Río Feminista es una red de mujeres y diversidades que habitamos y amamos el humedal. Una red que va de orilla a orilla y de un extremo a otro de la cuenca del Plata-Paraná. Pensamos nuestro territorio del agua más allá de las fronteras políticas, tejemos alianzas y nos enlazamos en tramas de solidaridad para habitar, sentir, comprender y cuidar de formas diversas el humedal, constantemente asediado por el extractivismo. Somos cuerpa-territorio que sufre, sufrimos. Nos ahogamos, lloran y arden los ojos. Nos indigna, nos molesta y sigue el problema. Nuestro territorio arde y no arde sólo del fuego que genera este humo que nos agobia, arde de múltiples formas.

La crisis socioambiental mundial se reproduce en nuestros territorios. Los extractivismos desmantelan formas de vida e invisibilizan saberes y prácticas culturales, productivas, económicas. Sobreexplotan la frontera agrícola, industrial e inmobiliaria, afectan miles de hectáreas con incendios intencionados. Los humedales, las sierras cordobesas, la Patagonia, Catamarca, Misiones y todos los espacios sufrientes y sangrantes de nuestra Tierra hoy, y desde hace más de 500 años, venimos gritando y reclamando juntxs.

Nosotrxs observamos, sentipensamos, habitamos y producimos en las lógicas de vida diversa que tan bien sabe albergar el humedal, pero nos enfrentamos -y lxs isleñxs, las escuelas de islas, las ranchadas, lo saben mejor que nadie-, a toda una maquinaria de matar cuerpos y territorios. Seguimos viviendo y naturalizando este modelo de NO vida; es decir, de generación de ganancias para unos pocos, mientras nos vamos quedando sin agua y todo se sigue quemando. Nos siguen hiriendo y nos duele.

En el humedal se replican las mismas condiciones de titularidad sobre la propiedad privada de la tierra que nos indican las estadísticas a nivel global: sólo un 2% pertenece a mujeres. Sabemos que sin territorio no hay soberanía alimentaria, no hay empoderamiento, no hay narrativas. Nuestros humedales fueron lenta y constantemente vaciados de sentido, vaciados de comunidad y de arraigo. Se han cerrado escuelas, se recortan actividades de recorrida de gobiernos locales que constituyen presencia, desabasteciendo a las delegaciones en isla de equipamiento e infraestructura. El aislamiento y la falta de asistencia estatal fueron embestidas por modos extractivistas de producción y explotación de mediana y gran escala, que arrasan con las lógicas de cuidado de lxs productores locales. Si no se habita el territorio y si no lo hacemos de forma comunitaria, se genera una tierra dispuesta a ser saqueada.

Ordenamiento territorial y políticas ambientales (in)existentes

En lo particular del humedal que habitamos, existen pocas políticas preventivas de organización y gestión del territorio Delta a nivel nacional, provincial y municipal. Hace años que no hay intencionalidad política de trabajar interjurisdiccionalmente de manera seria, comprometida y sostenida para prevenir los incendios en el Delta. Por ejemplo, el PIECAS-DP (Plan Integral Estratégico para la Conservación y el Aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná), es una herramienta nacional e interprovincial que serviría para tener un ordenamiento ambiental del territorio y garantizar su cuidado, preservación y manejo sustentable. Sin embargo, no se ha activado más que por presión de las organizaciones y de forma espasmódica. Necesitamos la firme continuidad de implementación del PIECAS y su derivación y complementación con planes y proyectos interjurisdiccionales.

No hay intenciones de un ordenamiento territorial participativo ni de una discusión y transformación de fondo sobre las prácticas productivas. Se sostienen pocos diálogos multisectoriales duraderos y no se activa la participación territorial a excepción de escasos ejemplos de trabajo conjunto. Es inexistente el trabajo preventivo e integral, con enfoque comunitario, sobre todo en lo que refiere a manejo del fuego. Algunas acciones a nivel nacional, provincial y municipal son de coyuntura cuando todo arde. Consisten en apagar fuegos y judicializar isleñxs y, más recientemente y de manera peligrosa, militarizar el territorio.

En relación a las políticas del Ministerio de Ambiente de Nación se comenzaron a implementar desde el 2020 los “Faros de Conservación” (que son dispositivos tecnológicos situados en varios puntos del territorio del Delta para alertar sobre distintos eventos ambientales). Creemos que estas políticas y tecnologías tienen que desarrollarse de manera articulada con la comunidad, anclarse en aquellos parajes que son referencia en cada comunidad, que ya funcionan como “faros” -las escuelas de islas, por ejemplo-, y que genere trabajo para lxs isleñxs, capacitación, equipamiento, etc. Es necesario construir otro tipo de prevención, mano a mano con quienes habitan y conocen el humedal.

Ley de humedales, proyecto consensuado

Desde hace diez años estamos pidiendo por una Ley de Presupuestos Mínimos que nos ayude a preservar y cuidar nuestros humedales. Queremos la ley consensuada. ¿Por qué esta ley y no otra? ¿Y por qué no sólo la ley sino mucho más que eso? Porque este proyecto ha sido trabajado durante años por investigadorxs y más de 300 organizaciones socioambientales y territoriales que conocen y habitan el humedal. Porque necesitamos una Ley de Humedales con perspectiva transfeminista. Esto es: una ley que de cuenta de la diversidad que somos y habitamos estos territorios líquidos. Una ley que establezca el ordenamiento territorial ambiental (OTA) con criterios certeros sobre qué actividades productivas se habilitan en cada área del humedal para desincentivar las quemas intencionales y para ofrecer instrumentos a la Justicia que permitan actuar sobre los responsables. Una ley que ponga en valor la participación comunitaria y colectiva.

El tratamiento legislativo de la Ley ya fue interrumpido en tres oportunidades: en 2013, 2016 y 2021 porque toca muchos intereses económicos de proyectos extractivistas. Los humedales, por su propia complejidad, interpelan los paradigmas vigentes de conservación y de gestión ambiental porque no permiten acciones fragmentadas, es decir no pueden aplicarse reglamentaciones en una zona y en otra no, porque igual afectan a la diversidad de todo. Defendemos e impulsamos el proyecto consensuado entre organizaciones y no el que impulsa el COFEMA porque básicamente este último no toma la definición de humedales del Inventario Nacional, no indica plazos para el ordenamiento territorial, quita principios ambientales fundamentales incorporados en el proyecto consensuado entre ellos no incorpora el Acuerdo Escazú. Dicho acuerdo es importante para garantizar el acceso a la información pública, el pedido de justicia y participación de las comunidades en la toma de decisiones, consulta y control de lo que sucede en estos territorios.

Sentimos triste y angustiosamente que estamos muy lejos de que los gobiernos quieran implementar una mirada de cuidado integral socioambiental de nuestros humedales, a través de la pronta implementación del PIECAS y de la pronta sanción de una Ley de Humedales respetuosa de la integridad ecológica, social y cultural. Somos las organizaciones y movimientos feministas y socioambientales, las grandes movilizaciones tipo puebladas que se están viviendo en las últimas semanas en varias ciudades litoraleñas ribereñas, arrojados a las calles bajo la consigna "el humo no nos deja respirar", quienes entendemos la urgencia de su resguardo. Entendemos, fundamentalmente, la necesidad de políticas públicas en pos de un cuidado integral que preserve las bases materiales que sostienen la vida, recordándonos esencialmente que somos seres eco e interdependientes. Dependemos de otras personas siempre a lo largo de nuestra historia de vida y dependemos de los ciclos naturales y los bienes comunes de la naturaleza, porque formamos parte de ella.

Queremos mucho más que esta ley porque sabemos que hay mucho más que el fuego.

Este es nuestro territorio, suelo cultural y paisaje humedal, símbolo del arraigo de nuestra historia presente, pasada y futura, y la de nuestra comunidad.

En Río Feminista nos preguntamos: ¿Qué está sucediendo hoy en el humedal que habitamos lxs que participamos de esta red? ¿Qué nos preocupa? ¿Qué sabemos y que no sabemos de lo que pasa en las islas? ¿Qué nos dice la frase "plomo y humo el negocio de matar"? ¿Qué pasa con el dragado de la Hidrovía? ¿Qué pasa con todos los productos que salen por la Hidrovía? ¿Qué pasa con la ganadería, la pesca y el agro hoy en islas/delta? ¿Qué pasa con el negocio inmobiliario? ¿Qué pasa con el narcotráfico en la Hidrovía?

Tenemos que discutir la propiedad privada, la tenencia, la producción, el turismo depredador y el “control” en islas. La falta de alternativas al manejo de fuego y otros modos de renovar el suelo en tiempos de bajante; el desconocimiento sobre la vida de las comunidades de islas y trabajo con éstas -desde el Estado y desde las organizaciones-. También tenemos que poner en palabras el vaciamiento de la infraestructura pública/estatal en el humedal e islas; la falta de soberanía sobre la Hidrovía y el Enlace Vial Rosario-Victoria como un combo explosivo que ha ido degradando el Alto Delta, tanto geográfica como económica, social y culturalmente. Como medida concreta para abordar el problema de los incendios, que se vuelve tan urgente, resulta necesario seguir las rutas de ingreso y egreso a la isla. Los lugares en la ribera donde es posible embarcar al río no son infinitos. Es preciso introducir en este debate la falta de control sobre la Hidrovía, que es uno de los principales ejes de discusión en nuestro territorio. No solo por las mercancías y los bienes que circulan en los buques, sino por el dragado y taponamiento de bocas que impide el acceso de agua a la isla. El dragado de la Hidrovía en tiempos de bajante histórica está secando el humedal, tapona las entradas de agua de riachos y arroyos justo frente a Rosario, donde las quemas no cesan. La falta de ingreso de agua impide que se nutran los cortafuegos naturales que son los riachos y arroyos del Alto Delta. Además de cuestionar y analizar el tema del fuego en islas, desde Rosario y las localidades ribereñas de Santa Fe debemos cuestionar todos los puertos que existen en la Hidrovía y como éstos también están vinculados con las quemas. La ganadería intensiva no es la única causa de incendios. A pesar de todo, y de lo que nos cuesta asumir que el problema es mucho más complejo; sabemos que la escala de producción ganadera no aumentó en los últimos 2 años, al menos en la zona de islas de Victoria donde las quemas no cesan desde 2020. En esta zona los puertos legales e ilegales evidencian un descontrol evidente. Muchos productos y personas circulan por allí y todxs miramos para otro lado. Es en este tipo de puntos bien intrincados que anudan nuestros territorios donde nos hacen más sentido las imágenes que vinculan el humo con el plomo.

El Delta del Río Paraná está siendo explotando de múltiples formas. Se está depredando la vida de la tierra, de otros seres vivos, del agua, del aire. Todo continente termina siendo una isla en este mundo. Y, al parecer, el mundo arde dentro del sistema capitalista, racista, especista, patriarcal. Las hogueras se replican, ahora es en nuestros humedales. Nuestras cuerpas-territorio lo reconocen. Es en las quemas, el agronegocio y loteos, en la hidrovía, la forma aplicada. En las estrategias de cercamiento que el Estado ampara, donde Tierra, cuerpxs y relaciones sociales son contaminadxs, manipuladxs, deshumanizadxs.

El polvo del fuego, las cenizas que nos hacen de telón, cual teatro Anatómico a la disección de la Pachamama. ¿Podemos ser espectadores de nuestro propio entierro? Nosotrxs, mujeres y disidencias decimos: ¡BASTA! con la potencia de una gran red colectiva militante. Con la herida de vivir en este mundo, vamos tejiendo formas de accionar y nos unimos para luchar por una vida que todas las personas merecen vivir. Reconocemos y ponemos en valor lo importante que es encontrarnos, militar juntxs y aunar fuerzas, resistir y continuar construyendo estrategias que colocan a la vida en el centro. Somos cuerpxs de agua habitando la transversalidad, siguiendo el rizomar. Nos reconocemos Humedal. Por eso preguntamos: Vos, ¿qué agua vas a tomar?

*Documento común de la red Río Feminista. En el marco de las Acciones Plurinacionales por Ley de Humedales del 3 y 4,17 y 18 de septiembre de 2022.