En una audiencia ríspida, con fuerte confrontación entre los jueces y los fiscales, continuó el juicio por el caso García Belsunce. Los fiscales pidieron que se lea el fallo que absolvió a Carlos Carrascosa, porque destrozó el hilo argumental que llevó a la condena original del viudo. En ese fallo se deja entrever que no existieron una multitud de hipótesis, sino únicamente dos: o fue Carrascosa o fue el ahora acusado Nicolás Pachelo. 

También los fiscales quisieron que se exhiba la autopsia de María Marta, que está filmada, porque en cualquier homicidio la autopsia es una pieza clave. Pero además, en la filmación queda claro que nadie se dio cuenta de que se trató de un asesinato hasta que los forenses, sorprendidos, vieron caer los proyectiles. Y, por último, los fiscales pidieron que se lean los fallos por los que condenaron a Pachelo por una gran cantidad de robos, dado que exhiben el modus operandi del acusado. Los fiscales ya habían recusado a los magistrados, pero la Cámara de Casación todavía no se pronunció.

Fiscales vs. jueces en el juicio por el caso García Belsunce

La confrontación entre jueces e integrantes del ministerio público se tradujo en que uno de los fiscales, Cosme Iribarren, presentó un nuevo escrito ante la Casación bonaerense pidiendo que intervenga en el juicio. Por un lado, porque los fiscales ya hace rato reclamaron que los jueces sean desplazados por falta de imparcialidad. Pero, además, porque en la primera audiencia decidieron invertir el orden de lo que se trata en el juicio. 

Se había acordado una secuencia razonable: primero se tratan los robos en los que habría participado Pachelo y luego el homicidio de María Marta. Ese orden tenía una lógica, porque evidenciaba el accionar del acusado y recién después la supuesta consecuencia mayor. En la primera audiencia, argumentando la enfermedad de una defensora, los jueces decidieron dar vuelta el orden y se empezó, de forma inesperada por el asesinato. En un escrito de 12 páginas, el fiscal Iribarren pidió a la Casación que intervenga.

La pelea alrededor de la autopsia

El mal ambiente continuó en la audiencia de este viernes. Ante el pedido de los fiscales de que se lea el fallo que absolvió a Carrascosa, el tribunal estuvo reticente. Y lo mismo ocurrió con exhibir la autopsia --sólo se pudo ver una parte-- y la lectura de los fallos sobre los robos de Pachelo, que también se escucharon en forma parcial. La autopsia es de importancia dado que en la filmación se aprecia el momento en que los forenses, asombrados, encontraron los proyectiles. 

Ambos profesionales pensaban, en ese momento de la autopsia, que la mujer había muerto por la caída en la bañadera. Con ello los fiscales querían demostrar que los cinco proyectiles que María Marta tenía en su cabeza solo fueron detectados en esa operación de autopsia y al abrir su cabeza. Mal podía entonces la familia o cualquier otro lego en la materia saber que había fallecido violentamente, es decir, que era un homicidio. Solo a través de procedimientos especiales realizados por los forenses es que se pudo saber lo que pasó. 

El que sí sabía era el asesino, y por eso los fiscales se preparan para que, más adelante, testifiquen empleados de una estación de servicio que contaron que Pachelo les preguntó por "la mujer que ayer mataron en El Carmel".

La interna judicial de San Isidro

El tercer pedido de los fiscales en la audiencia fue que se lean los fallos sobre los robos que cometió Pachelo en los tiempos del homicidio de María Marta, en 2002. En casas, en el propio country, en otro edificio, en las viviendas de amigos. Esas resoluciones se leyeron parcialmente.

El juicio se reanudará este lunes porque las audiencias no se suspenden por la feria judicial. Habrá que ver si la Casación se pronuncia. Los fiscales --Irribarren, Patricio Ferrari, Federico González-- sostienen que los magistrados favorecen a Pachelo, tal vez lo que quedó de una feroz interna en el Poder Judicial de San Isidro, en la que una parte significativa de fiscales y jueces respaldaron la escandalosa investigación del fiscal original del caso: Diego Molina Pico.