Armani (5): no mostró inconvenientes físicos luego del desgarro que padeció en los últimos días, y el nuevo esquema defensivo hizo que tuviera mayor participación que la habitual. Apareció de manera magistral ante un remate de Guillermo Fernández que sacó con una mano. En el gol de Benedetto se quedó sobre la línea, cuando tuvo la posibilidad de salir a cortar el tiro de esquina. En el descuento le costó retener un envío de Molinas y casi convierte un gol en contra.

Herrera (4): no pareció conforme con la posición de volante por la derecha, y quedaba descolocado tanto en defensa como en ataque. Cuando intentó habilitar con pases largos no lo hizo con precisión. El ex San Lorenzo jugó sólo el primer tiempo.

Díaz (5): el espacio que quedaba atrás de Herrera hizo que tuviera que salir permanentemente cuando lo encaraban Fabra y Ramírez, y no podía responder con eficacia. El cambio de esquema en la segunda parte lo obligó a jugar como lateral por la derecha, y estuvo más preocupado por evitar el desborde de los rivales que por tratar de pasar la mitad de la cancha.

Mammana (6): el mejor de River por su rendimiento en todo el encuentro. Se anticipó en un tiro de esquina para poder conectar de cabeza y casi convierte un gol. En el plano defensivo fue correcto y no se complicó en las salidas.

Pinola (5): tuvo problemas para controlar a Langoni, que estuvo muy movedizo por ese sector al inicio del juego. Con el correr de los minutos se fue afirmando y pudo prevalecer ante el juvenil de Boca.

Casco (5): al igual que Herrera, se lo vio incómodo con el adelantamiento que tuvo que ofrecer con la decisión de jugar con tres defensores.

De La Cruz (4): el uruguayo se ofreció como salida, con la intención de armar las acciones de ataque, aunque alternó pases precisos con otros imperfectos.

Pérez (5): tuvo mucho trabajo interrumpiendo el juego rival, y luego participando en el armado del juego ofensivo. No pudo prevalecer en la zona media ante Varela.

Quintero (4): se lo vio con poca participación en la función de enlace. El colombiano no logró combinar con De La Cruz y el equipo lo sintió. Su nivel bajo hizo que no saliera a jugar el segundo tiempo.

Suárez (4): empezó moviéndose por la izquierda, aunque con poco espacio para despegarse de Advíncula. El cordobés no pudo exhibir su movilidad habitual y se fue diluyendo hasta que fue sustituido.

Solari (4): demasiado desconectado del resto. Se ubicó como centrodelantero y no es el lugar que más lo favorece. Su poca participación hizo que el técnico lo reemplazara en el entretiempo.

Borja (4): se estacionó en el área de Boca, pero no tuvo ninguna situación para convertir un gol. En el final se mezcló en la fricción que proponía Boca y recibió la tarjeta amarilla.

Barco (5): se ubicó entre Suárez y Borja, pero unos metros más atrasado. La intención era colaborar con Aliendro en la creación, pero no lo pudo concretar.

Aliendro : ingresó para participar del circuito ofensivo, debido a que River no tuvo a nadie que se pudiera adueñar de esa función en la primera parte. El ex Colón ni siquiera tuvo mucho tiempo para acomodarse, ya que un golpe que recibió de Varela le provocó una fractura de maxilar y tuvo que dejarle su lugar a Palavecino.

Beltrán: se instaló en el ataque, cuando River acumuló gente en ofensiva, pero no tuvo un lugar fijo y eso provocó que no tuviera incidencia en esa zona.

Palavecino: el problema de Aliendro lo hizo jugar de manera sorpresiva. Se paró del medio hacia la izquierda y tuvo algunas buenas apariciones cuando se juntó con De La Cruz. El volante probó una vez al arco y su remate lo atrapó Rossi. En otro derechazo la pelota salió desviada.