Mientras asisitimos a la caída de los gurúes de las criptomonedas y los falsos trader, los bancos de provincia intentan imponerse como herramientas financieras con modelos "éticos y de desarrollo", para promover economías con mayores oportunidades, que incluyan en el circuito a segmentos de la población que requieren mayor impulso.

“En La Rioja a través del banco provincial, fuimos generando herramientas necesarias para apoyar las políticas del proyecto de desarrollo del Gobierno; para ello trabajamos codo a codo con los ministerios de Industria y de Producción”, comentó a La Rioja/12 Raúl Cabral, gerente de Banco Rioja. “La experiencia que tenemos es muy mirada por las demás provincias del país, porque hay una personalización de las oportunidades, y podemos hacer productos a medida de las familias o de las PyMEs”.

Para el CEO “esa es nuestra mayor ventaja competitiva”. Cabral sostuvo que “no somos parte de las finanzas especulativas, sino que proponemos un modelo de finanzas ético: ponemos la estructura a disposición de la comunidad, acompañando el ciclo de la familia, para que un préstamo te sirva para hacer hoy, lo que sin ayuda habría que postergar a un futuro lejano”.

“Banco Rioja es un banco de casi 90 años. Atravesó muchos momentos del país que no se pueden evaluar fuera de contexto, pero lo importante es que hoy tiene una visión clara: tenemos que cuidarlo, tiene que ser rentable; y esa rentabilidad hay que redistribuirla en beneficio de la comunidad y la economía”, aseguró.

Cabral señaló la importancia de construir un modelo económico sustentable: “Nuestra política es fortalecer y proteger los salarios de las familias, y darles productos financieros razonables. Por otra parte, procuramos que el comercio y la pequeña y mediana empresa tenga financiación para poder llevar adelante proyectos de inversión basados en la economía que se viene construyendo como Gobierno”.

Acerca de este modelo y otros temas, dialogó con La Rioja/12:

¿Qué diferencia a Banco Rioja de otros bancos de provincia del país?

En nuestro caso básicamente tratamos de que el plan estratégico integral del banco esté dentro del proyecto de desarrollo de la provincia. Somos un banco que paga los salarios de los trabajadores del sector público, y estamos transformándonos además en ser la entidad que paga los salarios de trabajadores privados. Lo que intentamos es que ese circuito se complete con que el dinero vuelva a comercios riojanos, que el dinero quede en la provincia, y de esta manera vuelva a nuestro banco. Antes ese dinero iba a bancos privados y nosotros éramos solamente pagadores de salarios.

¿Cuáles fueron las propuestas para cambiar ese perfil de banco?

Cuando nosotros aparecemos con mejores opciones de financiación, que apoya la inversión, que permite cambiar una máquina, que permite comprar tecnología, hacer refacciones, las cosas fueron cambiando. También acompañamos los capitales de trabajo necesarios en los procesos de crisis, todos los comercios y las PyMEs fueron poniendo sus cuentas principales en Banco Rioja, y ese dinero se mueve entre nosotros.

¿Tienen enlaces con otros bancos de provincia?

La existencia de otros bancos de provincia está dando origen a conversaciones para generar una normativa propia. Hay experiencias como el banco de Corrientes, Formosa, Chaco, que muestran la importancia de ser la herramienta de desarrollo que tienen las provincias, y que luego muestran otras herramientas de desarrollo, como constituirse en fondos de garantías públicos como los fondos fiduciarios.

¿Cuál es el universo de clientes con el que operan?

Tenemos prácticamente 130 mil clientes, de los cuales casi el 90% son personas, pero también está en pleno crecimiento nuestra cartera de PyMEs. También somos el banco de las instituciones. Nuestro beneficio es que el banco puede ser más rápido que otras entidades en contextos que de por sí son volátiles.

El perfil del Banco se abre entonces a lo privado…

Así es. Creemos que el banco es una de las herramientas que crea y desarrolla el sector privado; esto se vuelve a favor porque todo lo que no se produce a través de la pequeña y mediana empresa termina saliendo del presupuesto del Estado en gastos. Tratamos de generar adicionalidad financiera y económica.

¿Cómo fue el desafío de construir confianza desde un banco de provincia?

Justamente construir confianza no se logra de un día para el otro. Porque el depositante necesita creer que su dinero está a salvo. Se construye con mucho trabajo, con acciones, con presencia, con el vínculo que fuimos generando con nuestros clientes.

¿Cómo están manejando la migración hacia lo digital?

Estamos justamente transitando esa migración de los negocios presenciales a los digitales. Pero la experiencia nos dice que los usuarios todavía prefieren la atención física en muchos de los casos. La experiencia con un 0800 no siempre es buena y eso desalienta a lo digital sobre todo en provincias chicas como la nuestra. En eso sabemos que contamos con un plus de poder ofrecerle a la gente el cara a cara en la atención, y eso da mucha más confianza.

Después de la pandemia, en donde los bancos tuvimos que trabajar a puertas cerradas y teníamos que llevar elementos fundamentales como los salarios, por ejemplo, tuvimos que acelerar la cuestión digital. Estamos haciendo inversiones para atravesar ese proceso de transformación digital, que es una transformación cultural.

Siempre los bancos ayudaron a que la gente pague, cobre, u obtenga financiación. Ahora estamos trabajando en facilitar la manera en que lo hacen con mayor tecnología, pero acompañando con seguridad informática.

¿El banco puede ser además una herramienta de despegue económico para las provincias?

Es algo a lo que apuntamos. Nosotros no queremos vivir eternamente de la ayuda del Estado nacional. Necesitamos las herramientas y la infraestructura para poder hacer crecer una economía que va a poder hacer crecer a todo el país. Cuando logremos eso, vamos a poder ayudar a que las personas puedan vivir donde nacen, o que las provincias en donde se centran los grandes capitales también puedan vernos como lugares de crecimiento y desarrollo.

¿Cómo se construyen ese tipo de economías?

Fundamentalmente con la bancarización, acompañada de una educación financiera, para que el salario se lo use de la mejor manera. Que las PyMEs puedan producir productos y servicios que nosotros mismos podamos terminar consumiendo y que haya tasas razonables de financiación.

¿Cómo sobreviven estos modelos en el contexto financiero actual?

La Rioja tiene claro que sin un proyecto productivo e industrial a largo plazo, siempre estaremos sujetos a los vaivenes de la economía. Por eso hay un circuito con un paquete de medidas armado; Banco Rioja es el banco de todos los trabajadores que se van sumando al empleo formal de la provincia. Lo importante es que los trabajadores quieren tener la tarjeta de Banco Rioja, porque con ella acceden a muchos beneficios.

Hay que defender estos modelos ante los modelos especulativos. Tenemos que tener más normativas que apoyen este tipo de iniciativas, que generan desarrollo a largo plazo. En las que los jóvenes tienen alternativas. Sobre todo hay que creer en que se puede hacer desde provincias chicas: venimos de escuchar que hay provincias que son inviables, y todo este proceso ha demostrado que hoy se abren fábricas y se genera empleo.

A veces se descree del recupero en este tipo de modelos financieros ¿Cuál es el porcentaje de recupero de Banco Rioja hoy?

Banco Rioja tienen una de las moras más bajas del sistema. En el sector PyMEs tenemos menos del 1% de incumplimiento. Tenemos gran reciprocidad. Hoy podemos decir que hemos logrado que el riojano se apropie de su banco y lo cuide.