El próximo 25 de septiembre Italia elegirá 400 diputados y 200 senadores para renovar la totalidad del Parlamento e iniciar el proceso que derive en la elección de un nuevo primer ministro luego de la renuncia de Mario Draghi el 21 de julio. Por América del Sur son seis los candidatos que pone en juego el progresista Partido Democrático, y entre ellos se encuentra un reconocido médico obstetra del Hospital Italiano de Buenos Aires, Mario Sebastiani

En diálogo con Página/12, Sebastiani pide a los votantes en Argentina, el segundo país en el mundo con más ciudadanos italianos después de Italia, que voten por correo hasta el 20 de septiembre para frenar un eventual avance de la ultraderecha y se mantengan en alerta frente a los intentos de fraude que ya empañaron otros comicios. Además explica: "Tener ciudadanía italiana no es solo querer entrar a Estados Unidos sin que nos pidan la visa. La ciudadanía es italianidad pura".

- ¿Por qué decidió dar un salto del mundo de la medicina a la política?

- Es la primera vez que soy candidato para el Parlamento italiano, pero siempre he tenido militancia por la despenalización del aborto, por la igualdad de las mujeres y actualmente por la muerte médicamente asistida. Nunca estuve atado a ningún partido ni ninguna sociedad científica, siempre quise mantener mi autonomía para poder decir lo que quiera. Me preocupa la situación italiana, me preocupa que la derecha pueda ganar. Varios italianos de varios lugares del país me ofrecieron la candidatura. Lo pensé 24 horas, revisé los postulados del Partido Democrático y acepté.

- ¿Cuáles son las principales propuestas de su partido?

- Mejor democracia, transparencia, inclusión, esto tiene mucho que ver con las mujeres y esto tiene mucho que ver con la política migratoria. La idea del progresismo no es tener más institutos de química, de física o de astronáutica, sino que es un concepto filosófico y sociológico que busca que las sociedades puedan gestionarse mejor con todas sus dificultades. Italia tiene unas carencias extraordinarias de médicos, de kinesiólogos, de enfermeras. Por suerte ya hay convenios entre Calabria y Sicilia y la Universidad de Rosario, donde hay varios médicos que ya están trabajando en esas regiones, tenemos que avanzar. Otro aspecto que me parece importante es tratar de resolver este caos de servicios consulares, por la gran avalancha de pasaportes que son requeridos. También hay que mejorar el salario de los que vienen de Italia a trabajar aquí.

- La derecha está armando una alianza con al menos tres nombres importantes como Giorgia Meloni, Silvio Berlusconi y Matteo Salvini. ¿Le preocupa que alcancen la mayoría?

- En este momento las encuestas están muy parejas. Italia va a tener que decidir una u otra manera de vivir. La derecha es cierre de Italia, alinearse con (el presidente de Rusia) Vladimir Putin y alejarse de la Unión Europea. Sería un retroceso democrático muy importante. Entiendo que progresismo, inclusión o transparencia no son términos que seduzcan, que eroticen al votante. Pero estamos confiados en ser una primera o una segunda fuerza. Un aspecto fundamental es tratar de que el ganador no tenga mayoría parlamentaria, porque esto sino se transformará en un imperio, en una cosa feudal.

- ¿Hay riesgos de que se repita un escenario de fraude como el de 2018 con el senador Fabio Porta?

- El voto por correspondencia es un sistema complejo. Podría haber situaciones corruptas como por ejemplo que alguien diga: paso a buscar los sobres, o dejá los sobres en la Unión Italiana y no te preocupes porque nosotros los llevamos al Correo Argentino. Podría haber un acto de corrupción dentro de los correos como lo hubo anteriormente, inclusive con correos privados. No va a haber veedores, no hay un veedor de todas las agrupaciones que se presentan a las elecciones, entonces este es un sistema que yo diría que habría que cambiarlo. Italia no pasó a un voto electrónico, no se pueden poner urnas tampoco para este tipo de votación porque es muy difícil, con lo cual también tenemos un sistema electoral en silla de ruedas, con bastones y con probabilidades de corrupción. Por todo esto pedimos a los italianos en Argentina que monitoreen este tipo de cosas y si ven algo que no está funcionando legal y moralmente lo denuncien.

- Hay más de 700 mil italianos habilitados para votar en Argentina, aunque muy pocos terminan yendo a votar. ¿Cómo se los podría convencer?

- Yo quiero ser un representante de los italianos en la Argentina. Quiero tratar de quitar esta mancha que es sacar la ciudadanía para tener un pasaporte para ir a un aeropuerto europeo y no hacer la cola de los extracomunitarios, o para tener un pasaporte que me permita ir a trabajar a España porque es el lugar donde hablan mi idioma, o para ir a Miami y no tener que sacar una visa de ingreso a Estados Unidos. Esto es lo que me parece que hay que cambiar y por eso llamo la atención a los ciudadanos: voten para una mayor italianidad. Tener un mayor reconocimiento de la cultura, un mayor gusto por la comida que es extraordinaria, entender que Italia no es Fiat, Italia es Ferrari porque busca la perfección. Muy bien, a través del voto tenemos que mejorar la calidad de vida de Argentina, la calidad de vida de Italia y tratar de abrochar de alguna manera a estas dos culturas.