La descomposición de los peces y moluscos muertos aparecidos por millares en el río polaco Óder constituye una amenaza adicional para la segunda vía fluvial más larga del país, que se supone gravemente contaminada por un vertido, advirtió este martes un científico.

"El efecto secundario de la descomposición de tejidos es la liberación de sulfitos de hidrógeno y amoniaco que son tóxicos y pueden diluirse en el agua pero también pasar al aire," declaró a Efe el profesor Robert Czerniawski, hidrobiólogo de la Universidad de Szczecin (oeste).

Ello constituye un riesgo para animales y humanos, señaló, y alertó de que, adicionalmente, la descomposición de peces y moluscos puede producir sustancias de alimento para las algas, con el riesgo de que se reproduzcan rápidamente, limitando la cantidad de oxígeno en el agua.

Las primeras señales de la muerte masiva de peces por un vertido fueron detectadas cerca de Olawa (oeste) a mediados de julio, pero hasta la semana pasada el gobierno polaco restó importancia al fenómeno, que ha hecho también su aparición en la parte alemana del río.

El domingo, el Ministerio del Interior polaco informó que había desplegado unos 2.500 policías y bomberos para retirar los efectos de la catástrofe ambiental, principalmente peces y otros animales muertos, y el comandante del Servicio de Bomberos anunció que desde el viernes pasado han sido recolectadas en el Óder 80 toneladas de peces muertos, sólo en la parte polaca del río. En la zona alemana se recogieron aproximadamente 20 toneladas.

El hidrobiólogo Czerniawski, que en estos momentos realiza investigaciones de campo en el río, explicó que en comparación con la semana pasada hay menos peces muertos en las orillas pero que es posible que muchos permanezcan en el fondo y todavía no hayan emergido a la superficie.

"Gran parte de los efectos de la catástrofe todavía no se han observado, y se harán sentir durante meses e incluso años", pronosticó, y agregó que en su opinión el agua del Óder constituye un riesgo para la Bahía de Szczecin y para el mar Báltico en general.

Por el momento se desconoce la causa exacta del fenómeno. Los primeros análisis, realizados por las autoridades de la región alemana de Brandeburgo, fronteriza con Polonia, detectaron restos de mercurio y los medios especularon que la responsable podría ser una fábrica próxima a Olawa.

No obstante, el gobierno polaco asegura que no se han encontrado trazas de mercurio, aunque parte de que se realizó, de forma deliberada, un vertido ilegal, responsable de la muerte de la fauna, y que no se trató de una fuga occidental.

Por su parte, Czerniawski atribuye la situación más bien a una reacción en cadena causada por una sustancia tóxica y por la consiguiente muerte y descomposición de un cierto número de peces.

"No creo que una sola sustancia pueda causar una muerte tan masiva. Esta es más bien una secuela de todo el proceso," afirmó, aunque aseguró que "sin duda" este no comenzó por sí mismo, sino que tuvo un origen humano.