“Son imágenes que vinculan las aberraciones del terrorismo de Estado, el papel de los medios de comunicación y las crueldades del cristianismo con los delitos de la católica dictadura, hechos que se relacionan también con la Alemania nazi. Estos collages intentan transmitir la dimensión infernal de lo sucedido a manos de las instituciones: el Ejército, la Iglesia católica, la Justicia, los grupos económicos, el Estado represivo”. Con estas palabras, León Ferrari definía lo que fue una de las obras más emblemáticas de su trayectoria, el material que produjo a partir de la lectura del Nunca Más. Una profunda reflexión sobre el horror humano y político, a la vez abierta y accesible a un público muy amplio y diverso. Lo mismo podría decirse de lo que fue, en tanto documento histórico pero también como lectura que sigue convocando a distintas generaciones, esta obra que es una parte fundante de la democracia argentina. Como un modo de celebrar sus 35 años de vida, Página/12 reedita junto a Eudeba y la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo, el histórico Informe Final de la Conadep con sus anexos, en fascículos ilustrados por el gran artista plástico. Comenzarán a salir gratuitamente este miércoles, todas las semanas, con la edición en papel del diario.

Un parte aguas

La directora del diario, Nora Veiras, ubica esta reedición como "la demostración cabal de lo que es el eje editorial de Página/12". Y al Nunca Más como "el documento que sintetizó las atrocidades del terrorismo de Estado a partir del testimonio de sus víctimas en los albores de la democracia: un parte aguas en la historia argentina". "Estoy convencida de que sin ese trabajo hoy seguiríamos discutiendo en la Argentina, teniendo en cuenta cómo la derecha trata de revisionar la historia, la existencia de desaparecidos. El Nunca Más, más el Juicio a las Juntas, con todas las limitaciones que tuvo, fue un parteaguas en esa historia".

"Luego la inconstitucionalidad de las leyes y de los indultos, durante el gobierno de Néstor Kirchner, habilitó la plenitud de los juicios por delitos de lesa humanidad. Todo eso fue lo que permitió que la Argentina hoy sea un ejemplo en el mundo en lo que ha sido la revisión del pasado", define la periodista.

"El Nunca Más es un documento histórico que fue el primero en hacernos conocer masivamente la magnitud del genocidio. Luego, año tras año, se fueron sumando otros que completaron el mapa del horror", marca Hugo Soriani, director general de Página/12. "Esta es la tercera edición que el diario encara de esta obra. Las anteriores fueron en 1995 y en 2006, y produjeron un altísimo impacto en los lectores. A los descarnados testimonios de las víctimas se sumó el arte de León Ferrari, que ilustró la tragedia con imágenes, collages y pinturas que solo podían surgir de su talento y su sensibilidad".

Soriani recuerda que, además de cumplirse 35 años de Página, se cumplen 100 años del nacimiento del nacimiento de Ferrari. "En esta coincidencia, nos pareció que era el momento para lanzar esta tercera edición y volver a reflejar con ella el compromiso ineludible que el diario tiene con la Memoria, la Verdad y la Justicia".

La vigencia del Nunca Más

Con once ediciones a cargo de la editorial universitaria Eudeba, más de medio millón de ejemplares vendidos, traducciones a distintos idiomas, los libros del Nunca Más se han convertido en todos estos años no sólo en un best seller editorial, sino en lo que se define como un long seller: un título que sigue concitando interés, se sigue vendiendo, sigue siendo demandado y convocando a generación tras generación, pasadas más de tres décadas. "Eso muestra la enorme potencia de ese trabajo y su gran aporte a la historia argentina", reflexiona Gonzalo Alvarez, presidente de Eudeba.

"Para Eudeba ha sido una responsabilidad enorme custodiar esta obra en su catálogo, y ha permitido a la UBA, a través de su editorial, cumplir con una de las misiones de la universidad pública: poner a disposición de un público muy vasto una obra tan importante para la sociedad argentina", define.

La reflexión de Alvarez apunta a rescatar lo que significó el Informe Final de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas en relación al avance de la Justicia en la Argentina. "El Informe aporta un testimonio contundente, identificando el plan sistemático que había sido negado por los principales responsables de los crímenes. Ellos hablaban de 'excesos' en forma aislada, se los atribuían a individualidades. El Nunca Más demostró claramente que lo que hubo fue un plan sistemático, diseñado, planificado, ejecutado por las máximas autoridades de la dictadura", analiza.

Y apunta al antecedente que significó este trabajo en la prueba usada en el Juicio a las Juntas en la histórica "Causa 13", de 1985. "El minucioso relato de acontecimientos, lugares, mecánicas y dispositivos que integraron ese plan sistemático fue usado luego como prueba del Ministerio Público para formular las acusaciones que llevaron a la condena. Ha tenido un valor sustantivo. Y no sólo eso: fue antecedente de muchas comisiones de la verdad", plantea.

La mayor actualidad del informe, observa también, tiene que ver con su dimensión vinculada a la construcción de la memoria. De allí una vigencia que se verifica en la avidez de las sucesivas generaciones por acercarse a esta obra.

La marca de León Ferrari en el Nunca Más

Desde su primera edición en 1995, los fascículos del Nunca Más ilustrados por León Ferrari dejaron una marca en la historia de este libro tan emblemático.

Paloma Zamorano Ferrari, nieta del gran artista plástico, tuvo participación en esta obra de su abuelo: La foto de una de las tapas --un cielo tomado en Valeria del Mar, revela-- es suya. No sólo eso: junto a sus hermanas lo ayudó en la edición, recortó, retocó "cositas". Por eso, cuenta en diálogo con Página/12 desde España --vive en Berlín, está circunstancialmente allí--, esta obra en particular, y esta reedición, la moviliza en especial.

"Su estudio en su casa estaba lleno, ¡lleno! de pilas de papeles, y él iba seleccionando cosas. Con mis dos hermanas le dábamos una mano. Me acuerdo que fue muy movilizador para él", comenta.

León tenía un hijo desaparecido, Ariel, que, se sabe, estuvo secuestrado en la Esma. Por eso, reflexiona Paloma --miembro fundador de la Fundación Augusto y León Ferrari, Arte y Acervo, actualmente sumergida en un proyecto colectivo de arte, neurociencia y Derechos Humanos-- "como es todo en León, esta obra está muy anclado en su vida, y sobre todo, en la vida".

"El hace una traducción en imágenes, le da forma a una cantidad de situaciones muy terribles, dejando este documento visual. Lo hace como un homenaje hacia su hijo, hacia todos los que desaparecieron y mataron y todos los chicos que seguimos buscando", analiza.

Destaca también el modo en que el artista "amplifica el arte a otros niveles": "Buscó hacer algo trascendental para su hijo, que tenía 24 años cuando lo desaparecieron, pero que lo trasciende y llega a muchas otras generaciones de jóvenes y a lectores de todas las edades", observa.

De su relación con su abuelo destaca también lo cercano que se encontraba a la agrupación H.I.J.O.S., cuando Paloma iba a los escraches. O la jurisprudencia que logra dejar cuando su obra es censurada en el Recoleta: "el fallo es histórico y, entre otras cosas, fue antecedente de la ley de matrimonio igualitario", repasa.

"La obra de Léon tiene mucho de diario: collage literario de palabras ajenas, intervenciones en imágenes de Clarín, La Nación. El diario es el vínculo con lo social y la obra de León parte profundamente de la calle. Él se decía autodidacta, decía que el artista era su padre. Su obra era su vida", insiste Paloma.

"Hay un nivel de coherencia que lo trasciende físicamente, trasciende la lógica del arte, de los museos, de lo institucional", dice sobre la obra de su abuelo. "Lo que él produjo puede estar en planos educativos, en escuelas, universidades; en museos importantes del mundo pero también en un diario al que él quería tanto como Página/12, llegando a las casas en forma de fascículos. Eso me parece fascinante", destaca.

Entre esos "grandes museos" está, por ejemplo, la muestra de la gira europea que está terminando en el Pompidou; la muestra antológica que para diciembre prepara el Reina Sofía de Madrid; la que habrá el año próximo en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Mientras tanto, los lectores de Página/12 tendrán parte de esta obra junto a las ediciones de los miércoles del diario, en los fascículos del Nunca Más.

Les jóvenes y el Nunca Más

Desde la experiencia de Eudeba con las distintas ediciones del Nunca Más, concluyen que el material "no es una visita nostálgica para quienes vivimos los años 80", como observa Gonzalo Alvarez, presidente del sello universitario. "Al contrario, hay un público que se renueva, generaciones que buscan respuestas en las páginas de este informe", asegura.

Entre los vendedores de Eudeba en las Ferias del Libro, por ejemplo, circulan anécdotas sobre escenas de padres comprando el libro porque se lo encargaron sus hijes, jóvenes que visitan la Feria y buscan especialmente el stand de Eudeba para encontrar ese libro en especial. O que refieren haberlo visto en bibliotecas familiares, de niñes, y ya con más información, deciden volver a él.

La edición en fascículos ilustrados por León Ferrari también ha sido muy buscada y demandada por les jóvenes, con la potencia de estas imágenes que no acotan ni complementan el sentido de todo lo tremendo que aquí se describe, sino que por el contrario, lo expanden y lo ponen en relación con la historia mundial. El recuerdo de aquellos grandes libros, que en su momento se podían encuadernar con gran calidad, también está ligado a la avidez de un público joven por esta obra.


Las notas de León Ferrari en Página/12

"Página/12 siempre fue muy cercano a León, a la familia, tenemos amigos ahí. Y León siempre estaba atento a las notas del diario y participaba, hacía columnas, ¡hasta contestaba cartas!", recuerda Paloma Zamorano Ferrari, nieta del artista plástico.

Se refiere a la nota de opinión que Ferrari escribió cuando el entonces secretario general del Ejército, Ernesto Juan Bossi, cuestionó en 1995 las ilustraciones del Nunca Más, en particular una muy icónica, la que estampaba el águila nazi sobre el Colegio MIlitar. Página/12 publicó entonces la indignada carta de lectores del general de Brigada, y luego una nota de opinión de León Ferrari al respecto.

"Sorprende y preocupa cómo el Ejército administra su indignación: se moviliza frente a una imagen que representa pobremente la indignación de millones ante millares de crímenes, pero permanece impasible por las denuncias de rapiñas, torturas y violaciones que cuestionan su honor y valor, que serían solo 'secuelas dolorosas del pasado'", escribió León Ferrari en Página/12.