Las tareas de socorro se intensificaron este miércoles en Pakistán para intentar ayudar a las decenas de millones de personas afectadas por las lluvias monzónicas que inundaron un tercio del país, causaron la muerte de al menos 1.136 personas y provocaron daños multimillonarios, arrasando tierras agrícolas básicas para la economía.

"Pakistán está inundado de sufrimiento. El pueblo pakistaní está confrontado a un monzón cataclísmico", dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al lanzar un pedido de donaciones de 160 millones de dólares para los próximos seis meses.

Más de 33 millones de personas, uno de cada siete habitantes, se ha visto afectado por las "peores inundaciones de la historia" del país, en palabras del primer ministro Shehbaz Sharif.

Su gobierno estima que necesitará al menos 10 mil millones de dólares para reparar los daños masivos en las infraestructuras, particularmente en las telecomunicaciones, las carreteras y la agricultura.

Pero la prioridad es atender a las miles de personas bloqueadas en las montañas y los valles del norte y en los pueblos aislados del sur y el oeste.

Uno de los lugares más afectados es la provincia del Sind, que, vista desde arriba, no es más que una extensión sin fin de agua, sin apenas lugares secos donde drenarla.

"Si sobrevuelas el paisaje, no ves ninguna tierra seca, solo kilómetros de campos inundados y aldeas anegadas', señaló la ministra de Cambio Climático, Sherry Rehman.

Fenómenos extremos

En esta temporada de monzones, Pakistán recibió dos veces más lluvias de lo habitual, según el servicio meteorológico. En las provincias meridionales de Baluchistán y Sind, las más afectadas, se cuadruplicó la media de los últimos 30 años.

El monzón, que habitualmente dura de junio a septiembre, es esencial para la irrigación y la reposición de los recursos hídricos del subcontinente indio.

Pero hacía al menos tres décadas que Pakistán no vivía precipitaciones tan fuertes y sostenidas, algo que sus responsables atribuyen al cambio climático que aumenta la frecuencia de los fenómenos extremos.

Este año, el país ya vivió una ola de calor con temperaturas superiores a los 50 ºC, incendios devastadores y unas crecidas catastróficas causadas por el rápido deshielo de los glaciares.

Aunque sea responsable de menos del 1% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, Pakistán figura como el octavo país más amenazado por fenómenos meteorológicos extremos, según un estudio de la ONG Germanwatch.

El gobierno se lo reprocha a los grandes países industrializados, a los que acusa de haberse enriquecido gracias a las energías fósiles sin prever las consecuencias.

Escasez de comida

Muy dependiente de su agricultura, Pakistán espera graves consecuencias para una economía precaria que ya nota las primeras consecuencias del desastre, con una explosión de precios de productos alimentarios como las cebollas, los tomates o los garbanzos.

Sharif prometió que cada céntimo de ayuda será gastado "de forma transparente" y se destinará "a aquellos que lo necesitan".

Estados Unidos anunció el martes un envío de 30 millones de dólares de ayuda humanitaria. También empezaron a llegar vuelos de carga de China, Turquía o Emiratos Árabes Unidos.

Por todos lados aparecieron campamentos improvisados para acoger a los desplazados, que deben aguantar el fuerte calor y la escasez de agua potable y comida.

Guterres y una visita "solidaria"

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, viajará a Pakistán la semana próxima en solidaridad con las víctimas de las lluvias.

Stephane Dujarric, portavoz de la ONU, indicó a la prensa que "con la trágica situación que enfrentan millones de hombres, mujeres y niños afectados por estas inundaciones históricas en Pakistán, el secretario general viajará al país la próxima semana para una visita de solidaridad".

Guterres prevé llegar a la capital, Islamabad, el 9 de septiembre, antes de viajar a "las áreas más afectadas por esta catástrofe climática sin precedentes", precisó el vocero.

En la zona se reunirá con familias desplazadas y agencias humanitarias que allí trabajan.