El duelo comenzó con un ritmo intenso y presión cruzada en la salida. Boca intentó complicar al local y, al mismo tiempo, ante el pressing rival, no temió en saltar líneas para el doble 9 o para el pique de sus carrileros-delanteros.

Ante este panorama, el local pareció mejor plantado en el campo, ambicioso y habituado a sus dimensiones. Reniero casi anota tras un rebote en una pelota parada, pero no impactó de lleno la pelota y contuvo Rossi. Y Rojo golpeó deliberadamente al propio Reniero en la nuca cuando se le escapaba: merecía ser expulsado. Sin embargo, Rapallini ni siquiera marcó falta.

Los de Milito se vengaron con un golazo: Carabajal se acomodó y sacó un remate al ángulo derecho de Rossi para el 1-0. Argentinos siguió mostrándose superior, con el plan de juego bien aprendido y maniatando a un Boca preparado para correr, pero con pocos espacios para hacerlo. Recién a los 39 minutos, con una bola filtrada para Orsini, lastimó: el tiro cruzado lo controló el arquero Lanzillota.

Pero dos minutos después, Carabajal, la figura, envió un centro preciso para el cabezazo bombeado de Verón para el 2-0.

Pese a sus problemas de elaboración, con la falta de movilidad de sus componentes, Boca empujó en el inicio del complemento. Pudo descontar por intermedio de Rojo pero la pelota pasó junto al palo izquierdo del arquero.

Ibarra buscó algo diferente con el ingreso de un lanzador (Romero) por uno de los centroatacantes (Orsini). Luego intentó con Juan Ramírez como socio del paraguayo y Benedetto por Vázquez.

El visitante monopolizó la tenencia, pero sin profundidad. El principal riesgo para Argentinos fue su peligroso retroceso, que transformó en riesgosos los centros o pelotazos cruzados de Boca. De todas maneras, el resultado no se modificó, y Boca sumó su quinta derrota en el campeonato.