Al menos tres casos confirmados de rabia se detectaron en el último mes, dos en la provincia de Buenos Aires, en La Plata y Luján, y el tercero en Coronel Moldes, Córdoba. Esta enfermedad, transmisible de animales a seres humanos, puso en alerta a la población y a las autoridades sanitarias.

El lunes, la Dirección de Bromatología y Sanidad Animal de Luján informó que encontraron cerca de una escuela un murciélago portador del virus de la rabia. Según la definición del Ministerio de Salud de la Nación, ese agente infeccioso afecta el sistema nervioso central de los seres humanos y otros mamíferos.

“Se informa que la rabia es una enfermedad producida por un virus que se encuentra controlado por la vacunación de perros y gatos, siendo éste el modo de evitar su propagación”, señalaron los especialistas de Luján en un comunicado, por el cual también dispusieron una campaña de vacunación de perros y gatos alrededor de la zona donde fue encontrado el animal.

A principios de mes, también habían detectado en Tolosa, La Plata, otro caso de similares características en un murciélago, confirmado por la municipalidad. El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires ratificó el diagnóstico, por el cual se realizaron acciones de prevención.  En ese sentido, Carlos Galdeano, quien está a cargo de la dirección de Zoonosis de la Comuna, precisó que “se llevaron adelante acciones de bloqueo epidemiológico en un radio de nueve manzanas con el objetivo de atacar el foco infeccioso”.

Más lejos, en Coronel Moldes (Córdoba), recibieron un caso de rabia directamente en un perro. El intendente de esa localidad, Jorge Costanzo, confirmó la muerte del perro por el virus e informó que ya se enviaron muestras al Instituto de Zoonosis Luis Pasteur de Buenos Aires. “Según los especialistas es un caso muy aislado, pero es conveniente vacunar para prevenir”, planteó Costanzo.

“Si bien la transmisión es poca y de bajo riesgo, puede existir”, detalló a la prensa local la encargada del área de Zoonosis del viejo Hospital San Roque, Laura López, y además explicó que se trata de un tipo de rabia diferente “al que hace más de 30 años se erradicó en la provincia”. López explicó que hay diferencias en cuanto a la agresividad porque se trata de un murciélago insectívoro y no “vampiro” –el que se alimenta de sangre del ganado y mata animales–, aunque llamó a la población a extremar los cuidados para evitar el contagio.

La rabia es debida a un virus que ataca el sistema nervioso de los mamíferos y les provoca la muerte casi en el ciento por ciento de los casos. Algunos animales presentan una cierta resistencia al virus, por lo cual pueden transmitirlo más eficazmente. 

Los murciélagos, que son mamíferos pertenecientes al género de los quirópteros, pueden ser insectívoros, frugívoros o hematófagos. La rabia transmitida por murciélagos hematófagos es un problema sólo de América, pues es allí donde están presentes las tres especies hematófagas que hay en el mundo, de las cuales sólo una se alimenta en mamíferos.

Los vampiros, que en realidad son murciélagos hematófagos, son vectores importantes de contagio de la rabia al ganado, y eventualmente a los humanos. Un insectívoro difícilmente puede contagiar a nadie, salvo que alguien lo toque y sea mordido por el animal (contacto dérmico). La rabia en los murciélagos no les genera un comportamiento agresivo como en los perros y gatos. Por eso nunca hay muertes masivas de murciélagos por rabia, ya que no se agreden entre ellos. Son mamíferos notablemente altruistas entre miembros de la misma colonia.