carga aún mayor llega en la forma de Faraday (Chiwetel Ejiofor), un alienígena que se tambalea desnudo en la Tierra en una misión para salvar a nuestro planeta y al mismo tiempo al suyo, amenazado por una creciente crisis climática. Faraday elige a Justin como la humana que lo acompañará en su tarea. "Estoy muy preocupada, como todos deberían estar, por el estado de nuestro planeta", dice Harris. "Pero creo que la gente está cansada de ser aleccionada una y otra vez sobre la cuestión del cambio climático. Solo hay algo que se puede hacer más allá para poder conmover a las personas, que es conectar con ellas creando algo que valga la pena, o un documental... tener un mensaje potente metido dentro de un entretenimiento es una manera sutil de hacer que la gente piense."

El temor de Harris a trabajar con armas hizo de este trabajo todo un desafío. En el primer episodio, enarbola una pistola contra una banda de ladrones de autopista para proteger a Faraday. "He tenido un montón de experiencia con armas", dice. "Con Bond y División Miami y muchas películas. Estoy muy, muy en contra de las armas, pero te hacen un buen drama, ¿no? Así que ahí va." Al día siguiente en que filmó la escena pelea con armas en la autopista, Alec Baldwin baleó a Halyna Hutchins en el set de la película Rust. "Yo había dicho 'absolutamente no, no voy a pelear con nadie con un arma cargada'. Y entonces tuvimos que dividirla en estas pequeñas secciones, y sentí que estaba tomando un montón de tiempo, haciendo la escena mucho más larga de lo que necesitaba ser, pero tenía que ser extremadamente cautelosa. Y me sentí reivindicada al día siguiente, cuando sucedió el incidente de Alec Baldwin. Porque pensé 'Ven, no se puede jugar con armas. No son juguetes'. Aun cuando estén cargadas con balas de fogueo, son extremadamente peligrosas."

La actriz dice que es difícil hablar sobre la seguridad en el set cuando cada hora que se pasa filmando significa cientos de dólares. "Es muy usual que haya proyectos en los que vos sos la voz solitaria... pero como actriz realmente tenés que pararte y decir 'No, no voy a hacer eso'".

La realización de The Man Who Fell to Earth –una secuela de la película que en 1976 protagonizó David Bowie- no fue un paseo por la playa. Fue un trabajo en curso durante años, que primero se desarrolló en la plataforma Hulu, antes de pasar a la competidora CBS All Access y luego afincarse en Showtime en Estados Unidos. Eventualmente comenzó su producción en 2021 y, cerca del comienzo de la filmación, según cuenta Harris, hubo un inicidente #MeToo. "Hay un montón de proyectos en los que trabajo y en los que ahora los productores se paran y dan discursos en los que dicen 'Tenemos una política de tolerancia cero sobre cualquier forma de bullying o de acoso sexual en el set'", señala. "Pero de hecho tuvimos un incidente en nuestro set. Era el primer día de ese individuo y fue removido en el acto. Creo que eso sirve para mostrar cuánto ha cambiado la industria."

En 2019, Harris habló de su propia experiencia de haber sido manoseada en el trabajo. Ahora ella recuerda cómo, cuando estaba en sus veinte, una "gran estrella" metió su mano bajo su falda cuando estaba leyendo el guión en una audición. El director vio todo y no hizo nada. Cuando Harris le contó al mundo esta ofensa faltaban años para que el juicio por difamación entre su coestrella de Piratas del Caribe Johnny Depp y su ex esposa Amber Heard llegara al discurso global. La victoria legal de Depp ha disparado la discusión sobre la "era post #MeToo" y cómo el movimiento puede descarrilar por el caso. ¿Lo siguió Harris? "Es difícil no prestarle atención al caso porque nos fue metido por todas partes todos los días", dice. "Estaba en las redes sociales, estaba en las noticias, estaba por todos lados. Creo que hay algo bastante perturbador en eso, porque hay cosas muy serias sucediendo en el mundo que merecen mucho más tiempo de aire, y que no lo están teniendo porque se le da a esta otra clase de cosas. No entiendo por qué, con algo que debería haber sido un caso muy privado entre dos personas, todo el mundo tuvo acceso a eso. Lo encuentro bizarro y problemático. Televisamos eso pero no el juicio de Ghislaine Maxwell (se refiere a la mujer involucrada en tráfico de niños, relacionada con Jeffrey Epstein) que es mucho más relevante e importante. Tengo muchos problemas con eso."

Harris desearía que los medios -sociales y tradicionales- se enfocaran menos en "apuntar a los instintos básicos de la gente, para excitarlos e intrigarlos, y en lugar de eso apunten a la naturaleza superior de las personas". Hay temores de que, dada la misoginia a la que Heard fue sometida en el juicio, las mujeres sientan que ya no podrán expresar sus experiencias. ¿Piensa que el veredicto puede tener un impacto negativo en el #MeToo? "Es un movimiento extremadamente poderoso, al que estoy orgullosa de pertenecer", dice. "Es mucho más poderoso que un caso en particular y un individuo. Tiene un impulso que no será descarrilado, está demasiado atrincherado en la sociedad. Va a continuar. Los cambios que produjo #MeToo ya están en funcionamiento."

Harris como Tia Dalma en Piratas del Caribe.

Harris ha trabajado cada año de su vida desde los nueve años, cuando apareció como Joyce, la chica de trenzas en el show infantil de los '80 Simon and the Witch. Había sufrido bullying en la escuela de manera terrible, y se volvió peor cuando los otros chicos la vieron en televisión. "Tenés que crecer bastante rápido", dice sobre la cuestión de ser actriz infantil. "Los ambientes de filmación están muy presurizados. Hay mucha intensidad y seriedad que tenés que desarrollar cuando estás trabajando en un set, que no es algo muy conducente para una infancia libre y el modo en que los niños realmente deben ser, con lo que me perdí bastante en eso. De todos modos mi naturaleza es bastante seria, y soy muy enfocada y dedicada, con lo que en realidad tuve que soltar un poco todo eso. En ciertas maneras, no fue necesariamente el mejor ambiente para mí. No lo cambiaría pero no estoy segura de si alentaría a un hijo o hija que quisiera empezar a actuar tan joven."

La joven Harris, que creció con su madre en Finsbury Park, tuvo que ahorrar mucho para ir a Cambridge, donde fue una de las pocas estudiantes negras de ese año. En el pasado ya señaló que ir a la universidad fue "un shock cultural masivo" para una chica trabajadora del norte de Londres, y describió que estudiar con chicos de escuela privada era algo "intimidante" y que conducía a cierto aislamiento.

Ella señala que "acostumbraba ser muy tímida" pero que ahora es un poco más extrovertida, aunque no mira "muchas de las cosas que hice". Al extremo de que, cuando le hago un comentario sobre el film independiente de 2002 August, que coprotagonizó con el mismo Bowie, le resulta novedoso. "Oh Dios, contame más... ¿Qué?", grita, y explota en una risa incontenible. Le cuento la trama de la película. Para ser justos, ella en realidad no comparte ninguna escena con el músico y actor, con lo que probablemente  nunca se hayan encontrado. "Si solo hubiera hecho un poquito de investigación en mis propias películas...", dice. "Es hilarante. Ahora lo voy a usar en todas las entrevistas por The Man Who Fell to Earth."

La actriz puede haber sido tímida alguna vez, pero nunca fue tímida con respecto a sus valores. A través de su carrera, se mostró determinada a retratar a las mujeres negras bajo una luz positiva. Es abstemia y nunca tomó drogas, y estuvo a punto de rechazar el papel de Luz de luna, antes de que su investigación sobre el trauma de los adictos al crack la decidió a intentar mostrar su dolor en la pantalla. Cuando audicionó para Skyfall, originalmente se le dijo que la consideraban para ser una chica Bond, pero se sintió aliviada cuando cambiaron a la dura e inteligente Eve Moneypenny. "Simplemente, siento que no tengo las cosas que normalmente se asocian a una chica Bond, y nunca exploté la sexualidad", dice. "Es una herramienta poderosa, ¿verdad? Como mujer, podés trenerla en tu arsenal de armas para salir adelante en la vida, pero no es una que yo haya utilizado. Con lo que pensé, ¿cómo va a funcionar esto? Porque para ser una chica Bond, tradicionalmente todo tiene que ver con la seducción y la sexualidad, y no entiendo cómo eso podría encajar conmigo."

Los personajes que menos se enfocan en la imagen son los que Harris disfruta más. Como Clara, que pierde un diente frontal en White Teeth, la adaptación televisiva de Zadie Smith. Y la sucia pero brillante Tia Dalma de Piratas del Caribe. "Tia Dalma es mi personaje favorito, porque fue completamente producto de mi imaginación", señala. "Nadie podía decir que Tia debía ser de esta o de aquella manera porque era un personaje fantástico. Cuando estás interpretando a alguien que es 'tradicionalmente bella', te sometés a expectativas y presiones, porque hay ciertas maneras de verse y comportarse que se supone deben ser seductoras y atractivas y femeninas, y hace que me sienta encorsetada."

Sonríe. "Cuando interpreto a alguien que no está pensada para ser atractiva, termina siendo mucho más interesante. La belleza está en su esencia."

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.