Vecinos y vecinas del Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires presentaron junto a organizaciones sociales una acción judicial para intentar frenar el "Plan de Renovación del Casco Histórico" que realiza el Gobierno porteño en más de 70 cuadras de esa zona de la Ciudad. Entre otros puntos, aseguran que las obras en las calles, que incluyen la nivelación de calzadas y veredas, modifican la morfología tradicional del Casco Histórico incumpliendo lo establecido por el Código Urbanístico (CUR) para el Área de Protección Histórica (APH) N°1. Además, advierten sobre el peligro de inundaciones por la modificación de sistemas pluviales y reclaman una Evaluación de Impacto Ambiental de la obra en su conjunto. 

Desde que el GCBA anunció, en abril de este año, que iniciaría las obras de "renovación" del Casco Histórico, vecinos y vecinas de San Telmo y Monserrat realizaron diversas manifestaciones para rechazar las obras. Nucleados en la asamblea "Barrios Históricos Vivos", ahora llevaron el reclamo a la Justicia para intentar frenar el proyecto a través de una acción de amparo patrocinada por Jonatan Baldiviezo, abogado del Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), y acompañada por otras organizaciones como la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA (CLIC), el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) y el movimiento La Ciudad Somos Quienes La Habitamos.

En la acción presentada pidieron una medida cautelar que interrumpa la implementación del plan y suspenda el inicio de las obras que aún no han comenzado "hasta que se realice una Evaluación de Impacto Ambiental Acumulativa y una Evaluación Ambiental Estratégica". El plan impacta sobre 72 cuadras del polígono comprendido entre Avenida de Mayo, Juan de Garay, Paseo Colón y Tacuarí, y ya se está llevando a cabo en la calle Bolívar, en diez cuadras entre Avenida Belgrano y Juan de Garay. Allí se adoquinarán las calles -que antes el GCBA había asfaltado- con piedras de granitullo.

Sin embargo, la modificación principal que impactará sobre toda la zona consiste en la nivelación de calzadas y aceras eliminando el característico desnivel entre vereda y calle, típico del paisaje del Casco Histórico desde la época colonial. Para delimitar se colocan, en cambio, los llamados bolardos "bala" que se asemejan más al paisaje actual de algunas zonas turísticas de Palermo. Según aseguran las organizaciones en la acción judicial, esa nivelación "genera una modificación sustancial del espacio público del Casco Histórico, violando el mandato del Código Urbanístico" de proteger la zona "como una importante expresión cultural y de interés ambiental de la Ciudad, para el conocimiento de las actuales y futuras generaciones".

En efecto, según el CUR, en el APH N°1 la morfología "debe ser protegida y mantenida". El mismo CUR prevé que "en las veredas se mantendrán las dimensiones actuales". Las organizaciones aseguran, además, que el cambio de morfología se corresponde con un proceso de "gentrificación" y "descontrol del uso del espacio público" en la zona, para transformarla "en un gran polo gastronómico y de entretenimiento a cielo abierto, destinado principalmente al turismo". Según indican, en los últimos tiempos aumentó drásticamente el uso de veredas y calles por parte de los locales gastronómicos para ubicar mesas y sillas. 

En este sentido, en la misma acción judicial pidieron que se elabore, a través de la conformación de una Mesa de Trabajo con vecinos y vecinas, un "Protocolo de uso del espacio público" consensuado para regular las intervenciones comerciales sobre las calles. El protocolo tendría el objetivo de garantizar "la compatibilidad de los usos residencial y comercial, y la adecuada habitabilidad de las personas que residen en el barrio". Los vecinos y vecinas reclaman "un control diario, permanente y riguroso del respeto de las normas de uso del espacio público dentro del polígono del APH N°1 con relación a la ocupación de la calzada y las veredas con sillas y mesas". 

Otro de los aspectos denunciados en la acción de amparo es el de las posibles consecuencias de la modificación del sistema fluvial de las calles de la zona. Las organizaciones acompañaron la presentación judicial con un informe técnico elaborado por la ingeniera María Eva Koutsovitis, coordinadora de CLIC, que alerta sobre los impactos de esos cambios. 

Según explica la ingeniera en el informe, con la nivelación de las calles, las obras modifican "por completo el sistema de captación reemplazando los sumideros tipo rejilla, tipo ventana o de captación lateral y mixtos, característicos del Casco Histórico, por un sistema de captación tipo acequia". De este modo, asegura Koutsovitis, cambia "no sólo la forma del sistema de captación sino también su capacidad", anulando la caída del sistema "tipo canal" conformado actualmente por la calzada más la cuneta y el cordón. 

Además, también cuestionan la decisión de eliminar el paso de colectivos por las calles de la zona, ya que se tomó sin prever "un sistema alternativo que garantice la accesibilidad y la movilidad de personas mayores, personas con discapacidad y personas con movilidad reducidas". Por eso reclaman que se suspenda la decisión hasta que se implemente un sistema para garantizar ese acceso.