El miércoles pasado el ministro de Economía Sergio Massa, junto con los integrantes de su equipo, concurrió a la Cámara de Diputados de la Nación para presentar el proyecto de Presupuesto 2023. Durante los próximos días también lo harán otros ministros, secretarios y funcionarios de distintas áreas que expondrán sus informes y estarán a disposición de los diputados y las diputadas para responder las preguntas que se les formulen.

En su presentación, el ministro de Economía hizo un llamado a todos los bloques de la Cámara de Diputados a “trabajar juntos en la búsqueda de acuerdos políticos” para conseguir la aprobación del Presupuesto 2023. Agregó que “si de alguna manera una contribución podemos hacer entre todos para mejorar la calidad democrática, la convivencia democrática y el trabajo de cara a la sociedad argentina es sin dudas buscar mecanismos de acuerdo más allá de nuestros debates, de nuestras diferencias, y de las distintas visiones de país reflejadas en el Congreso”.

En sus grandes lineamientos, el proyecto de Presupuesto 2023 propone la estabilidad macroeconómica, la recomposición del poder adquisitivo de los ingresos y el fortalecimiento del mercado interno. Además promueve el orden fiscal, sostener el superávit comercial, fortalecer las reservas internacionales y continuar impulsando el desarrollo con inclusión social. En la misma línea, impulsa la profundización de la política industrial y científico-tecnológica para estimular la inversión privada, generar más y mejor empleo y fortalecer el sector externo, por la vía del aumento de las exportaciones de bienes y servicios.

En este marco, el proyecto prevé un crecimiento del PBI y del consumo público y privado del 2%. Paralelamente, las exportaciones aumentarían un 7,1%, las importaciones un 2% y la inversión un 2,9%, siempre comparando con el 2022, año en el cual el incremento del PBI se estima que será del 4%. Si el pronóstico se cumple, la Argentina habrá logrado tres años seguidos de crecimiento económico, un dato especialmente significativo en un contexto internacional muy complejo.

Según un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el crecimiento del PBI global proyectado pasará del 3% en 2022 a 2,25% en 2023, muy por debajo del ritmo pronosticado antes de la guerra.

LA OCDE también señala que “un factor clave que frena el crecimiento mundial es el actual endurecimiento generalizado de la política monetaria en la mayoría de los países importantes, en respuesta al exceso de inflación, mayor del esperado, durante el último año”. No obstante, se insiste en que nuevos incrementos de las tasas de interés son necesarios en la mayoría de las economías más grandes para poder anclar las expectativas de inflación y asegurar que las presiones inflacionarias se hayan reducido de forma durable.

La suba de tasas nos afecta directamente dado que el costo de los intereses que el FMI aplica para países como la Argentina se calcula a partir de la tasa de interés de mercado del organismo, que a su vez está influida por las tasas de los principales países, la mayoría de los cuales están en un sendero de subas.

Volviendo al proyecto de Presupuesto en debate, éste establece un objetivo de déficit primario del 1,9% del PBI en 2023, por debajo del 2,5% estimado para 2022. La mejora se basa en un incremento proyectado de los ingresos del 77,8%, mientras que el gasto corriente y de capital subirá algo menos, un 71,2%. Lo importante es que se propone transitar este sendero con ambos rubros creciendo por encima de la inflación. Con respecto a esta última, se prevé su desaceleración al 60% durante 2023, llegando gradualmente al 33% en 2025. No hay lugar para políticas antiinflacionarias de shock.

La reducción del déficit fiscal primario proyectado con aumento del gasto tiene como prerrequisito la continuidad del crecimiento de la actividad económica, de la mejora de la recaudación impositiva y del avance de la lucha contra la evasión.

EL Presupuesto 2023 no está concebido a partir de una hipótesis de recorte del gasto. En sus proyecciones, la reducción del déficit primario resulta compatible con el crecimiento real de un conjunto de gastos relevantes para el modelo de país que venimos sosteniendo. Tomando algunas áreas como ejemplo, Salud crecería 86%, Promoción y Asistencia Social un 76% y Ciencia y Tecnología un 127%. No es cierto que se va a gastar menos: lo que se prevé es que en el 2023 se gaste más.

Por supuesto: si bien estamos mejorando, la realidad es que falta muchísimo. La diferencia entre los que más ganan y los que menos ganan en nuestro país bajó de 20 a 16 veces entre el segundo trimestre de 2022 y el mismo periodo de 2021. Es cierto, estamos mejor, pero la diferencia continúa siendo demasiado grande. ¿El 6,9% de desempleo es un buen número? Es casi 3 puntos menos que hace un año. Pero continúa siendo alto. Es decir: vamos en el camino correcto pero todavía falta muchísimo por recorrer.

Por otra parte, el gobierno avanza con la resolución de problemas muy agudos en el corto plazo. El ministro Massa anunció este viernes que el Programa de Incremento Exportador, llamado por algunos medios “dólar soja”, produjo liquidaciones por 8.123 millones de dólares de exportaciones.

En ese total de operaciones participaron más de 44.622 productores y personas jurídicas que completaron las más de 13.725.198 de toneladas comercializadas. De ellos, 32 mil son productores individuales y 12.468 personas jurídicas, corredores, empresas y todo el complejo agroexportador. “En términos de resultados, desde el proceso de acumulación de reservas y fortalecimiento de nuestro BCRA, esto ha sido sumamente importante. Tuvo un impacto que nos da tranquilidad”, resaltó Massa. Luego formuló una serie de anuncios, cuyas precisiones dará la semana que viene, tendiente a favorecer a pequeños y medianos productores agrarios y a sectores sociales vulnerables. También se refirió a la puesta en marcha de un sistema para quitar beneficios a los que hicieron trampas y consiguieron que jueces les habilitaran importaciones innecesarias y no prioritarias.

Atravesamos las pandemias macrista y sanitaria, la superposición de crisis locales y globales, la guerra en Ucrania y ahora la eventualidad de un proceso recesivo global. Aun así, y con todas las dificultades, el gobierno sigue avanzando con su modelo de crecimiento con inclusión y distribución. 

* Diputado nacional por el Frente de Todos y Presidente del Partido Solidario