"En los meses que siguen, el cumplimiento de las metas del último trimestre reviste nuevamente un carácter desafiante: Argentina deberá continuar reduciendo la inercia fiscal, moderando la emisión monetaria y acumulando reservas por otros 1700 millones de dólares", plantea el CEPA en relación a cómo seguirá en los próximos meses la relación entre Argentina y el FMI.

Más allá de la consideración que cada especialista tenga acerca de las facultades del programa económico que subyace al acuerdo para resolver los problemas estructurales que aquejan al país, hay cierto consenso en que, una vez dentro del acuerdo de Facilidades Extendidas el cumplimiento de las metas establecidas pasa a ser fundamental, dado que los desembolsos futuros se encuentran condicionados a dicho cumplimiento.

Este tipo de acuerdos del FMI funcionan “calzando” los vencimientos de deuda con el organismo con desembolsos del propio FMI, siempre y cuando se hayan cumplido ciertos criterios establecidos en el acuerdo. En ese sentido, el CEPA advierte que la segunda revisión ubicó al país en un escenario de descalce peligroso, típico de los EFF: Argentina pagó los vencimientos del tercer trimestre con reservas propias y recién está recuperando esos dólares luego de la aprobación de las metas de este viernes. 

"Con la tercera revisión, sucederá algo parecido: el staff analizará los criterios a partir del 10 de diciembre de este año, por lo que el desembolso por más de 5700 millones de dólares se recuperaría recién en 2024 y nuevamente el país deberá pagarle al organismo 5600 millones con reservas propias. Si bien no es más que un descalce operativo, el mercado puede aprovechar esa ventana temporal para presionar al gobierno por una devaluación, por lo que contar con reservas extras al colchón del FMI sería de vital importancia", concluye el CEPA.