“Es un melodrama. La gente dice eso de forma despectiva, ¿no? Pero esa es la cuestión. Que sea divertido”. La frase resuena en el primer episodio de Conversaciones entre amigos (reciente estreno de Star+) en medio de una charla sobre una obra de Tennessee Williams, pero pareciera describir a esta miniserie de doce episodios. La historia de un cuadrangular amoroso bajo un diseño elegante y con varios signos de estos tiempos. Se trata de la segunda adaptación de una novela de la irlandesa Sally Rooney -catalogada como la portavoz de la generación Y- y está producida por el mismo team que entregara Normal People, una de las mayores sorpresas de 2020.

Por un lado, están las dos jóvenes exnovias de Frances (Alison Oliver) y Bobbi (Sasha Lane). La escritora y la musa que reconvirtieron su relación en amistad y se prueban como performers en slams de poesía. La otra dupla, con algunos años más, está conformada por una escritora exitosa y su esposo, Melissa (Jemima Kirke) y Nick (Joe Alwyn). Más allá del plural en el título, la cámara sigue con detenimiento y deleite a la primera del cuarteto. La universitaria que carga con toda la languidez y belleza de las de su tipo, una incógnita andante, según su amiga, por su rostro en permanente deadpan.

Eso sí, la chica introvertida puede ser muy afilada, prepotente y directa si se lo propone. Su flechazo con el actor deprimido y “marido trofeo” será fulminante. Al igual que en Normal People, aquí los roles de feminidad y masculinidad están mezclados. Es Frances la que mueve las primeras fichas de seducción y Nick la galantea por fuera del cánon de macho alfa. Las otras dos mujeres también tendrán sus flirteos entre eventines y escapadas en la tierra de Joyce. Conversaciones entre amigos, entonces, ofrece cuatro vínculos tortuosos y a destiempo. No muy distinto de los conflictos de una telenovela de media tarde con sus golpes sentimentales, aunque la forma, los ámbitos y las voces de esta miniserie sean otros. Ahí está la clave de esta propuesta dirigida por Lenny Abrahamson y con guión de Alice Birch.

Conversaciones entre amigos, transposición de la primera novela de Sally Rooney, entrega a conciencia todos los elementos por lo que la autora llegó a ser descrita como una Jane Austen del siglo XXI. El realismo elegante y la fruición por lo artesanal, los tiempos muertos más diálogos limpios y sesudos, profundizan esta continuidad con lo que ofreciera Normal People. El propio director bromeó con la idea de que Marianne y Connell tuvieran un cameo en esta entrega y describió a ambas realizaciones como primas por su búsqueda naturalista, el embrujo irlandés, y notas sobre la cultura millennial. Los celulares y los mensajes de texto, tan centrales para el relato, cabe decir, no encuentran una traducción afín desde lo visual. Son numerosas las escenas en que Frances escribe en su aparato obligando a espectador a espiar entre tipeos y emoticones.

Al igual que su antecesora, uno de los encantos de la ficción pasa por la credulidad y –buscada- vérité con la que se resalta el plano sexual. Todo ello confluye en una “luminosidad natural”, en palabras de Abrahamson, de su puesta en escena bañada con música cuyo ADN remite a Nick Drake. De hecho, los personajes de esta historia cargan con la encantadora pesadumbre del autor de “Pink Moon”.