El plantel de Boca Juniors regresó este jueves desde Mendoza, luego de superar 3-2 a Quilmes en el estadio Malvinas Argentinas y clasificar a las semifinales de la Copa Argentina, donde en fecha a confirmar enfrentará a Patronato, que por su parte dio el batacazo al eliminar en la tanda de penales nada menos que a River Plate. "Yo quería llegar a semifinales y quien se quedó atrás no es un tema nuestro", dijo al respecto Darío Benedetto.

"Creo que ganamos bien, porque sabemos que no hay rival fácil en este tipo de Copas -señaló Benedetto, autor del gol que inició la remontada xeneize ante el duro conjunto cervecero-. Estamos en un buen momento y de a poco buscando nuestro juego. Aparte estamos peleando todo lo que jugamos, como tiene que ser con esta camiseta. Ahora estamos pensando en Patronato", apuntó el centrodelantero.

El "Pipa" recordó asimismo a Paola Fleitas, fallecida el miércoles al mediodía en un accidente en la Ruta 7 al volcar el micro que transportaba a un grupo de hinchas rumbo a la ciudad cuyana para presenciar el partido.

"Es un momento muy duro para todos. Le doy mucha fuerza a su familia. Cuando nos enteramos de lo que había pasado, no lo podíamos creer. Envío un mensaje de aliento a su familia y ojalá que los heridos se recuperen pronto", concluyó.

En la misma línea se refirió Javier García: "El festejo fue menor porque sabíamos lo de Paola. Estábamos al tanto de lo que pasó y le mandamos un saludo a la familia, porque estamos con ellos", dijo el arquero que suplantó a Agustín Rossi, quien estuvo en el banco.

Luego, García habló de su actualidad: "Soy muy autocrítico. La falta de continuidad me hace estar ansioso, pero disfruto muchísimo cada partido. Amo esto de jugar a la pelota. No tengo prensa, pero espero seguir en este club mucho tiempo más", dijo el guardavalla, a quien se le vence su contrato el próximo 31 de diciembre.

Por último, el experimentado arquero se acordó de su compañero Sergio Romero, que fue operado el lunes pasado de la rodilla derecha: "Le mando un abrazo a 'Chiquito' Romero, que se está recuperando. El es muy importante, porque todos estamos para tirar para adelante. Rossi está en un gran momento y Boca necesita competencia en todos los puestos", analizó.

Lo que vendrá

Luego de pasar la noche del miércoles en la provincia cuyana, la delegación xeneize tuvo jornada libre y recién este viernes a primera hora volverá a entrenarse ya pensando en Vélez Sarsfield, el rival del próximo domingo en la Bombonera por la fecha 23 de la Liga Profesional.

Boca está segundo a dos puntos de Atlético Tucumán y buscará un triunfo que lo mantenga en la pelea, cuando sólo restan seis jornadas para el final.

Para recibir al Fortín, el técnico Hugo Ibarra recuperará a los tres jugadores que estuvieron con sus selecciones: Luis Advíncula y Carlos Zambrano (Perú), y Frank Fabra (Colombia). Los que continúan en duda son Jorge Figal, con un traumatismo en la rodilla derecha, y Marcos Rojo, a raíz de una molestia en el gemelo derecho.

Los incidentes en Mendoza

Por decisión del árbitro Ariel Penel, el encuentro entre Boca y Quilmes estuvo suspendido durante 17 minutos, cuando después del segundo gol convertido por Mariano Pavone los hinchas cerveceros les arrojaron proyectiles a los simpatizantes xeneizes que estaban ubicados en uno de los sectores de la platea.

Todo comenzó cuando los hinchas quilmeños se acercaron al límite que une la habitual popular local y la platea, donde estaban los boquenses, para lanzar piedras y botellas.

Luego forzaron una de las puertas y trataron de subir a la platea ante la intervención policial, que lanzó agua para frenar a los revoltosos. Con los incidentes, el jefe de seguridad de Quilmes, Pablo Otero, fue herido en la cabeza con un corte sangrante.


Aquellos hinchas con memoria recuerdan que la rivalidad entre barras de Quilmes y Boca viene de hace años, y tuvo su momento de mayor repercusión el 5 de enero de 1983.

Esa noche de sábado, Quilmes -que ya estaba descendido- visitó a Boca Juniors y perdió 1-0. Luego del partido, el choque entre ambas barras provocó dos muertos: un hincha de Boca, Raúl Servín Martínez (de 18 años) y otro hincha de Quilmes, Raúl David Calixto (de 17), que falleció a raíz de un paro cardíaco mientras escapaba del tumulto.

Del enfrentamiento en las cercanías de la Bombonera se acusó de la muerte del hincha de Boca al jefe de la hinchada quilmeña, Carlos Alberto De Godoy, más conocido entonces como "El Negro Thompson".

La historia entre ambas barras había nacido un año antes, cuando "Thompson" y el recordado José Barrita, "El Abuelo" líder de la "12", se disputaban las entradas de favor para ir al Mundial de España 1982.

"Thompson" fue liberado por la Justicia rápidamente y cuatro años después se lo encontró culpable. Murió a comienzos de 1989 en la cárcel de Villa Devoto.