El nuevo horario del subte, que iba a comenzar a regir a partir de mañana y que hace menos de dos meses el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, anunció con bombos y platillos, quedó postergado y sin fecha de implementación. Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) informó que la suspensión del nuevo cronograma se debe a “cuestiones operativas”. Sin embargo, los metrodelegados sostuvieron que la marcha atrás se debe a que el Gobierno de la Ciudad quiso llevar adelante la modificación sin incorporar personal y afectando las condiciones de trabajo de los empleados del subte. Ante el panorama electoral que se abre, el gobierno decidió evitar la confrontación con los trabajadores del subte y dejó en suspenso la propuesta.

El corrimiento del horario que iba a implementarse movía 30 minutos la salida de la primera formación para comenzar el servicio a las 5:30 en lugar de las 5, y llevaba el último servicio a las 23:30 –media hora más tarde que el horario actual–. El cambio había sido establecido por el gobierno porteño tras una encuesta que el programa de Participación Ciudadana realizó por redes sociales y en 17 puestos en estaciones de subte, en la que votaron más de 500 mil personas. El 83,6 por ciento apoyó la propuesta. Un día después de que finalizó la votación, que tuvo lugar entre el 3 y el 9 de mayo, Rodríguez Larreta anunció el cambio de horario y sostuvo que “con esto va a haber más gente que va a poder usar el subte, como promovemos”. Además, explicó que “lo lindo es que no fue una decisión nuestra: fue una votación de los vecinos, que participaron muchísimo y dieron una opinión contundente”.

Voceros de Sbase consultados por este diario dijeron que necesitan más tiempo para realizar la readecuación del servicio porque hay cuestiones operativas que llevan tiempo para poder implementarse, y ratificaron que por ahora no hay nueva fecha para el cambio de horario. 

La decisión fue tomada el miércoles, luego de una reunión en la Subsecretaría de trabajo, industria y comercio, que coordinó Claudia Testa, directora de negociaciones laborales. En el encuentro participaron representantes de Metrovías (el gerente y el jefe de Recursos Humanos, y el jefe de Relaciones Laborales), de la empresa estatal Sbase, y de la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro y Metrovías.

Tras el encuentro, en el que se pasó a cuarto intermedio sin fecha, la empresa estatal comunicó que “Sbase y Metrovías trabajan de forma conjunta para hacer efectiva la decisión de más de 400 mil personas que votaron a favor de la medida”.

El metrodelegado Enrique Rositto dijo a este diario que las reuniones fueron varias, “porque esto afecta las condiciones laborales, y ellos pretenden hacerlo sin incorporar a nadie”. “Nosotros no hacemos horas extras porque el trabajo en el subterráneo es insalubre, y sin más personal es imposible prestar el servicio”, detalló y añadió que “en esa media hora, que son tres servicios más, entre conductores, algunos boleteros, guardas y reemplazos por francos deben ser con toda la furia unas 200 personas las que se necesitan para las cinco líneas”.

Para el dirigente gremial, “la encuesta fue engañosa porque preguntaban si la gente estaba de acuerdo con que el subte funcione hasta más tarde”. “Lo que no aclaraban era que esto significaba dejar de a pie a las personas que viajan a las 5 de la mañana. Y, además, que esto implicaba afectar las condiciones laborales de los trabajadores, a menos que incorporen personal. Por eso nos presentamos en la Subsecretaria de Trabajo de la Ciudad, para que convoque a las partes y evitar una situación de conflicto porque esto era un cambio establecido  unilateralmente. Por otra parte, y para que quede claro que no estamos en contra de modificar el horario del subte, propusimos recuperar el horario histórico que tuvo: de las 5 de la mañana hasta la 1.20 de lunes a jueves y los viernes, sábados y vísperas de feriado hasta las 3 de la mañana”, añadió Rositto.

“Cuando vieron el costo que implica y para evitar un conflicto en estos momentos, decidieron bajar el proyecto y dejarlo en el aire. Porque piensan el transporte con una lógica mercantilista y no con la idea de que es un servicio”, evaluó el dirigente.