Más que un libro, El otro lado de las cosas / La poesía como restauración de una voz en la obra de Diana Bellessi, esta es una correspondencia, un diálogo intergeneracional entre escritoras. Acá la propia voz de su autora, Natalia Romero, surge a partir de la lectura de la obra de Diana Bellessi; va construyendo un vínculo de comunión y aprendizaje con esta autora santafesina y también con las otras voces de escritoras y teóricas de las que abreva para profundizar en el entrecruzamiento entre feminismo y poesía. En estos ensayos se escucha el eco nacido en la igualación de género, si tomamos a la palabra mujer como una categoría política  que a la vez que abre los caminos de la diferenciación nos liga a un destino común atravesado por la opresión, el silenciamiento, la indiferencia. “Nosotras no existimos para los muchachos, tesoro”, le dice Bellessi a Romero en una entrevista incluida en uno de los ensayos, donde, entre otras cosas, habla de cómo se lo reconoce a Sarmiento y cuanto se la ignora a Juanita Azurduy.  

El enemigo es aquí identificable y está afuera, aunque con conciencia de parte de Romero de que lo hemos incorporado y que se manifiesta, al mismo tiempo, adentro nuestro. Ese enemigo aparece conspirando contra la escritura poética, contra su fuerza revolucionaria, que es la de un feminismo, en el caso de Bellessi, que no se quiere llamar feminismo, ni meterse en ninguna cárcel conceptual o panfletaria. Por ese don de eludir definiciones es que cuando Romero le pregunta a Diana si la teoría queer atraviesa su poesía, ella le responde que no, obviamente, porque llamar queer a lo suyo, a lo que se resiste a categorizarse, es una paradoja, eso verdaderamente queer, lo móvil, lo libre,  no se llamaría de ninguna manera, ni siquiera queer. “Dentro de la obra de Bellessi fui encontrando señales de una emancipación. Lo que yo llamo restauración, esa vuelta a la voz que no hablaba, que había sido callada -dice Natalia Romero- . La poesía en este caso es una poesía que se vuelve revolucionaria sin habérselo propuesto. La revolución está en la posibilidad de decir desde el corazón, de nombrarse como mujer y como autónoma”. El surgimiento de la propia voz resulta, obviamente, amenazante para el patriarcado por su posibilidad de hacerse eco de las otras, de ir a buscar al inconsciente colectivo las imágenes comunes para reconocernos en ellas y a su vez trascenderlas, es la voz de la poesía trayendo información preciosa de un plano invisible, yendo a buscar con su cañita de pescar, al modo de Clarice Lispector, otra de las autoras citadas por Romero, su verdad de arena, viva y latente. 

Este proyecto comenzó como una tesis pero no parece obedecer estrictamente a una investigación académica. Estos ensayos hacen convivir el análisis de la poesía de Bellessi con el terreno de lo confesional (“La escritura sigue siendo la única manera de llegar a mi hondura, a mi intimidad (…) El ejercicio de la escritura me descubre algo, me acerca. Capta esa cosa que se me escapa y sin embargo vivo de ella, dice Clarice Lispector”, apunta en “Una primera aproximación”),  con los saberes feministas que van desde Simone De Beauvoir hasta Teresa De Lauretis, Helene Cixous o Judith Butler. Pero ¿de qué, o de quién habla Romero en El otro lado de las cosas, de estas escritoras, de Diana, de sí misma, de las lectoras? De todas, por supuesto, aun de las que ni siquiera tienen noticias de que, de este lado, hay millones esperando a que se manifiesten. El otro lado de las cosas es donde asoma la libertad, en estado de espera. “La libertad - dice Natalia- es la única posibilidad de vivir en plenitud. Si las mujeres viven con miedo, ese miedo es la anulación de su libertad”. Como la amiga de Mafalda, aquí y en todas partes, Libertad es un ser vivo y no un panfleto. Igual que la poesía. Ahí está, haciendo fila para volver, para que la reinventemos con gestos como el de este libro, el de buscar en las voces amadas el despertar de la propia voz.