Desde París

Más de 100 mil personas manifestaron este domingo 16 de octubre desde la Plaza de la Nación hasta en la Plaza de la Bastilla convocadas por la alianza de izquierda NUPES (Unión Popular Ecológica y Social) para protestar contra "la vida cara y la inacción climática". Mucha gente, buen clima y una protesta llena de alegría, rabia y promesas, la marcha es el preámbulo a la huelga “nacional e interprofesional “convocada para este martes 18 de octubre por varios sindicatos. ”Hemos alcanzado nuestra meta, y esto es sólo un comienzo”, dijo la diputada de Francia Insumisa y piedra angular de la manifestación, Aurélie Trouvé. 

Entre la multitud que recorrió el trayecto entre La Nación y la Bastilla estaba el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, el Primer Secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, una de las figuras más emblemáticas el movimiento de los chalecos amarillos, Jérôme Rodríguez, y la reciente premio Nobel de Literatura Annie Ernaux. Todos pasaron en su momento bajo la gigantesca banderola que decía: “Canícula Social, el pueblo tiene sed de justicia”.

“ ¿ Justicia, pero no, de qué me habla ?”, decía entre risas y rabia Sebastien LaPierre, un militante de la Francia Insumisa de unos 40 años. ”Cómo quiere que haya justicia social si la empresa petrolera TotalEnergies repartió 10 mil millones de euros de sus beneficios entre sus accionistas y rehúsa dar el 10% de aumento que le reclama el personal que, al final, harto de sordera, llamó a la huelga y bloqueó las refinerías. No hay justicia. La única forma de conseguirla es que la izquierda reinvente la acción callejera que dejó en manos de la derecha”. Jean-Luc Mélenchon estaba muy feliz. Al cabo de interminables polémicas que sacudieron a la alianza NUPES y a los ecologistas en particular, el domingo estaban casi todos en la calle alrededor del jefe que, al casi forzar la alianza antes de las elecciones legislativas, hizo de NUPES la segunda fuerza política en la Asamblea Nacional después del macronismo, cuyo movimiento no cuenta en esta segunda legislatura con la mayoría absoluta.

 Mélenchon y los suyos estaban convencidos de que este domingo es el comienzo de una nueva era, el primer día de “un ciclo nunca visto en nuestro país”, dijo el líder de Francia Insumisa, quien luego, parado sobre un camión ambulante, le dijo a la multitud: “hoy estamos dibujando la construcción de un nuevo frente popular que, llegado el momento, ejercerá el poder en el país”. La izquierda cuenta con los acontecimiento que se llevarán a cabo esta semana con, por ejemplo, la huelga convocada por varios sindicatos a los que se les sumaron las centrales sindicales del transporte (CGT-RATP y los trenes CGT-SNCF) y otros sindicatos (CGT, FO, Solidaires y FSU) que se unen así a la convocación de los sindicatos de la petrolera TotalEnergies que llevan más de dos semanas bloqueando las refinerías. ”Vamos a vivir una semana como no se ven muchas”, advirtió Mélenchon, que además de llamar a la “movilización general” advirtió “tendremos la movilización popular, la movilización sindical y la crisis institucional”. Será este martes 18 de octubre la primera confrontación social del segundo mandato del presidente Emmanuel Macron.

La última expresión “institucional” remite a la propia crisis por la cual atraviesa el gobierno y sus divisiones en la Asamblea y su falta de mayoría. Es muy probable que la jefa del Ejecutivo, Elisabeth Borne, deba recurrir a gobernar por decreto mediante el artículo 49,3 que le permitirá hacer pasar la controvertida primerea parte del proyecto de presupuesto. Mélenchon señaló también que mediante el decreto para gobernar “los franceses verán la relación entre la brutalización social del país y su brutalización institucional y democrática”. En julio pasado, Jean-Luc Mélenchon había “activado” la idea de esta marcha dominical como una metodología de la izquierda destinada a impulsar la protesta social contra el gobierno, y ello asociando a la marcha los sindicatos. 

La guerra en Ucrania y los desarreglos inflacionistas que acarreó facilitaron cuatro meses después la convergencia de intereses sociales para ocupar la calle. Sindicatos y partidos de izquierda aún no están en la misma frecuencia, pero no han llegado a la ruptura pese a que sus intereses no son exactamente los mismos. Con todo, luego de la experiencia de este domingo, la alianza de los progresistas empieza a soñar con que ese “frente popular” es de nuevo posible.

efebbro@pagina12 com.ar