El ingenio de los exfuncionarios de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) macrista para intentar alargar las resoluciones en las causas por espionaje parece no tocar nunca su techo. Ahora, un exdirectivo de la central de espías durante el gobierno de Cambiemos quiere correr a una jueza de la Cámara Federal de Casación porque ella condenó los encuentros secretos entre uno de sus colegas del máximo tribunal penal del país y el expresidente Mauricio Macri.
El exdirector de Reunión de la AFI Eduardo Winkler recusó a la camarista Ángela Ledesma por supuesta “animadversión” no contra él sino contra Macri. La jueza integra la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal y, por lo tanto, tendrá que revisar el sobreseimiento con el que los camaristas Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia beneficiaron a Macri en la causa por el espionaje a los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan, el submarino que se hundió en noviembre de 2017.
Para correr a Ledesma, la defensa de Winkler –que encabeza la abogada Laura Gnas– echó mano a un argumento exótico: como Ledesma dijo que no era aceptable que un juez de la Casación –en ese caso, Gustavo Hornos– se reuniera con un presidente sin que fuera de manera oficial, eso indicaría que tiene animosidad contra el líder del PRO. “Ese cuestionamiento, que a primera vista aparece enderezado a poner en crisis el comportamiento del señor Juez Hornos, bien analizado pone en evidencia una cierta posición frente al señor Mauricio Macri que puede calificarse como de antipatía”, escribió la abogada de Winkler.
Ledesma y Alejandro Slokar fueron quienes más fuertemente rechazaron las reuniones de Macri con los casadores Hornos y Mariano Borinsky cuando estalló este escándalo –en febrero de 2020–. Ledesma y Slokar entonces le pidieron la renuncia a Hornos a la presidencia de Casación. Además, la jueza acudió a la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial (CIEJ) para pedirle un pronunciamiento a ese organismo, que dejó en claro que los encuentros a hurtadillas no contribuyen a la división de poderes ni a la protección del Estado de derecho. Ledesma y su colega Ana Figueroa fueron quienes expusieron en el Consejo de la Magistratura las conductas misóginas de otro integrante de la Cámara Federal de Casación Penal, Juan Carlos Gemignani.
Por otro lado, Ledesma fue elegida durante el gobierno de Macri para integrar la comisión encargada de redactar un proyecto para reformar el Código Procesal Civil, por lo que difícilmente se la pueda acusar de tener una postura de antipatía con el macrismo. Lo que la jueza planteó fue que los magistrados no deben ni reunirse a hurtadillas ni jugar al paddle con quienes ocupan el Poder Ejecutivo.
Es probable que el macrismo busque sacarse de encima a Ledesma por el rol que tuvo cuando le tocó intervenir en otra de las causas de espionaje, la que giraba en torno de los espías Súper Mario Bros. Entonces, Ledesma se opuso a que le quitaran el expediente al juez de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé y a los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide porque alertó que el pase a Comodoro Py terminaría, al menos, aletargando la investigación. No se equivocó. Cuando se mudó a Retiro, la causa tenía 38 procesados pero Llorens y Bertuzzi dejaron en pie solo diez de esos procesamientos cuando sacaron a relucir la teoría del “cuentapropismo”.
Winkler, que parece cuidar los intereses de Macri en la causa del ARA San Juan, tuvo a su cargo el control de las bases de la AFI en las provincias durante la gestión de Gustavo Arribas al frente del organismo. En Dolores, lo procesaron como responsable del espionaje que la delegación Mar del Plata de la AFI hizo sobre las familias de los submarinistas. Al igual que Macri fue sobreseído por la Cámara Federal en julio pasado, cuando los camaristas dijeron que hubo tareas de inteligencia sobre los parientes pero que no fueron ilegales porque estaban en riesgo la seguridad interior y la seguridad del presidente.
En 2020, Winkler pidió una licencia extraordinaria a la Cámara de Senadores –donde trabajaba antes de su mudanza a la AFI– para pasar a desempeñarse en el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, estuvo a cargo del Departamento Técnico-Científico del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ).
"Los tentáculos del Poder Judicial con el expresidente y sus colaboradores son palpables y reales en este fuero", dice la abogada querellante Valeria Carreras.
"Lamentablemente vamos hacia un callejón sin salida en Argentina", agrega la abogada, que tiene hecha una presentación ante Naciones Unidas por la influencia de Macri en los tribunales de Comodoro Py. Además, advierte que "mientras se suceden ante nuestra vista relaciones carnales entre el anterior Poder Ejecutivo y el Poder Judicial con sede en Comodoro Py, no hay chance posible de llegar a un fallo justo".