Hoy se cumplen 20 años del "Topo Gigio" que le hizo Juan Román Riquelme a Mauricio Macri, tras marcar un gol contra River Plate. El característico festejo de Riquelme expresaba la bronca y rebeldía del jugador hacía la comisión directiva del club. El malestar del futbolista hacia la comisión directiva del club de la Ribera comenzó tras un pedido del futbolista, quien quería un reconocimiento de dinero importante por los logros obtenidos: Tres torneos locales, dos Libertadores y una Intercontinental ante el Real Madrid. El entorno del "10" aseguraba que ganaba lo mismo que un juvenil del plantel. El 30 de marzo, diez días antes del "Topo Gigio", Macri, presidente de Boca en ese momento, anunciaba que Juan Román Riquelme estaba vendido a Barcelona en 26 millones de dólares, un récord para el fútbol local. El ídolo bostero aseguró no estar al tanto de la decisión del club, y aventuró que lo hicieron por no querer arreglar su contrato.
  El 8 de abril, Riquelme marcaba el segundo gol Xeneize en la victoria por 3 a 0. El mediocampista no lo dudó: corrió hasta la mitad de la cancha, se detuvo furiosamente, puso las dos manos detrás de sus orejas y se mantuvo inmóvil en esa posición, mientras escuchaba el alarido de la multitud que festejaba su gol. Su mirada desafiante apuntaba a un sector estratégico: el palco oficial, donde a excepción de Macri estaba gran parte de la comisión directiva. "El festejo fue para mi hija porque le encanta el Topo Gigio", fue la irónica respuesta ante la pregunta obligada, tras la goleada al eterno rival, sobre tamaño festejo. Lo cierto es que la relación entre la dirigencia y el jugador ya estaba absolutamente rota.