En su columna, Fernando Borroni realizó una dura crítica al Campo Nacional y Popular por no movilizarse por Elías Garay, el joven integrante de una comunidad mapuche asesinado el domingo en Cuesta del Ternero, provincia de Río Negro.

Un primero de agosto pero del año 2017, desaparecía Santiago Maldonado. Desde aquel día, una gran porción del país a la que podemos llamar el pueblo argentino contuvo la respiración.

Había un desaparecido en "democracia. 77 días estuvo desaparecido, luego se encontró su cuerpo en un lugar que se había rastrillado al menos dos veces.

En estos 77 días hubo marchas, movilizaciones, reclamo de familiares, de organismos de derechos humanos y de organizaciones políticas. En los medios se hablaba de Santiago Maldonado. 

Rafael Nahuel fue asesinado el 25 de noviembre del 2017 de un tiro en la espalda. Mañana se cumplen 4 años. Rafael Nahuel era un mapuche que estaba defendiendo sus tierras. 

A Santiago y a Rafael los asesinaron durante el gobierno de Mauricio Macri.

La reacción de la derecha que gobernaba y de los medios monopólicos fue la de ocultar la información, negar e invisibilizar los hechos y la de manipular y estigmatizar a la víctima y sus familiares.

¿Cuál fue el rol del campo nacional y popular en sus distintas expresiones frente a la desaparición y posterior muerte de Santiago? Fue contundente. Con Rafael Nahuel fue un poquito menos. No fue tan contundente como con Santiago. Fue solo en algunos sectores.

Ante esta situación les propongo que nos miremos un poquito el ombligo. No sé por qué fueron menos los que movilizaron por Rafael Nahuel. Quizás conmovía menos porque era mapuche. Quizás porque una cosa era no ser mapuche y defender la causa mapuche como era Santiago y otra cosa es ser directamente mapuche. 

¿Por qué me pregunto todo esto ahora? Porque Elías Garay es un joven mapuche que fue asesinado en la provincia de Río Negro por un balazo en el tórax y su nombre casi no se escuchó.

La comunidad originaria dice que lo asesinó la Policía provincial. Otros hablan de que hay dos civiles que fueron los que dispararon.

La gobernadora de la provincia, Arabela Carreras, dice que la policía no tuvo nada que ver. Lo que está claro es que durante la represión la policía estaba cercando el lugar por lo tanto, si entraron dos civiles a disparar me cuesta creer que la policía no los haya visto.

La gobernadora debe dar respuesta. A mí no me importa qué partido político representa o si su ideología está más emparentada con la de uno o no. Debe dar explicaciones.

Pero quiero volver al campo nacional y popular. No debe importar quien gobierna para defender los derechos humanos. La lucha contra la impunidad está por encima de los partidos políticos. 

Entonces me pregunto por qué el nombre de Elías Garay apenas hace un eco. ¿Por qué? Porque fue asesinado bajo un gobierno popular. No estoy responsabilizando al gobierno de esto, estoy diciendo que los asesinados por luchar por su tierra son asesinados por acción o emisión del Estado. 

Lo que quiero preguntarnos es si tampoco hablamos de Elías porque era mapuche, igual que Rafael.

¿Por qué hoy su nombre no cubre la portada de los diarios y de los medios populares? Son preguntas nada más sin levantar el dedo acusador.

Pero pensar hoy el nombre de Elías es pensarnos también en cierta doble vara que tenemos desde el campo nacional y popular. 

A menudo caemos en la lógica perversa de la derecha de medir los reclamos, de medir las defensas, de medir las vidas en pos de la coyuntura política.

Elías es Rafael Nahuel, Rafael Nahuel fue Santiago Maldonado.

Santiago Maldonado es Lucas.

Lucas fue Facundo y Facundo fue Ezequiel.

Y la lista es enorme.

Y a mí particularmente no me importa nada quien gobierne.