Pablo Javkin (CC-ARI) asume que deberá bucear en un escenario de "mezquindades" si accede al Concejo como cabeza de la lista oficialista del Frente Progresista Cívico y Social. Jura que la composición de la nómina demuestra que la coalición se renovó y pluralizó porque "ha sabido tomar nota de la advertencia de las urnas". Y sostiene que la clave de lo que vendrá será "defender a Rosario" de la ambición del PRO por gobernar la ciudad y discriminarla mientras tanto. Cómo explica la llegada de un novato como Lichu Zeno al tercer lugar de la nómina.

‑‑Miguel Lifschitz y Mónica Fein destacan que la composición de esta lista que encabezás demuestra la pluralidad del FPCS, aunque luego de varios años en los que los miembros no socialistas reclamaban apertura. ¿Por qué ocurre ahora y antes no?

--Hay una lectura de lo que fue la elección de 2015. Hubo una demanda de renovar la gestión, la mirada sobre la ciudad, encarar desafíos nuevos y el futuro del FPCS está atado a eso: al reconocimiento de lo que se hizo, sumarle lo que viene. Por eso Mónica produce una gran renovación en su gabinete y la gestión adoptó desafíos de más cercanía, obra barrial y de involucrarse en la agenda de seguridad en la que la Municipalidad tiene ingerencia más profunda.

‑‑¿Porque faltaba eso?

--Digamos que se profundizaron esos temas. El municipio había encarado por ejemplo el Observatorio de Seguridad, pero luego tenía que encarar cuestiones urbanas como la iluminación y con la Provincia fuimos agregando instancias de articulación que no existían. Era un reclamo marcado. Hay momentos en que hay que acelerar las improntas y creo que eso fue lo que entendió Mónica y los que aceptamos este desafío. Y la gestión es plural si mirás el equipo de trabajo, con mayor fuerza que en otras oportunidades.

‑‑¿Es una manera de decir que el FPCS acusa el desgaste de 22 años de gestión?

--El Frente está tomando nota de una advertencia de la ciudadanía, porque se ganó de forma muy ajustada. Cuando ocurre eso en político todos creen que un sector tiene un desgaste y el resto no. Creo que todos tuvimos un mensaje para recibir. Y el Frente es la fuerza que mejor lo leyó.

 

"La oposición repite el mismo discurso de hace dos años. El Frente fue el espacio que supo tomar nota y reorientarse".

 

‑‑¿Esa victoria tan ajustada del oficialismo implica un reclamo de cambio o de profundización de la gestión?

--Por ejemplo, la salud pública es un factor indiscutible de estos años. Obviamente, ya no se gana una elección por reconocimiento a eso, porque la sociedad entiende que eso ya lo reconoció. Pero el jueves inauguramos una maternidad de fuerte inversión de salud y que además concibe un cambio de paradigma en cuanto al parto respetado. La política es dinámica, la sociedad ya no es de grandes mayorías, hay múltiples agendas y los reclamos se atomizan. Y la gestión local recibe todos los reclamos. Acá la respuesta está dada por la lucidez que tengamos por anticiparnos a lo que viene.

‑‑¿Cuál será la nota dominante de la próxima etapa del Concejo?

‑‑Defender a Rosario, que es muy discriminada. Pasó en el gobierno anterior y está pasando en este. En ambos casos hay una ambición por homonogeneizar la representación política en el país. Molesta el FPCS a las fuerzas nacionales. Por eso, será el momento de defender a Rosario. Cierta combinación de atomización y mezquindad hizo que el Concejo paralice proyectos muy importantes para Rosario. Nadie cuestiona la nueva maternidad del Roque Sáenz Peña, pero lo cierto es que se hizo gracias a un crédito. Entonces son irracionales porque algunos están a favor del endeudamiento en el mundo pero en Rosario no, otros que gobiernan en algunas provincias y toman crédito en dólares para pagar sueldos. Quieren importar la lógica de la grieta que en la ciudad no funciona. 

‑‑Si no hay grieta, ¿cómo interpretás el tenor de críticas que pueden oírse o leerse en la ciudad hacia la gestión local?

--Noto mucho análisis político basado en la interpretación de la interpretación y con poco contacto con el vecino. La gestión nos permite estar en contacto permanente. Tenemos funcionando consejos barriales en 37 áreas de la ciudad que se reúnen cada mes y medio, son vecinos y reclaman fuerte y el tono es muy directo. La demanda existe pero ojo con creer que se resuelve en un laboratorio. La manera de cambiar no es destruir lo que hay, es hacer. Hay un estancamiento en el discurso de la oposición, y en el Frente pasó lo contrario: dimos lo que se nos reclamó, una gestión más cercana, plural, activa, con obras en toda la ciudad.

‑‑¿Entonces considerás que el FPCS ha ido in crescendo en cuanto a presencia barrial?

--No, yo participé de una primaria del Frente planteando cuestiones que había que profundizar. Y que luego de la interna la intendenta me convoca para participar de su gestión, y es todo un hecho poco habitual en la lógica política argentina. Hay un vecino al que le repito mucho su frase: Nene, falta, pero va queriendo. Esa es la situación hoy. A lo mejor ya no se valora la inversión en políticas sociales, que Rosario le destina más del 50% del presupuesto, pero cuando un gobierno recorta las pensiones por discapacidad empezás a valorarlas. No todo es lo mismo.

 

"Que Rosario es discriminada desde Nación es indudable, pero ni ayer ni hoy escuché ni escucho a un opositor reclamar por eso".

 

‑‑¿Cómo evaluás las pérdidas radicales en el FP, habida cuenta de la necesidad de consenso que necesitarán?

--Un sector importante de la UCR va a participar de la interna del Frente, en su derecho y la expresión de un malestar por cómo se conformó la lista. Pero en la interna, y en la figura que respeto y valoro como lo es Sebastián (Chale). Sobre los otros, no voy a explicar decisiones de otros. No es mi naturaleza los movimientos bruscos, siempre participé dentro del FPCS con mayor o menor disenso. Hay matices, algunos pretenden defender la identidad radical, y otros tienen que ver con pertenecer a otras fuerzas. Hay que animarse a dar los debates desde adentro.

‑‑Pero son comprensibles esos alejamientos si de pronto aparece en el tercer lugar alguien sin trayectoria como Lichu Zeno.

--No. Uno de los partidos del Frente planteó la interna y convocó a alguien que tiene 27 años, que viene de una experiencia de lucha personal, la donación de órganos, una causa social que moviliza a mucha gente. La política debe aprender que hoy los debates públicos no pasan sólo por los partidos, si no, se aísla de la sociedad por no saber leer eso. Hoy la vida social es de causas y las causas no pasan por la agenda pública como antes. No siempre la política las asume. Ojo que Lichu fue y se afilió a un partido y no dijo ser apolítico.

‑‑Hace un par de años el PRO era interlocutor amigable del oficialismo y ahora no. ¿Por qué?

--En su ambición por ganar el gobierno de la ciudad aceleró un proceso de mezquindad, como en la traba al pedido de endeudamiento. Sólo está dispuesto a soportar ayudar a la ciudad si pueden capitalizarla políticamente.

‑‑El kirchnerismo ayer, y el macrismo ahora, acusa al FPCS de echar culpas hacia arriba y no asumir errores propios.

--Al contrario. Asumimos cuestiones propias y reorientamos la gestión en mayor cercanía, mayor capacidad de resolver problemas más simples, mayor involucramiento con la agenda de seguridad pública, darle perfil fuerte a obras barriales de envergadura como completar Pellegrini y seguir por 27, Rivarola, los tres emisarios del noroeste, el desagüe pluvial de Puente Gallego y Tío Rolo, avenida San Martín. El mapa desmiente que concentramos las obras en el centro. Ahora, que a la ciudad le deben 1600 millones de pesos es bien real y no escucho a nadie opositor que lo reclame.

‑‑Empieza aquí el camino inexorable hacia tu candidatura a intendente?

--No soy hipócrita, me encantaría ser intendente, pero no es lo que estamos discutiendo hoy. Hoy debemos cambiar la forma de trabajar en el Concejo, desde la representación política, darle más certeza y ponerle límites más razonables al debate en el Concejo, ese es mi objetivo hoy.