Aún era noche cerrada cuando los trabajadores despedidos de la planta de Pepsico de Vicente López decidieron ingresar a la fábrica para impedir que la multinacional traslade los equipos de producción. “Vamos a realizar una permanencia pacífica hasta que la empresa ponga en marcha la producción. Están invirtiendo millones en Mar del Plata, es mentira que está en crisis”, advirtió el delegado Camilo Mones poco después de las seis de la mañana. Hasta el momento, el Ministerio de Trabajo impulsó el proceso preventivo de crisis solicitado por la empresa para avanzar con las indemnizaciones de los 600 despidos. Sin embargo, en asamblea los trabajadores rechazaron el dinero. “No queremos plata, que se nos va a ir como arena entre los dedos, en el país no hay trabajo y menos para nuestras compañeras que ya están lastimadas”, dijo en el portón el delegado Luis Medina, y anticipó que hoy se encuentran con el sindicato de Camioneros para coordinar acciones. En tanto, la justicia federal ya analiza la denuncia contra PepsiCo por lock out ofensivo, esto es, paro patronal.

Natalia y La Peti venían haciendo el aguante en el acampe frente al portón. El slogan publicitario de Pepsico dice que sus snacks “te hacen la vida más feliz”, pero ellas dan fe de que su realidad como trabajadoras es lo opuesto: luego de una década en la línea de producción sus cuerpos están rotos. “Lumbalgias, tendinitis, túneles carpianos, hernias de disco son las enfermedades con las que Pepsico rompe nuestros cuerpos y ahora nos deja en la calle”, dicen. “Sabíamos que en el depósito de Mar del Plata están haciendo tareas, que bajaría un poco el trabajo pero no al punto de cerrar así. Acá hay madres solteras con hijos, rotas por años de tareas pesadas y repetitivas. ¿Dónde vamos a conseguir trabajo con mala salud?”, agregan.  

La ocupación ocurrió tras una asamblea donde estaban planeando una movilización y corte de la autopista Panamericana, a la altura de San Martín. “Los compañeros nos avisaron que la policía comenzó a levantar un operativo en los portones de la empresa y que venían a llevarse los equipos con los que podemos garantizar la producción y el sustento de nuestras familias”, explicó el delegado Camilo Mones. “No tomamos la fábrica, estamos ocupando nuestros puestos de trabajo, vamos a mantener una conducta, revisar los bolsos y que nadie se lleve un tornillo. Sólo queremos la dignidad del trabajo para nuestras familias y nuestros hijos”, agregó Medina, de la comisión interna. “Legalmente hay un preventivo de crisis y estamos suspendidos, en teoría hasta el 10 de julio tenemos garantizado nuestro sueldo. Pero luego la empresa nos va a enviar el telegrama de despido”, agregó. Consultado sobre el rol del ministerio de Trabajo, Medina respondió que “ahí el sindicato y la empresa arreglaron  indemnizaciones al 200 por ciento, pero como comisión interna no firmamos, habíamos ido a esa reunión con el mandato de que la fábrica abra y seguir trabajando, la plata no nos va a alcanzar y vamos a quedar todos en la calle”. 

En tanto, en el juzgado de Sandra Arroyo Salgado PepsiCo fue denunciada por haber violado el artículo 158 del Código Penal, que establece una pena de un mes a un año de prisión para el patrón, empresario o empleado que ejerciere coacción para obligar a otro a tomar parte en un lock-out. “Los gerentes de Pepsico, como patrón, están obligando a ‘otro’, en el caso los trabajadores, a tomar parte, como víctimas, en el lock out, y a su vez están obligando a las demás empresas que prestan servicios en la planta a que tomen parte de esta medida patronal ilegal”, explicó a PáginaI12 el abogado Edgardo Moyano, del Ceprodh.