Martín Del Río, el sospechoso del doble parricidio de Vicente López, presentó una nueva carta a los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería, que investigan el crimen de sus padres, y apuntó contra su amante, a quien calificó como extorsionadora y acusó de haberlo inculpado para su posterior detención.

Antes de que se difundieran los videos donde se puede ver al acusado abrazado de la agente inmobiliaria con la que mantenía una relación extramatrimonial, Del Río escribió una misiva de puño y letra a una semana de estar detenido en la DDI de San Isidro.

En la carta, el presunto parricida que reiteró su inocencia en el caso y se puso a disposición de la justicia, remarcó que “después de la declaración de la mujer que me extorsionaba está mi detención”.

En un fragmento del texto, Del Río vuelve a hacer referencia a su amante y destaca que “días antes fui hacer unos trámites al centro y una mujer estaba preguntando por mi. O casualidad era ella, siempre estaba rastreándome, nos espiaba, nos seguía, el día anterior estaba en un departamento de Belgrano. A esta extorsionadora la conocemos por el negocio inmobiliario en La Rioja”.

El texto completo de la carta

“Hola Soy Martín Santiago del Río. Hace ya casi una semana que estoy detenido en la DDI de San Isidro. El personal es súper respetuoso y con mucho don de gente. Gracias eternas porque pasar este momento es muy duro y angustiante. Y pensar en el dolor de mi familia es tremendo. Hijos los amo y los extraño. Flaca te amo.

Desde el día que nos enteramos del asesinato de mis padres colaboré con todos los datos e información que me requirieron el equipo fiscal y todas las divisiones de la policía de la Provincia. Disposición total. Aporté todo lugar, llaves, contraseñas, documentación y todo lo que sabía de ellos. Aunque hace 22 años que no vivo con ellos. Pero sí trabajo con ellos. En todo el transcurso de los días, siempre a disposición mi hermano y yo.

El día de mi detención salgo a trabajar normalmente, fui al Microcentro, hice unos trámites y cerca de las 16 tenía que pasar a pagar una cuota en un consultorio en la calle Valentín Gómez. O casualidad, xxx (el nombre de su amante se mantiene en reserva) le estaba preguntando si había pasado yo. Me lo dijo preocupada por la insistencia. Salgo a la vereda y, o casualidad, sentada en la reja, me estaba esperando. Siempre estaba rastreándome. Nos espiaba, nos seguía. El día anterior estaba en un departamento de la familia en Belgrano. Bajá o toco timbre, fue el mensaje. A esta extorsionadora la conocemos por un negocio inmobiliario.

La situación empeoró cuando se queda sin trabajo. Los reclamos subían de nivel. Dame una casa, dame un lugar. El pedido de dinero era casi diario. Nunca accedí. Quería una vivienda, dinero. Se había hecho un mail con mi apellido y a mis padres los llamaba suegros. Los mensajes y llamados eran 500 diarios. Una locura. Dejé de leerlos. Las amenazas crecían: ‘No sabés con quién te mentiste’, ‘Voy a ir a tu casa’, ‘La voy a llamar a tu mujer y a tus hijos’, y más, y más. ‘Me estás evitando’. La clásica era ‘me estás usando’ o ‘sos un manipulador’.

El día que aparecen mis padres asesinados, el día jueves, aparece en el lugar queriendo entrar, no la dejan, y convence a un vecino de poder mirar desde su casa; y se pasa en la casa del vecino 10 horas espiando y mandándome mensajes. Unos días después, arrancó el delirio de vuelta. ‘Van a venir por vos ahora!!, van a venir por mi!!, tengo miedo!!. Me van a matar’, decían los mensajes. Delirio extremo. ‘Me tengo que ir lo más lejos posible y arrancar de cero’. Para eso quería 12 mil dólares.

Ella declara como testigo y, o casualidad, después de su declaración me detienen. Después de la declaración de la mujer que me extorsionaba está mi detención. Ojalá tengan secuestrado el celular de la extorsión. Vuelvo a repetir que soy inocente. Soy víctima y quiero saber quién mató a mis padres.

P.D: Una frase fue ‘si el jueves no pagas, hablo con tu mujer y voy a la fiscalía!!’. Revisen el celular”.

El suegro reconoció a Del Río en los videos

Del Río fue identificado por su suegro como la persona a la que las cámaras de seguridad de la zona registraron llegando y retirándose del lugar del crimen el día del hecho. En la testimonial que brindó ante la fiscalía, el hombre aseveró que lo reconoció por su forma de caminar.

El lunes, los fiscales Alejandro Musso, Martín Gómez y Marcela Semería, recibieron la declaración testimonial del suegro del acusado, Miguel Sánchez, una de las últimas pendientes.

El testimonio de Sánchez, que se dedica a la actividad rural y vive en General Villegas, era importante porque es dueño del departamento de la calle Virrey Arredondo 2465, de Belgrano, que a veces prestaba a su yerno para que usara de oficina.

Para los fiscales, ese departamento es clave porque Del Río quedó registrado por las cámaras al llegar al lugar en su camioneta Mercedes Benz a las 20.02 del día del crimen , y permanecer allí 50 minutos.

Según la hipótesis de la acusación, Del Río se sirvió del lugar para realizar una parada clave allí luego de cometer el crimen. De acuerdo con la investigación, habría sido a ese departamento que concurrió para ir a bañarse y descartar evidencia de los parricidios: las cámaras lo registraron saliendo por el hall con una bolsa de tela aparentemente pesada, en la que habría cargado el DVR con las grabaciones de las cámaras de la casa de sus padres; luego, también lo registraron regresando con la misma bolsa aparentemente vacía.

Sánchez “no dudó en afirmar que, por su manera de caminar, se trataba de su yerno Martín Del Río”, señaló uno de los investigadores judiciales, quien precisó que el suegro lo identificó cuando los fiscales le exhibieron las grabaciones del sospechoso al que llaman el “caminante encapuchado”. Ese hombre quedó filmado el día del hecho en dos horarios en relación a la casa de Vicente López: a las 17.33 ingresando, y a las 18.30 saliendo.

“Este hijo de puta nos cagó la vida”, fue otra de las frases que Sánchez dijo a lo largo de su testimonial en la que, según fuentes de la investigación, comprometió a Del Río. Entre otras cosas, el testigo explicó que le llamó la atención que hubiera toallas colgadas en el baño del departamento, y que daban la sensación de que alguien se había bañado, lo que reafirmó la sospecha de los fiscales acerca de que Del Río usó el lugar para descartar evidencia y ducharse.

Una indagatoria suspendida

Por otra parte, la declaración indagatoria de María Ninfa “Nina” Aquino, la empleada de las víctimas que estuvo 13 días detenida por el caso, que estaba pautada para este martes, ante la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Vicente López Este, quedó suspendida a pedido del abogado de la mujer, Hugo López Carribero. La diligencia había sido solicitada cuando su clienta aún estaba detenida por el caso.

Aquino, de 64 años, quien trabajó 12 años en la casa del matrimonio asesinado, estuvo detenida casi 13 días, sospechada de haber “entregado” a las víctimas.

Esa presunción había sido abonada por el ahora detenido Del Río, pero el juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, ordenó la liberación de la mujer cuando las evidencias de la investigación comenzaron a apuntar hacia el hijo menor de las víctimas.

Este martes por la noche, durante una entrevista con Telenoche, Aquino señaló las dificultades económicas que atraviesa luego de haber quedado sin trabajo tras el doble crimen de sus empleadores, entre las que destacó que se le “vence el contrato” de alquiler y “no hay plata”.

“Está muy difícil para mí. Aparte, el trauma que tengo en la cabeza… ¿Quién me lo quita, quien me lo quita eso?”, manifestó “Nina”. Por otro lado, explicó que ella es “el sostén” de su hogar y que sus hijos tienen sus familias y deben mantener a sus nietos. “Necesito sinceramente que me den una mano, mis vecinos me están ayudando a full, pero ellos se van a cansar de mí”, expresó la mujer.

Un crimen a sangre fría

El abogado jubilado, expolicía y comerciante José Enrique Del Río, de 74 años, y su esposa María Mercedes Alonso, de 72, fueron hallados asesinados -él de tres balazos y ella de uno-, el 25 de agosto. Los cuerpos estaban en el interior de su automóvi,l en el garaje de su casona de la calle Melo 1101, de Vicente López.

Su hijo menor, Martín Del Río, fue detenido el 7 de septiembre como autor del presunto doble parricidio, imputado por "doble homicidio cuádruplemente calificado por el vínculo, la alevosía, por criminis causa (matar para lograr la impunidad) y por el uso de arma de fuego", que prevé como única pena la prisión perpetua.

La hipótesis de los fiscales es que Del Río, que heredó los negocios de su padre, llegó a la casa de la calle Melo el 24 de agosto por la tarde. Una vez allí, convenció a sus padres de subir al auto Mercedes Benz E350 que estaba estacionado en la cochera, y una vez allí los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros desde el asiento trasero. Luego, simuló un robo y huyó.

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