Desde Nueva York

"El rey de Nueva York": así llamaba a Lou Reed su amigo David Bowie. Con acierto, claro. Es que ningún otro artista logró capturar en sus letras y su música los distintos ritmos y humores de Gran Manzana en épocas sucesivas: desde la narración de su viaje a Harlem para comprar heroína en "I'm Waiting for the Man" (incluida en The Velvet Underground and Nico, el inmortal debut del grupo, de 1967) hasta el disco instrumental Hudson River Wind Meditations (2007), la obra del cantante, compositor y guitarrista fue una suerte de ida y vuelta -amores y odios- con esa ciudad de la que terminó convirtiéndose en símbolo.

Lou Reed dejó el plano terrenal el 27 de octubre de 2013, pero ni la muerte pudo detener su relación con Nueva York. Todo comenzó -o más bien habría que decir "continuó"- en 2017, cuando la artista multimedia Laurie Anderson, esposa del ex Velvet Underground, decidió entregarle el archivo que el músico conservaba desde los inicios de su carrera a la Biblioteca Pública de Nueva York. La frase anterior puede llevar a lógicas confusiones: muchos artistas apenas si conservan sus discos, alguna que otra cinta y unos pósters. Pero no Lou Reed. No, el tipo tenía hasta los faxes con los que planeaba sus giras en los '80 y  los recibos de los "per diem" que recibía para sostenerse en la ruta. Por supuesto, también había centenares de manuscritos, masters de discos, grabaciones de conciertos, cassettes piratas, libros, numerosa correspondencia y mucho, pero mucho material sin identificar.

Una fracción de ese archivo puede verse en la muestra Lou Reed - Caught Between the Twisted Stars, que la Biblioteca Pública de Nueva York para las Artes Performáticas (NYPLPA, por su sigla en inglés) exhibe hasta el 4 de marzo en su sede pegada al Lincoln Center. Trasponer esa puerta es encontrarse con parte del mundo íntimo del artista: en cinco salas hay tanta música, videos, objetos personales, demos, fotos, y material de puño y letra que la primera sensación es abrumadora. "Esta colección es para inspirar a la gente", explicó Anderson. "No es necesariamente para decir 'Aquí está el verdadero Lou Reed'. Ese nunca fue el objetivo. Aquí hay un montón de su música y cómo la hizo. Inspírense en ella. Pero no es ni no podrá ser la imagen real del hombre".

Hay cosas que llaman la atención de por sí: está el casco de motocicleta que aparece en la tapa del disco Legendary Hearts, la carta que Paul McCartney le envió junto a un test pressing en vinilo de su disco Flaming Pie ("hice 200 copias para gente extremadamente groovy como vos, espero que tengas cómo escucharlo", le escribió el ex beatle), los anteojos que diseñó y usó en sus últimos años (Lou's Views), espadas y una lanza que usaba en sus prácticas de tai chi, un par de guitarras bastante particulares, enormes pósters de algunas de sus presentaciones, y hasta una sala dedicada solamente a reproducir actuaciones registradas en video.

Pero la mirada a vuelo de pájaro no sirve en este caso: detenerse en cada objeto y leer la descripción se vuelve adictivo, porque el trabajo curatorial que hicieron Don Fleming y Jason Stern para sopesar la importancia del material es de un nivel de detalle exquisito. En pocos centímetros de vitrina, por ejemplo, están el test pressing de Take No Prisoners, y una cinta con ensayos y otra con los demos de Coney Island Baby. Pero casi al lado hay material similar de Metal Machine Music, el disco que livianamente puede catalogarse como "de ruido electrónico" que casi termina con la carrera de Reed. Sí, ¡hay un demo de Metal Machine Music!

Foto: Max Touhey / Gentileza NYPL.

Una de las joyas de la muestra es un material que en agosto llegará a las disquerías bajo el nombre de Words and Music - May 1965. Se trata de una grabación hecha con la ayuda de John Cale, quien sería su otra mitad en The Velvet Underground, que Reed registró en cinta y luego se mandó a sí mismo por correo. Esta era una práctica bastante usual entre los músicos en esa época y se conocía como "el copyright de los pobres", porque al quedar sellada la fecha de la envió en el paquete, nadie podía discutir en un eventual juicio que las canciones ya habían sido creadas para entonces.

En la muestra no sólo está la cinta en su empaque original sino que se puede escuchar la grabación, que incluye versiones medio folky de "I'm Waiting for the Man", "Heroin" (las dos que ya están el las plataformas digitales), "Pale Blue Eyes" y "Men of Good Fortune", y algunas rarezas como "Too Late" o "Buttercup Song".  Pero no es la única parada que hay que hacer frente a unos auriculares que cuelgan de la pared: hay registros poco conocidos de Velvet Underground, sesiones de lectura de poesía, presentaciones en vivo y demás.

Foto: Max Touhey / Gentileza NYPL.

Caught Between the Twisted Stars es una invitación a caminar por el lado salvaje de Lou Reed (ahí están los videos en los que responde preguntas con una acidez corrosiva), pero también por el más tierno. La correspondencia que guardó de Moe Tucker, la baterista de Velvet Underground, da cuenta de ello: hay tarjetas repletas de flores en la que la dama lo llama "querido pastelito de miel". Y las fotos junto a Anderson muestran lo lejos que habían quedado sus relaciones tóxicas con novias de los '60 y los '70.

Hay algunos items que parecen haber sido conservados como muestra de que Reed tenía razón. Nada raro en un cabezadura como él, por supuesto... Entre estos objetos está la carta que Doug Yule -reemplazante de Cale en VU, quien después de que Reed dejó la banda siguió usando el nombre de esta durante unos años- le pide disculpas. “Sé que algunas de las decisiones que tomé fueron egoístas y egocéntricas, pero en ese momento hacía lo mejor de lo que era capaz. Espero que perdones esos errores”, le escribió el músico en 2009, un par de semanas después de haberse cruzado con Tucker por primera vez en 28 años.

Foto: Max Touhey / Gentileza NYPL.

También hay correspondencia con Václav Havel, presidente de República Checa y gran admirador de Reed, o el poeta Allen Ginsberg. Las anotaciones de Reed en una libreta son exhibidas a ambos lados mediante una suerte de ventana que conecta dos de las salas. Y entre los papeles que se muestran también hay contratos y ¡una citación a la corte de Miami por comportamiento indecente!

El final del recorrido también es impactante con salón enorme donde están en vinilo (casi) todos los discos que publicó Reed (incluidos algunos piratas, simples y el reciente I'm So Free - The 1971 RCA Demos). ¿Ausencia notable? Lulu, el álbum que hizo con Metallica, aunque sí se puede ver una edición limitada en CD que es una suerte de tubo de un metro. Allí también hay unos cuantos magazines: los de todos sus discos entre su debut solista epónimo y The Bells.

Foto: Max Touhey / Gentileza NYPL.

Debajo de esa exhibición hay algunas vitrinas, en las que sendas "valijitas" atraen las miradas: en una hay simples de doo-wop, rythm'n'blues y rock and roll; la otra contiene cassettes con grabaciones pirata de Velvet Underground. A un costado, varias pantallas reproducen fragmentos de entrevistas televisivas; al otro está la colección de discos del propio Lou, en perfecto estado. Hay LPs de amigos como Doc Pomus o David Bowie, de su amada Laurie, su excompañera Nico, Patti Smith, el comediante Richard Pryor y hasta la banda canadiense Fucked Up.

La muestra tiene un par de "bonus tracks". A un costado de la biblioteca (donde se guardan cientos de libros sobre música, teatro, cine y televisión), se reconstruyó minuciosamente el estudio del productor Hal Willner, uno de los colaboradores más habituales de Reed. Allí destacan tanto su colección de discos como la de marionetas para ventrílocuos (incluso hay una con la imagen de Laurie Anderson). 

Foto: Max Touhey / Gentileza NYPL.

En otro piso del lugar, la Vincent Astor Gallery se transformó en el Lou Reed Listening Room: sentarse en el centro de ese cuadrado negro implica sumergirse en un miasma de sonido 3-D. A horarios establecidos, de los doce parlantes salen partes de Hudson River Wind Meditations o la versión cuadrafónica de Metal Machine Music. Pero la estrella del espacio es la única instalación sonora que hizo Reed en su vida, Metal Machine Trio: The Creation of the Universe. Se trata de la grabación de una actuación en el Blender Theatre neoyorquino de la que participaron John Zorn, Ulrich Krieger y Sarth Callhoun. Junto a una empresa especializada en sonido, el ex VU logró reconstruir para el público que asiste la perspectiva sonora que él tenía sobre el escenario.

"Con este archivo podés entrar directo en el mundo de Lou", le dijo Laurie Anderson a The Guardian en 2019, cuando se hizo la primera exhibición del material, relacionada con el álbum New York. Caught Between the Twisted Stars está destinada a quienes quieren ir más allá de los veinte discos de estudio, los siete en vivo y los tres de colaboraciones que constituyeron el principal corpus artístico de Lou Reed. "Trabajamos durante años para montar esto y sólo quiero decir que es mi sueño tener el archivo de este gran poeta neoyorquino en la Biblioteca Pública", explicó Anderson a Variety. Es que, incluso con lo abarcativa que es la muestra, apenas se trata de un destello de lo que aguarda en los archivos de la NYPLPA. Basta con decir que hay más de 600 horas de audio y video digitalizados, a las que se puede acceder de forma libre y gratuita, como para imaginarse el festín que ya pueden darse fans e investigadores.

Foto: Max Touhey / Gentileza NYPL.


Archivo y armas

Texas nunca aprenderá

Aunque cuesta pensar en un mejor lugar que la Biblioteca Pública de Nueva York para el archivo de Lou Reed, este estuvo a punto de encontrar alojamiento permanente en el Harry Ranson Center de la Universidad de Texas, en la localidad de Austin. Allí se guarda material de James Joyce, Norman Mailer y Don DeLillo, entre otros. Pero Laurie Anderson cortó las conversaciones cuando los legisladores de ese estado aprobaron una ley que permite que se porten armas de fuego en los campus universitarios. "Los llamé", explicó la artista a The New York Times. "¿Vieron esto de lo que estuvimos hablando durante un par de años? Queda sin efecto. Por las armas".