La canción de autor/a española goza de muy buena salud en las últimas décadas. Desde Silvia Pérez Cruz hasta El Kanka, hay un abanico diverso de artistas de edades, escenas y extracciones disímiles que mantienen actualizado y vivo al universo cancionero. Y en muchos de estos artistas se repite un elemento en común: una intensa conexión con la canción latinoamericana como fuente de inspiración. Entre esos nombres, se destaca el proyecto musical La Otra, encarnado por la cantautora Isabel Casanova. Admiradora de Violeta Parra, Víctor Jara, Mercedes Sosa, Chavela Vargas y Silvio Rodríguez, La Otra logró tejer y expandir una canción feminista con un potente compromiso político a fuerza de ritmos como el reggae, el neo-soul, el funk y el hip-hop. “Existe una batalla cultural en la que todes les artistas tenemos poder de influencia, así que trato de hacerme cargo de esa responsabilidad para ser consecuente con el mundo que quiero construir”, le dice la cantautora a Página/12 antes de presentarse este sábado 27 de agosto a las 20.30 en La Trastienda (Balcarce 460).

En medio de una gira que también la llevará a Chile y Uruguay, La Otra está presentando su tercer disco, Incendio (2021), un conjunto de doce canciones que conjuga la calidez de su voz y la potencia de sus versos. “Incendio es mi trabajo más maduro, y al haber sido producido y grabado en pandemia, tiene un extra de 'a fuego lento' que le da un sabor muy especial y lleno de detalles”, cuenta la madrileña. “Es un trabajo colectivo, coproducido junto a la banda que me acompaña en el proyecto, ya que compagino en formato acústico con el formato banda. Las canciones antes de ser producidas nacieron en crudo a guitarra y voz, y hablan de las cosas que me han ido atravesando con fuerza en los últimos años, de las experiencias propias que capto que trascienden lo individual y resultan ser compartidas”.

-Incendio, además, es un disco con varias colaboraciones: Rupatrupa, Pascuala Ilabaca, Luismi Partera, María Ruiz y Eva Sierra. ¿Es importante "no cantar sola", como decís en "Nunca canto sola"?

-Para empezar, creo que en esta vida nada se hace en soledad: ninguna idea ni ninguna producción cultural es una creación individual, todes nos nutrimos constantemente de muchas fuentes y es necesario reconocerlo para romper esta ficción individualista que atraviesa nuestra cultura llenándola de valores destructivos tanto para las personas como para otros seres vivos y el entorno en general. En contra de lo que nos dice todo el tiempo este sistema, somos interdependientes y somos vulnerables. Y para responder a la pregunta, en la música siempre es un privilegio compartir con compas a les que se admira, y las colaboraciones son siempre lugares de aprendizaje y enriquecimiento para las canciones.

-La libertad, la rebeldía y el empoderamiento son temas muy presentes en tu música. ¿De qué manera incidió el movimiento feminista en tu música?

-Me considero una de las muchas voces inspiradas y nacidas de los movimientos feministas en los últimos años. Puedo decir que los feminismos y en general la conciencia política es una de las cosas que me han salvado y me salvan la vida todo el rato. Nunca me hubiese atrevido a tomar la palabra sin la fuerza y la convicción que me dieron los feminismos, entendidos como una corriente de sentimiento-pensamiento-acción.

-¿Qué encontrás en la música latinoamericana como inspiración? En este disco, además, hay un aire de candombe ("Ya sé") y una particular versión de "La llorona" en clave rap junto a El No de Las Niñas.

-Lo que se ha venido a llamar “canción de autor” en España se ha desarrollado en Latinoamérica con una potencia y una riqueza muy particulares, y esto tiene que ver con lo importante que ha sido la música en los procesos populares revolucionarios de acá, y por otro lado la manera en la que se ha mezclado o ha sido influida por las músicas de raíz. También la riqueza poética es increíble, así que como cancionista o cantautora es imposible no mirar aquí para gozar y aprender. En Incendio hay efectivamente un aire de candombe en “Ya sé”, un aire de huapango mezclado con hip hop en “La llorona” (que además es un diálogo con al arquetipo de la mujer condenada a sufrir), una samba que es “Selvática” y también hay un aire de bolero en algunas partes de “Una ciudad grande y una niña pequeña”.

-¿Y qué ritmos o estilos de la música tradicional de tu país inspiran tu propia música? En "Solo para ti", por ejemplo, ¿no?

-Siendo hija de una metrópolis europea, creo que mi raíz es una coctelera. No me he criado escuchando ningún género en particular sino que siempre ha habido una mezcla. He crecido escuchando pop, rock, punk, reggaetón, música jamaiquina, hip hop, canción de autor o trova. Por desgracia, no soy una buena conocedora del folklore propio de la península ni tampoco del flamenco, que he empezado a escuchar en los últimos años. “Solo para ti” es en la versión del disco una rumba, porque está inspirada en una amiga que canta muchas rumbas, pero nació y así la he recuperado para el directo, con ritmo como de funk lento.