Desde Santa Fe

La paritaria de los gremios estatales arrancó ayer en la Casa Gris con un primer acuerdo y una promesa. El gobierno de Omar Perotti admitió ante los líderes de UPCN Jorge Molina y de ATE Jorge Hoffmann que los sueldos públicos perdieron poder adquisitivo ante la estampida inflacionaria, lo que plantea más interrogantes por el costo político del conflicto que asumió el gobernador durante el mes de agosto: once días sin clases en las escuelas y cinco semanas de paros en sectores del Estado, entre ellos en el sistema de salud, que fue el más grave. Molina dijo que “el gobierno aceptó que hay un desfasaje salarial” y por lo tanto, lo consideró un avance “promisorio” y “halagüeño” para encontrar “una solución” a la escalada de huelgas y el “conflicto permanente”. “La única verdad es la realidad”, citó. La promesa la planteó el ministro de Trabajo Juan Manuel Pusineri, quien adelantó que en la próxima reunión, el jueves que viene, esperaba “poner sobre la mesa una oferta salarial” a los trabajadores públicos para lo que resta del año.

Las negociaciones comenzaron en la oficina del ministro de Economía Walter Agosto, quien sentó a su lado a Pusineri, su colega de Trabajo que pilotea todas las paritarias por encargo de Perotti. Hoy, seguirá –ya en su propio despacho- con los líderes de los gremios docentes, entre ellos Amsafé y Sadop. Y el lunes, con los médicos de AMRA y los profesionales de la salud de Siprus.

Molina ponderó el primer acuerdo. “El gobierno asumió que hay un desfasaje salarial. Lo tiene claro. Hoy (por ayer) no se trataron porcentajes, pero partimos de analizar la realidad como es. Eso es bastante promisorio. Es un escenario que nos puede llevar a solucionar ese desfasaje. Eso es lo más importante. Obviamente, nosotros tenemos nuestros números, el gobierno tendrá los suyos, pero los dos partimos de reconocer la realidad, tal cual es. Eso es halagüeño”, dijo el jefe de UPCN.

Ese reconocimiento oficial es el primer paso. “¿Hay pérdida salarial? Sí. Entonces, ahora vamos a trabajar para lograr un consenso y una propuesta que sea aceptada por los compañeros porque es justa y satisfactoria”, explicó Molina. “Hay coincidencia en el diseño de la política salarial, obviamente ponerse de acuerdo en los números será una instancia más fina. El gobierno coincide en la salida del conflicto. Es necesario corregir ese desfasaje (de los salarios) y tener una proyección de la inflación que sea razonable y no estemos en conflicto permanente”.

Pusineri coincidió que a partir de hoy comenzarán una “serie de intercambio y reuniones” entre las partes. “El jueves que viene vamos a tener un nuevo encuentro con UPCN y ATE, donde fruto del trabajo que podamos realizar en estos días esperamos tener las condiciones para poner sobre la mesa una oferta salarial”, prometió.

-¿En qué se avanzó? –le preguntaron.

-Escuchamos algunos criterios de los gremios ante el aumento de la inflación. Lógicamente, no desconocemos el impacto de la inflación (en el bolsillo de los trabajadores). Es un tema de preocupación central en la provincia. Por eso, estaba prevista la revisión (de la paritaria) en setiembre”, aceptó Pusineri. “Nosotros mantenemos lo que dijimos en marzo. No queremos que los salarios pierdan poder adquisitivo” ante el costo de vida. “Ese es nuestro compromiso”, ratificó.

-¿El aumento puede ser una suma fija o porcentajes?

-Lo vamos a trabajar. Nunca hubo una imposición y si hay cuestiones que no tienen consenso, siempre se buscan alternativas porque la negociación es eso: buscar puntos de acuerdos -respondió.

Lo que quedó pendiente en el diálogo es el descuento de los días de paro que metió mucho ruido en los gremios y escaló el conflicto. El tema fue incorporado a la agenda de la paritaria por los gremios. “Lógicamente, cuando se incorpora un tema, va a tener tratamiento”, dijo Pusineri. “Por el momento, tenemos una decisión” que es descontar los días de huelga, pero recién con los sueldos de setiembre, que se pagan en los primeros días de octubre. “El gobierno tomó una decisión” y la mantiene.

El líder de ATE Jorge Hoffmann dijo que esperaba otro gesto de la Casa Gris –y no la que ratificó Pusineri- ante la necesidad de “distender” la paritaria y “crear un buen clima para garantizar una negociación tranquila, con la menor tensión posible”. “Lo que aspirábamos es que el descuento de los días de paros esté fuera de la negociación, pero si tenemos que negociar lo vamos a hacer con la firme decisión de que se deje sin efecto. Esperábamos un gesto del gobierno”, que ayer no ocurrió.