En la Cámara Federal de Casación Penal empezó a tomar envión la causa sobre el espionaje a los familiares del ARA San Juan –expediente en que el expresidente Mauricio Macri consiguió un sobreseimiento en julio pasado–. Los camaristas Mariano Borinsky y Ana Figueroa fueron sorteados para resolver las recusaciones de dos de sus colegas de la Sala II que son los que intervienen en el caso.

Ángela Ledesma, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci son los jueces que deberían decidir si convalidan lo que sus colegas de la Cámara Federal dijeron hace unas semanas: que existió inteligencia sobre las familias de los submarinistas pero que estaba justificada por las amenazas a la seguridad presidencial y la seguridad interior.

Sin embargo, dos de ellos fueron recusados: Mahiques y Ledesma. A Mahiques pidió apartarlo la abogada querellante Valeria Carreras mientras que a Ledesma quiere correrla un exdirectivo de la AFI porque dice que la jueza tiene animosidad contra Macri por haber sido crítica de las reuniones que mantuvo con colegas suyos de la Casación.

Paradójicamente, uno de los que deberá decidir sobre la situación de Ledesma es el camarista Mariano Borinsky, quien –al decir del propio Macri– jugaba al tenis con él en Olivos. La otra jueza que salió sorteada es Ana María Figueroa. Borinsky, Figueroa y Yacobucci se reunirán la próxima semana para empezar a analizar los planteos, dijeron en el tribunal.

En diciembre del año pasado, el juez federal Martín Bava procesó a Macri por haber ordenado espiar a los parientes de los 44 tripulantes del ARA San Juan, el submarino que se hundió en noviembre de 2017. Cuando la causa pasó a los tribunales de Comodoro Py, los camaristas Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia no solo desvincularon al expresidente sino también al resto de los imputados al decir que el espionaje estaba justificado.