Por “razones de agenda”, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 5 de Ciudad de Buenos Aires pospuso nuevamente el comienzo del juicio contra el represor Mario Alfredo “Churrasco” Sandoval por el secuestro de Hernán Abriata, y comenzará el próximo 14 de septiembre. Efectivo de Inteligencia de la Superintendencia de Seguridad Federal e integrante del grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA durante la última dictadura cívico militar, Sandoval participó --se calcula-- de los crímenes de lesa humanidad de unas 500 personas que allí estuvieron secuestradas, muchas de las cuales, como aquel joven estudiante de Arquitectura, permanecen desaparecidas. No obstante, por el momento será juzgado por ese solo episodio debido a que así lo determinó la extradición habilitada por la Justicia de Francia, en donde “Churrasco” se recicló como profesor universitario y experto en seguridad hasta hace tres años, cuando fue enviado a Argentina.

La postergación fue comunicada por la jueza Adriana Palliotti y el juez Daniel Obligado, quienes junto con Fernando Canero integrarán el tribunal que juzgará a Sandoval. El juicio debía comenzar a mediados de la próxima semana, su segunda fecha desde que su realización fue anunciada a principios de 2022. Ahora lo hará una semana más tarde. “El juicio debía comenzar en mayo pasado pero los jueces lo pospusieron porque tenían otros juicios que hacer. Estamos muy ansiosos, queremos que finalmente esto suceda”, dijo a Página/12 Mónica Dittmar, compañera de Abriata antes de conocer la nueva dilación.

Fue Dittmar una de las personas que reconoció a Sandoval como quien dirigió la patota que la noche del 30 de octubre de 1976 se llevó a Abriata del departamento que compartía con ella. Ambos estudiaban Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Sandoval se presentó ante la mujer con su carnet de subinspector de la Superintendencia de Seguridad Federal y adujo que a Hernán lo buscaban por una denuncia de la universidad, sin más datos. La misma información dio a Carlos Abriata, “Tito”, el papá del joven, ya que primero lo fueron a buscar a la casa de su familia. En lugar de tocar el timbre, los secuestradores –entre los que también fue reconocido el marino retirado Ricardo “Sérpico” Cavallo– hicieron estallar un abomba en la puerta de la vivienda. Andaban en dos camionetas de la ESMA, según se pudo reconstruir en base a testimonios de la familia.

De Abriata, Mónica, Tito, Beatriz Cantarini –la mamá de Hernán–, sus hermanes y sus cuñadas no supieron más nada durante un tiempo. A los dos días hicieron la denuncia sobre su secuestro, pero un tío paterno, efectivo de la Marina, les persuadió de que no ahondaran y esperaran. Bety se sumó a Madres de Plaza de Mayo, Tito movió contactos. Tiempo después supieron por tres sobrevivientes que el hijo, el esposo, el hermano tan buscado había sido llevado al centro clandestino montado por la Armada en el Casino de Oficiales de la ESMA. Mucho tiempo después se halló en capuchita, lugar de cautiverio que habían compartido dentro del centro clandestino, una inscripción que el joven había dejado: “Mónica te amo”.

De Sandoval no se supo nada más hasta fines de la primera década de los 2000, cuando un artículo de Página/12 reveló que era profesor universitario y hasta asesor presidencial –del ex mandatario Nicolás Sarkozy– en París, donde se presentaba como experto en Seguridad. En 2012 el juez Sergio Torres, entonces a cargo de la causa ESMA, solicitó a la Justicia francesa la extradición de Sandoval, nacionalizado galo, por su participación en los crímenes de lesa humanidad contra unas 500 personas: además de los testimonios que lo vinculaban con el secuestro de Abriata, hay relatos de sobrevivientes que lo ubican dentro del centro clandestino.

Churrasco se resistió: contraatacó con denuncias contra medios y periodistas, acudió a cuanta instancia apelatoria tuvo y si bien logró demorar el trámite, ocho años después, Francia habilitó que la Justicia argentina lo juzgue tan solo por el secuestro de Abriata. Desde la Unidad Penal vip de Campo de Mayo, el represor insistió en discutir el hecho ante organismos de derecho internacionales, pero tampoco tuvo éxito. Dentro de dos semanas, si no hay sorpresas, finalmente será juzgado.