El Índice de Pobreza bajó al 36,5 por ciento al término del primer semestre del año, según lo informó el Indec. La cifra se ubica 4,1 puntos porcentuales por debajo del 40,6 por ciento del primer semestre de 2021. En tanto el índice de indigencia, que mide el porcentaje de personas cuyos ingresos no alcanzan para procurarse el mínimo de alimentación, cerró en el primer semestre de este año en el 8,8 por ciento, un nivel inferior al 10,7 por ciento de igual período del año anterior.
En el detalle del informe del Indec se destaca que el índice de pobreza de este semestre del 36,5 por ciento incluso estuvo por debajo del 37,3 por ciento del segundo semestre de 2021. Sin embargo, la Indigencia en 8,8 por ciento resultó superior al 8,2 por ciento de la medición de julio adiciembre de 2021.
Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos relevados que por debajo de la Línea de Pobreza se encuentran 2,6 millones de hogares, que incluyen a 10,6 millones de personas; y, dentro de ese conjunto, 660.494 hogares se encuentran por debajo de la Indigencia, es decir 2,56 millones de personas indigentes. Así, se puede desprender que con una población de 46,2 millones de personas, la pobreza estaría alcanzando a 16,8 millones de habitantes, dentro de los cuales 4 millones, serían indigentes.
Cuando se compara el nivel de pobreza del primer semestre de este año contra el último semestre de 2019, la cifra es algo más elevada debido a que en ese momento el dato del Indec había arrojado 35,5 por ciento, contra el 36,5 por ciento de este primer semestre. Lo mismo ocurre con el dato de indigencia, que en ese momento era de 8,0 por ciento y ahora de 8,8. La crisis que provocó la pandemia junto con las dificultades para contener el proceso inflacionario debido a elementos locales, pero también internacionales como la guerra que se desató en Ucrania son algunos de los factores que explican esta delicada situación.
Pobreza por edad y región
En el detalle por grupos de edad según condición de pobreza, se registró en el documento del Indec que un 50,9 por ciento de las personas de 0 a 14 años son pobres. El porcentaje total de pobres para los grupos de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es de 43,3 y 32 por ciento, respectivamente. En la población de 65 años y más, el 12,1 por ciento se ubicó por debajo de la línea de la Pobreza.
Las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Capital Federal y el Gran Buenos Aires, junto con Cuyo, ambas con el 37 por ciento, seguida por el Noreste (NEA), con el 36,7 por ciento. Las menores, por su parte, se registraron en las regiones Patagonia, con 31,4 por ciento; y Noroeste (NOA), con 36 por ciento, según informó el organismo.
Las causas
Un informe del CEPA destacó los motivos de la reducción de la pobreza en el primer semestre de este año respecto del año anterior. “La incidencia de la pobreza alcanzó al 36,5 por ciento de las personas y la incidencia de la indigencia al 8,8 de las mismas. Estos datos muestran una reducción de la pobreza en casi 1 punto porcentual respecto al semestre anterior y un incremento de 0,6 puntos porcentuales de la indigencia”.
El documento precisó que este resultado se explica por distintos elementos. Uno de ellos es que “el incremento de la indigencia, por el lado de los gastos, se explica por la aceleración del precio de la canasta de alimentos (CBA) por encima de la CBT. Asimismo, la política de tarifas (que si bien se aumentaron en el primer semestre lo hicieron por debajo del precio de alimentos) y de transporte explican, por el lado de los gastos, la reducción de la pobreza”.
Se mencionó también que “en términos de ingresos, la evolución real de Salario mínimo y la AUH se mantuvo en niveles similares al semestre anterior, pero si se incorpora el bono otorgado en mayo y junio se percibe una sensible recuperación de ingresos. Complementariamente, la tarjeta Alimentar mantuvo su poder adquisitivo. El bono mencionado permitió, además, revertir el derrotero negativo de la evolución real de los planes sociales. Resulta evidente la importancia de la transferencia realizada en mayo y junio para desocupados, AUH, planes sociales y demás en la reducción de la pobreza semestral”.
Por su parte se planteó que el salario de empleo no registrado, en cambio, perdió contra la inflación. La evolución del RIPTE en términos reales se mantuvo estable, al igual que la de la jubilación mínima. Por último se destacó que hubo una reducción en la tasa de desocupación.
Para el segundo semestre de este año las tensiones de precios podrían impactar en un incremento de la vulnerabilidad social medida a partir de la pobreza y la indigencia. El informe del CEPA apuntó que "respecto al segundo semestre de 2021, los datos disponibles muestran niveles elevados de inflación, y CBA y CBT moviéndose a la par (la CBA levemente por debajo). En relación con los ingresos, el salario mínimo muestra niveles similares a los del primer semestre si se lo analiza sin el bono".