La empresa gráfica Fangraf, ubicada en el barrio de Floresta, cerró ayer y dejó sin trabajo a 25 personas. El cierre fue más que literal: los empleados llegaron a primera hora y no pudieron ingresar porque los dueños habían cambiado la cerradura. En el curso de la jornada, les ofrecieron un 50 por ciento de la indemnización que les corresponde por ley. Cuando lograron ingresar al establecimiento, decidieron empezar una toma para evitar que se remate el patrimonio de la empresa, que representa la única chance que tienen los trabajadores para que el resarcimiento pueda acercarse a lo que marca la ley. “Una combinación entre un modelo económico que expulsa a las pymes y un pésimo manejo empresarial”, dicen los gráficos, afectados por la baja de ventas y el aumento de importaciones.

En los últimos días se acumularon noticias de despidos, reducción de plantilla de personal y cierre de empresas. Uno de los casos más resonantes fue el de Pepsico, cuyos 600 trabajadores afectados por el cierre de la planta en Vicente López decidieron tomar el establecimiento (ver página 12). La empresa de calzado e indumentaria deportiva Puma anunció la reducción de sus plantas en las localidades riojanas de Chilecito y Chamical, que afecta a 180 trabajadores. Desde el sindicato del calzado confirmaron a este diario que la firma ofreció pagar indemnizaciones por encima de lo que exige la ley con tal de poder desprenderse del personal, en un contexto de menor producción esperada. La semana pasada también se conoció el despido de 70 empleados por el cierre de los talleres ferroviarios Rioro, cerca de Rosario, y el cierre a fin de año de la química Lanxess en Zárate, que dejará sin empleo a 170 trabajadores. La seccional Zárate de la Uocra denunció que más de 600 trabajadores y 145 capataces en el complejo nuclear de Atucha se quedarán en julio sin trabajo por la no renovación de contratos.

“Nos presentamos a trabajar como todos los días pero no pudimos ingresar porque habían cambiado la cerradura. Entonces nos quedamos en la puerta a ver si alguien nos daba alguna explicación. Los dueños, a través de un abogado, dijeron que la empresa estaba quebrada, que ofrecían el 50 por ciento de la indemnización y que al mediodía íbamos a poder entrar para sacar nuestras pertenencias. Nosotros no tenemos idea de cómo se maneja una situación así. Nos fuimos asesorando con el correr de las horas y decidimos quedarnos adentro de la planta como la mejor opción para evitar que se rematen los activos y nos quedemos sin cobrar lo que corresponde por ley”, contó a este diario Laura, trabajadora de la empresa.

Fangraf es una gráfica con 30 años de antigüedad en donde trabajaban 25 personas en la fabricación de cartulinas, papel para forrar cuadernos y para tarjetería. Venían con dos meses de atraso salarial y tres aguinaldos impagos. “Hemos pasado momentos realmente críticos y la hemos bancado. Hace dos años que veníamos cobrando monedas, pero aun así no esperábamos esto”, dice Laura. La decisión de tomar el inmueble se decidió luego de evaluar que los dueños estaban con la idea de vender el stock y las maquinarias. “Vamos a aguantar hasta tener la certeza de que vamos a cobrar lo que corresponde”, adelanta Laura. Por ahora no analizan avanzar hacia la conformación d una empresa recuperada.

La Federación Gráfica Bonaerense se hizo presente para apoyar a los trabajadores de Fangraf. También lo hizo la recuperada Gráfica Patricios, cuyo presidente, Eduardo Montes, dialogó con PáginaI12. “Hay dos cuestiones a evaluar para entender esto. Por un lado, la apertura de las importaciones golpea muy fuerte a las pymes del sector gráfico. Pero además hubo un mal manejo empresarial. Ni siquiera presentaron el procedimiento preventivo de crisis en el Ministerio de Trabajo. Cuando tuvieron ganancias no repartieron nada entre los trabajadores y ahora que supuestamente les va mal hacen que los empleados paguen el ajuste. Al perecer fueron tomando mucha deuda y no pagaban”, indicó Montes.