El dólar blue anotó este miércoles un baja de 1 peso, para ubicarse en 290. A finales de julio cotizaba en 296, y ese mes había llegado a marcar picos de más de 320 pesos. El contado con liquidación terminó agosto en 292,83 pesos, al disminuir 1,7 por ciento en la jornada pero incrementarse 1,6 por ciento en el mes. Las acciones de la bolsa porteña terminaron con rebotes importantes en agosto, mientras que los bonos soberanos no consiguieron sostener el aumento de precios.

Las presiones con las reservas internacionales continuaron a lo largo del mes, a pesar que en las últimas semanas el Banco Central a cargo de Miguel Pesce consiguió comprar divisas. Este miércoles la autoridad monetaria se hizo con 5 millones de dólares, aunque en el acumulado del mes los operadores de cambio de la city estiman que intervino vendiendo más de 498 millones de dólares, que generaron una caída de las reservas.

Los incentivos que ofreció el Central a finales de julio al complejo agropecuario para incentivar la venta de la cosecha de soja no fueron efectivos para aumentar la oferta de divisas en el mercado de cambios. Los productores sojeros siguen esperando una mejor oferta del Gobierno para acelerar la venta de la oleaginosa guardada en las silobolsas. 

Rebote en la Bolsa

Por el lado de los activos bursátiles, el índice Merval terminó agosto con un rebote del 11,2 por ciento y acumula en el año un avance de 61 por ciento, una cifra que se ubica por encima del incremento de la inflación y del resultado del tipo de cambio financiero. Una de las empresas que más subió el último mes en la bolsa porteña fue la petrolera YPF, con un incremento de 47 por ciento, que le permitió acumular en lo que va del 2022 una suba de 105,7 por ciento.

En el caso de los bonos soberanos en moneda extranjera, los títulos más largos como el Global 2046 recuperaron hasta 7 por ciento en agosto, pero los más cortos como el AL30 bajaron más del 4. El resultado fue que el riesgo país finalizó el mes en 2389 puntos, con una baja leve de 0,2 por ciento. En el año, sin embargo, anota un incremento de más del 40 por ciento. 

El Ministerio de Economía espera moderar las presiones financieras a partir del programa de consolidación fiscal que lleva adelante, el cual se basa principalmente en el recorte de subsidios a las tarifas de energía, y una inflación que achica en términos reales el gasto público. La consigna es que se cumplirá con el déficit fiscal de 2,5 por ciento del PIB que fue negociado con el FMI y ratificado como meta del nuevo equipo de Hacienda.