Un grupo de investigadores de la Universidad de Sichuan, en China, desarrollaron un pez robótico que podría eliminar partículas de microplásticos presentes en el agua, y que sería de gran ayuda para barrer con buena parte de ese tipo de contaminación presnente en los océanos.
El desarrollo no es un punto menor si se tiene en cuenta que se estima que una persona adulta ingiere junto con sus alimentos unos cinco gramos de plástico cada semana, lo que representa aproximadamente el tamaño de una tarjeta de crédito. Así se desprende de un estudio realizado en 2019 por Dalberg, a pedido de la Organización Mundial de Conservación. Esto tiene una explicación: la presencia de microplásticos en todos los ecosistemas del planeta.
Los microplásticos son las diminutas partículas que se desprenden de artículos de plástico más grandes, como botellas o ropa sintética. Estas partículas, que amenazan al medio ambiente y la salud animal y humana, proceden de la descomposición de productos de plástico manufacturados y de residuos industriales. Y llega a nuestros alimentos y bebidas que se consumen. Esto hizo que se encuentren partículas en la sangre humana y hasta en los pulmones.
En medio de este complejo panorama, investigadores de la Universidad de Sichuan, China, desarrollaron un pez robótico capaz de eliminar las partículas de microplástico en el agua. Incluso, afirmaron que esta misma tecnología puesta en marcha de forma masiva podría ayudar a limpiar la contaminación en los océanos de todo el mundo.
Cómo funciona el pez robot
Los robots tienen un tamaño de apenas 1,3 centímetros, son acuáticos y fueron diseñados para atacar las partículas de microplástico. Por eso, este pequeño pez robot es ideal para eliminar ese tipo de polución, ya que a su paso absorbe todos los contaminantes que encuentra.
Los científicos esperan ahora que el pez robot no solo recoja microplásticos más allá de la superficie del agua, sino también a niveles más profundos, y proporcione información que analice la contaminación marina en tiempo real.
Además, con algunas adaptaciones hasta podría usarse también en operaciones biomédicas, delicadas o peligrosas.
El pez robot es controlado por la luz, al encender y apagar un láser de luz casi infrarroja. La cola del pez se mueve de un lado a otro y logra la propulsión necesaria para nadar.
Es capaz desplazarse hasta 2,76 veces su tamaño por segundo, más rápido que la mayoría de los robots artificiales blandos similares.
Además, es biodegradable y biocompatible, es decir que si se lo comen otros peces, puede ser digerido sin daños, ya que está hecho de poliuretano.