La Cámara de Apelaciones en lo Penal de Catamarca confirmó la elevación a juicio de una causa que se investiga desde 2018, que tiene por imputadas a dos maestras jardineras que según las denuncias ejercieron violencia física y psicológica contra el grupo de pequeños que estaba a su cargo en el jardín Maternal que, irónicamente, llevaba por nombre “Mi pequeña sonrisa”, ubicado en la ciudad capital de Catamarca.

La causa tuvo que pasar por varias idas y vueltas dentro del ámbito penal por las distintas impugnaciones y casaciones que presentó oportunamente la defensa de Celeste y Romina Ferreyra, las hermanas acusadas por los malos tratos que habrían tenido como víctimas a 13 criaturas que en ese momento tenían entre dos y cuatro años.

“La Cámara confirmó el auto de elevación a juicio que hace lugar al requerimiento fiscal de elevación, y la defensa ya no tiene una instancia más para impugnar esta resolución, ya que no se puede casar porque se trata de una sentencia definitiva. Mañana (por hoy) los dos padres querellantes firmarán el acta de la audiencia y a continuación se remitirán las actuaciones al tribunal de juicio para que ya se empiece a realizar los actos preliminares para el juicio oral y público”, explicó el abogado querellante Sebastián Ibáñez a Catamarca/12.

El caso generó indignación y temor en la comunidad catamarqueña cuando salió a la luz en 2018, luego de que algunos padres comenzaran a sospechar e investigar lo que sucedía en el lugar donde dejaban a sus pequeños, puesto que algunos de ellos presentaban síntomas de estrés post traumático, como volver a orinarse la cama, negarse a ser bañados, o rechazar enérgicamente ser dejados en el jardín maternal.

Presuntamente, y de acuerdo a pruebas a las que se pudo acceder a través de los registros de una mujer que se desempeñaba como ordenanza en el establecimiento; las mujeres hacían correr a los niños hasta que quedaban extenuados, o los mojaban con agua fría en épocas invernales como forma de castigo. De acuerdo a estas pruebas, que se materializaron mediante imágenes en video y audios que pudo recopilar la trabajadora en el lugar de los atroces hechos, también era frecuente que les den a los niños golpes para corregirlos y varios de ellos, a causa de todo esto, habrían comenzado a tartamudear o, directamente, negarse a hablar.

La empleada de la limpieza del lugar, al observar estas situaciones, habría logrado filmar y grabar a las hermanas cuando maltrataban a los pequeños, pruebas de las que surgió que ejercían un grave daño psicológico hacia los niñitos, quienes, a causa de su corta edad, no eran capaces de verbalizar frente a sus padres lo que ocurría una vez que eran dejados en el jardín, lugar donde, supuestamente, les procurarían los cuidados que ellos no les podían dar para cumplir con sus trabajos.

Al conocer las madres y padres sobre estas circunstancias, inmediatamente, retiraron a los niños del cuidado de las mujeres y radicaron la denuncia, que cayó en manos del fiscal de Instrucción penal Hugo Costilla.

Medidas probatorias

Como parte de la investigación que se llevó a cabo, se visualizaron los videos filmados por la ordenanza y se escucharon los audios, además de tomar el testimonio de la propia mujer. A su vez, varios de los niños fueron entrevistados en Cámara Gesell, momento en el que pudieron exteriorizar lo que habían vivido cuando se encontraban bajo el cuidado de las hermanas.

Al profundizarse las pesquisas en torno a la causa, se descubrió también, que una de las Ferreyra no poseía título habilitante para ejercer ese puesto y que el jardín maternal tampoco contaba con la habilitación correspondiente para funcionar, que expide la Municipalidad de la capital.

A continuación, ambas fueron imputadas por los delitos de "lesiones leves en calidad de coautor", aunque por tratarse de 13 presuntas víctimas, las maestras podrían tener condenas de cumplimiento efectivo en el caso de ser encontradas culpables.