Este jueves, Villa Gesell amaneció con una noticia que puso en alerta a la ciudad y la transformó automáticamente en tendencia de la agenda periodística nacional: una cantidad aún no establecida de pumas merodeaba por el centro de la localidad sin que su población supiera ciertamente cómo debía comportarse ante la inédita presencia.

A pesar de que esta especie es autóctona de la región, su hábitat se concentra lejos de los asentamientos humanos, más bien en zonas de humedales (como los que hay en la reserva circundante al Faro Querandí, en el sur del Partido), o bien en los espacios rurales que se extienden más allá de la ruta 11, límite oeste de Gesell. En este contexto, su aparición en el casco urbano constituye una novedad y también alienta dos preguntas que al momento no tienen respuesta: ¿por qué aparecieron allí y desde dónde procedieron?

El primer avistaje se produjo en la madrugada, cuando el personal nocturno de seguridad municipal advirtió con sorpresa a través de las cámaras de monitoreo la presencia de un puma en pleno centro geselino. De ahí se desprenden las primeras imágenes que circularon en los medios: un felino cruzando la avenida 3 a la altura del paseo 104, precisamente donde se encuentra la plaza Primera Junta.


En ese video también revela una conducta que despertó algunas quejas, ya que se observan varios móviles policiales persiguiendo al ejemplar sin que quedara en claro con qué propósito. Si el mismo era capturarlo, acorralarlo o alejarlo de la zona residencial, está claro que no lo consiguieron: poco después el animal apareció entre tejados, medianeras y patios de casas particulares por el paseo 105 y avenida 7, cerca de la Comisaria 1ª y del cuartel de bomberos.

Para el amanecer ya toda la ciudad estaba al tanto del hecho. Como primera medida, la Municipalidad anunció la suspensión de las clases en todos los establecimientos educativos de la Villa y pidió a la población que no circularan por la zona de 105 y 7, pero tampoco por ese paseo y la playa, donde también había sido advertido un puma. En ese entonces se sospechó que se trataban de dos ejemplares distintos.

A medida que iba avanzando la mañana, la ciudad se fue llenando de móviles periodísticos, entregando una postal contradictoria: mientras la Municipalidad le pedía a la población que evitara salir a la calle, numerosas cámaras transmitían en vivo desde la vía publica en compañía de funcionarios municipales.

Si bien el puma es una especie natural de toda la región del Tuyú, nadie sabía con precisión cómo reaccionar en el caso de encontrarse frente a uno de ellos. Personal de la Dirección de Fauna de la Provincia de Buenos Aires se hizo presente en Gesell pasado el mediodía y el municipio difundió por sus redes un instructivo recién a las 16. Para ese entonces, las autoridades locales todavía no sabían precisar cuántos eran los felinos circulando: por la mañana hablaron de dos adultos y dos crías, mientras que hacia el atardecer se barajaba la posibilidad de que en verdad fuera uno solo.

El desconcierto quedó de manifiesto con un video particular en el que una persona a bordo de un cuatriciclo persigue a un puma por una playa alejada del centro e intenta llamarlo con silbidos, como si se trata de una mascota. Naturalmente el animal escapó, fiel a su instinto de conservación que lo lleva no solo a evitar humanos, sino también ruidos estruendosos como resulta ser el motor de un vehículo.

Caída la noche, el personal afectado al operativo seguía trabajando en la búsqueda. Según el municipio, las cámaras de seguridad mostraron a uno ingresando en la zona de montes de Colonia Marina, una pequeña localidad próxima a Mar de las Pampas. El movimiento del otro (si es que se trataban de dos pumas distintos) es un misterio, lo mismo que las crías que algunos aseguran haber visto.

¿De dónde provinieron él o los pumas? Las hipótesis postuladas hasta el momento son dos: o bien desde la zona de campos y montes al norte y oeste de Gesell, o bien desde la Reserva Natural de Mar Chiquita, al sur, donde días atrás se produjo un terrible incendio que dejó por saldo más de 700 hectáreas quemadas.

En octubre de 2019 fue observado un puma en Ostende, a 25 kilómetros de Villa Gesell, que neutralizado con un dardo tranquilizante y una red, ya que el animal se había guarecido en la copa de un árbol. También se reportaron apariciones en las zonas de barrios privados entre los partidos de Pinamar y La Costa, lo mismo gatos monteses atropellados al intentar atravesar la ruta 11, presumiblemente desde el campo hacia la zona costera.