Desde Madrid y con una sonrisa absoluta y despreocupada prende la cámara. La luz del sol de media tarde en España devela a sus espaldas libros, discos, más libros y una estatuilla de un gatito colorido sobre la mesa. ¿Podía ser de otra manera? Una de las grandes figuras el pop latinoamericano, lesbiana visible, artista chilena comprometida y creativa explora en Nocturna costados nuevos, su cuerpo, sus oscuridades y goces.

¿Nocturna es una invitación al lesbianismo?

Javiera Mena: ¡Sí, claro! Empieza con “La isla de Lesbos” y a partir de encontrarnos en esa isla vamos conversando (ríe). Soy una defensora de la metáfora, a veces me siento la última metafórica, pero creo que es un recurso que va a volver. Si bien lo explícito es divertido y que, no sé, hablar de la humedad o de cosas que por ahí te llevan a un escenario lésbico, erótico, voy por la cosa más sofisticada y elegante. Es un disco elegante para invitarte al lesbianismo.

¿Cómo fue su proceso de creación? Solés decir que es un disco cachondo…

J. M.: Es un disco re cachondo. La etapa en la que lo compuse fue rara, en Chile estaba sucediendo un estallido social, yo estaba recién separada y entrando en uno de esos ciclos en los que uno vuelve “on the market”. En la calle andábamos todos como enajenados en un país que se derrumbaba, eventos y fiestas clandestinas por el toque de queda, y una multiplicidad de cosas sucediendo todo el tiempo. El estallido social me topó en la génesis del disco y quise dejarlo plasmado. El fuego es la energía de este disco, el fuego es la energía también del estallido, como de un despertar, de movimiento, de movilización, de pasión, a pesar de que mis letras no hablan del estallido o de cómo estábamos acá tirando piedras, hablan de relaciones, de deseo, de conectar con la sensualidad de una mujer, del lesbianismo. Creo que el escenario lo hizo todo más extremo esta vez, más explícito, más carpe diem.

Siendo tan fundante el estallido social en Chile para el disco… ¿cómo estás viviendo desde Madrid, donde vivís ahora, este auge del fascismo y el homo-odio?

J.M: Estoy en shock todavía por el discurso de Giorgia Meloni (primera ministra electa de Italia). Estaba en otra con el lanzamiento del disco y de pronto me llega este discurso de odio suyo que es muy extremista. Me da miedo el fascismo. Puedo debatir con alguien de derecha que, por lo general, es difícil, pero fascismo es otra cosa. La verdad me da miedo y todo lo que puede pasar a nivel político también.

¿Cómo ves la situación en América Latina?

J.M: Estoy todo el tiempo moviéndome entre acá y allá, voy mucho a Chile y Argentina, pero es loco vivir esta dualidad. Es como estar en dos universos paralelos, a pesar de que en Latinoamérica tenemos un Bolsonaro, y a pesar de que en Chile se haya rechazado una Constitución tan progresista… Siento que ahí hay una alerta. Por otro lado, la aprobación del Código de Familia en Cuba me da un poco de esperanza. Creo que en Latinoamérica estamos a tiempo y tenemos que encontrar la manera de parar esa reacción tan fuerte al progresismo, porque a veces los progresistas nos ponemos un poco ingenuos y pensamos que va a estar todo bien y en realidad ganar derechos genera mucho odio. Estamos en el momento clave para quizás poder seguir con ese tipo de políticas y que el pueblo las acompañe, en Argentina creo que el pueblo acompaña más que en Chile...

¿Te considerás militante?

J.M: Me fascina la política, en mi descripción de Tinder hago referecias políticas, me encanta hablar del tema, me junto con amigos que saben para charlar y aprender más. Me considero militanta en el sentido de siempre tratar de que las cosas estén un poco mejor. Trato siempre de ver cómo aportar desde mi lugar de privilegio, como artista que se dedica a lo que me gusta, que he viajado por el mundo, y sé que eso también es político.

Tiraste una bomba. ¿Qué dice esa descripción de Tinder? ¿Lo usás mucho?

J.M: (Risas) Sí, tengo pero no me funciona mucho. Lo uso para conocer gente pero de una me voy a Instagram. Me he hecho muchas amigas también. Ahora justamente abandoné Tinder pero lo he usado un tiempo, en el tiempo de Nocturna.

Y la bio… ¿qué dice?

J.M: Me puse “Alejandra”, porque una vez me rayé porque me hicieron un print del perfil para burlarse. Igual me gusta mucho conectar con la gente, no soy de esos artistas que andan en otro universo, de hecho, viajo mucho y me sirve para contactarme con gente del lugar y conocer la movida. No todo tiene un tinte sexual. La otra vez fui a Puerto Rico y abrí Tinder para conocer gente queer, andaba con gente super hetero y terminé en una fiesta de lesbianas pasándola super bien con amigas. Pongo cosas como “política, animé, música electrónica” y en la descripción algo tipo “soy divertida y hago música”.

“Una invitación a hacer el amor” es la descripción hot del disco que anda circulando. ¿Cómo es hacer el amor con Javiera Mena?

J.M: Parece que no, pero soy una persona bastante demisexual. Mis amigas me molestan y me dicen que soy mojigata porque me cuesta tener sexo en la primera cita, necesito conversar un poco más. También soy bastante nerd, a veces me dicen “andás como con mil” pero hay artistas mucho más mujeriegas que yo, aunque no voy a andar dando nombres (ríe). Yo soy romántica, me gusta darme el tiempo y si me gusta mucho alguien me cuesta acercarme. Soy insegura desde pequeña, y es un poco paradójico pero de hecho empecé a hacer música para tener más seguridad, y dije que era lesbiana para conocer a más chicas. Soy bastante tímida, pero bueno una vez que me relajo ya está, me gusta hace el amor, así como gozo la música gozo el sexo.

Látex de vainilla

En el disco, hay un alto voltaje queer erótico, de ritmos sexies y detalles sofisticados. No es publicidad, es la satisfacción de que repiquen en los oídos esas maneras de desear más nuestras y carnales. Tarot, gatos, hablar al oído, una chica en camisa blanca sacándose una selfie mientras admite “me gustas tú”, un ritual de luna en la Isla de Lesbos o una pileta de verano llena de lebianes es sin dudas el paraíso tortillero. Javiera recupera este mundo semántico torta y decora el tiempo que dura el disco contando esas maneras. Todas sus canciones, en una palabra, todas juntas como cadáver exquisito llevan de viaje por la noche Debilidad / Peligrosa / Sombra / Diva / Dunas / Me Gustas Tú / Eclipse total / Corazón Astral / Culpa. De lo más vainilla, a una Dom en látex.

Te ponés un poco kinky en “Peligrosa”

J.M: Esa es la canción kinky, es como la de Madonna Human Nature. Puede ser la herencia de toda la música urbana explícita que también ayuda a empezar a soltarse y a tener menos vergüenza. Me encanta, me encanta el disco Erótica de Madonna que va por ahí, por una cosa kinky pero siempre elegante.

¿Cómo se lleva también con tu costado más místico? Hay látex y galaxias all in one…

J.M: Un amigo, Pablo, me bromeaba siempre con que yo era la torta cósmica. Como buena chilena con tantos observatorios que hay allá… De pequeña estuve muy conectada con lo astral, con mirar el cielo y sentir ese vértigo de la inmensidad, del vacío y eso lo trato de trasladar a mi música. ¿Cómo no voy a hablar de eso? Si está ahí y es hermoso. Trato de conectarlo con lo humano, la cosa más mundana de la Ciudad, la fiesta, el after cuando de pronto levantas la mirada y ves las estrellas. Nocturna es lo que une esos dos mundos. El dejarse llevar por todo.

También por tus sombras y lugares oscuros. ¿Hubo un proceso de búsqueda interna?

J.M: En Argentina siempre han tenido mucho psicoanálisis, pero siento que en Chile o en España estamos en otra etapa de exploración personal. Me encanta meter el tema de conocerte a ti misma en las canciones, me encanta el tema “Sombra”. Se trata de habitar el cuerpo, por eso lo sensual. La sombra es algo que habita, que está ahí contigo, que te da vueltas. Le dedique una canción a mi sombra porque es tu lado más oscuro, el lado que tu no quieres pero que está ahí te persigue, se despierta contigo y que mejor que dialogar con tu sombra

De hecho la invitas a bailar, a una fiesta…

J.M: A mi fiesta de lesbianas (se ríe) para que se la goce.

¿Tenés una gran relación con la fiesta?

J.M: Me encanta bailar. Soy la típica que llega y ya está bailando y no la sacan hasta que no termina. Me encanta Buenos Aires, creo que la fiesta ahí es de las mejores del mundo. Es muy larga la noche porteña y es muy bonita, me gusta porque todavía existe el underground fuerte. Fui desde muy pequeña, de adolescente a ver a los Dj Pareja, a Romina Cohn, y era muy power, me nutrió mucho.

¿Sos una militante del goce?

Soy totalmente gozadora

Hablás todo el tiempo de elegancia también. ¿Cuál es la búsqueda estética?

J. M.: El hilo conductor es mostrarme más terrenal en general, más de la ciudad y no tan animé como en el otro disco. Incluso también hubo algo medio noventoso, menemista (risas) en el video de “La isla de lesbos” que grabamos en una mansión en Buenos Aires. Lo hicimos con Miche que es una directora bisexual, su mamá es lesbiana y sale en el video, bueno salen todas, las Ibiza Pareo, Marilina Bertoldi, Ana Carolina, Barbi Recanati entre otras. Es mostrar también la diversidad que somos las lesbianas y la buena onda que hay. El imaginario lésbico siempre está visto desde una mirada masculina o desde no lesbianas, entonces en mis videos quiero mostrar lo genuino, lo nuestro. Que hay diferentes tipos de mujeres y de lesbianas, que hay una diversidad enorme de identidades y que no somos para consumo masculino. Hoy está mucho más instalado lo queer, que siempre ha sido un lugar de resguardo, contestatario. Quería mostrar en el video mi arte para combatir el pinkwashing (o rainbow washing) con la realidad de lo que somos, porque como se empieza a ver ahora que llega la Marcha del Orgullo salen todas las marcas a buscar contenido y gente queer para lavar su imagen. Nosotras estamos en un lugar real. Lo lésbico también últimamente puede caer en la chica femme, guapa, de las dos lesbianas que ponen en Netflix y la cosa no es así.

¿Cómo es ser lesbiana en la industria musical?

J. M.: Definitivamente existe una lesbofobia muy grande en el mundo y en la industria más. No puede ser que ahora porque les calienta y les gusta a los hombres nos “dejen entrar”. Siempre es desde ese lugar más bien de la risa o desde el “me calienta” pero no desde el poder. No sé quién toma las decisiones. Si bien estoy viendo cada vez más lesbianas en puestos importantes en el arte (no diría de poder), sigue habiendo mucha lesbofobia invisible.

¿Tuviste alguna experiencia concreta de lesbofobia?

J. M.: Me han dicho muchas veces “no hables tanto de tu lesbianismo que eso puede sacar el foco” y hasta yo misma pensaba “sí, es cierto que hago música y todos los medios se están centrando en mi lesbianismo”. Igual siento que, por un lado, no hay muchas lesbianas entonces, llama la atención y eso genera views o que la gente le interese más la entrevista que quien hace música, pero por el otro lado siempre se busca silenciar, enclosetearnos. Lo llevo a otro terreno pero por ejemplo la misma Gabriela Mistral, que no sé si era lesbiana o bisexual pero obviamente tenía relaciones con mujeres y todavía se trata de silenciar, o esta cosa de decir “tu amiga”. En la industria ese miedo en general a la homosexualidad es porque piensan que se ve a perder público que puede consumirte. Y me pregunto: ¿qué tiene que ver? En mi caso, el público masculino igual puede consumirte siendo lesbiana, que es a lo que apunto yo. Yo también he consumido música de heteros, toda mi vida…

¿Dónde te vemos próximamente?

J. M.: En la escena Argentina quiero hacer algo, estamos terminando de cerrar, pero quiero ir a Córdoba que amo, y si sale, Mendoza, también una fecha B ahí en Buenos Aires. Mi idea es también volver en verano. Quiero conectar con Argentina, me siento tan querida cada vez que voy. Son muy fogoses les argentines, la verdad es como el lugar donde me siento más querida, incluso más que en Chile. Siempre lo digo, mi primer disco lo editaron en Argentina, no en Chile. Igual obvio que Chile es mi patria, yo soy chile, siento pasión. De todas las fechas del tour, la que más espero es al Primavera Sound, voy a estar ahí representando a las lesbianas. Va a estar Bjork que para mí es lo máximo pero es paki, Julieta Venegas que es paki, y yo voy estar con las dos intentando lesbianizar todo. Siento que va a ser espectacular, es una gran fecha, ambas son referentas para mí.

 

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