Japón declaró, esta semana, en pleno 2022, la guerra contra el disquete, un soporte de almacenamiento de datos previo a los CD y Pendrive, muy popular entre los años ‘80 y ‘90 y discontinuado en 2011. Así lo hizo el flamante ministro japonés de Digitalización y varias veces legislador nacional, Taro Kono.

Kono explicó que la decisión se debe a que todavía son utilizados, hoy en día, en miles de procedimientos gubernamentales en Japón. 

Según datos gubernamentales, la administración pública requiere el uso de estos dispositivos de almacenamiento en unos 1.900 procedimientos, tanto para presentar solicitudes como para completar formularios.

"El ministro Digital le declara la guerra a los disquetes", bromeó este miércoles en su perfil de Twitter el mediático ministro, el político japonés con más seguidores en redes sociales, con más de 2,5 millones de cuentas. Kono llegó al frente de la Agencia de Digitalización en la remodelación del Gabinete que el primer ministro, Fumio Kishida, a principios de agosto.

En verdad, el plan de Kono es más ambicioso y trasciende la guerra contra el disquete: busca "cambiar las regulaciones" para que estos aproximadamente dos millares de procesos se puedan completar en línea y transformar la obsoleta arquitectura de la burocracia japonesa que está previniendo su digitalización.

El ministro japonés —que en el pasado fue el titular de Defensa y de Asuntos Exteriores— publicó su declaración de intenciones un día después de que un grupo de trabajo se reuniera para estudiar el asunto y reformar los reglamentos que exigen, por ejemplo, que ciertos datos se envíen obligatoriamente en casetes, cedés o MiniDiscs.

Este funcionario fue uno de los candidatos que se presentó a las primarias del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) en septiembre del año pasado para suceder a Suga y convertirse en primer ministro, una carrera en la que salió victorioso Kishida.