Desde Roma

El 28 de octubre es una fecha simbólica para las derechas del mundo y en especial para la italiana. Ese día, en 1922, llegó a Roma la Marcha de los fascistas que presionó al rey Víctor Emanuel III para que Benito Mussolini fuera primer ministro. Lo lograron tres días después, con lo que se inauguró la dictadura fascista. En este centenario, unos doscientos ultraderechistas marcharon por Roma y otros hicieron cola en Predappio, Emilia Romagna, al noroeste de la capital, para visitar la tumba del dictador.

La manifestación de este viernes en Roma, para celebrar aquel evento, fue organizada a través de los social por el grupo existente en facebook “Marcia su Roma” y por Casapound , ambos filofascistas. La idea era llegar con toda la gente hasta Palacio Chigi, sede de la presidencia del Consejo de Ministros, y a la plaza frente a la Cámara de Diputados. Pero la marcha no había pedido la autorización que, según las normas, es necesario pedir a las autoridades competentes y eso hizo que la policía y los carabineros la detuvieran en Plaza Venecia, donde comienza Via del Corso que conduce a Palacio Chigi y al Parlamento, y ahí los manifestantes se sentaron. La policía identificó y denunció al menos a unas 70 personas no sólo por no haber pedido alguna autorización para hacer la marcha sino porque la mayor parte de ellos no usaba mascarilla, cosa que todavía es recomendada para protegerse de la covid, especialmente cuando se trata de gente que viene de otras regiones de Italia.

Al parecer los manifestantes no hicieron referencia directa a Mussolini, aunque eligieron, no casualmente, el 28 de octubre para hacer esta marcha. “Estamos aquí porque estamos desesperados”, decían algunos. Y otros gritaban “libertad, libertad” diciendo además que no tenían trabajo y que no tienen salario desde hace meses. “El gobierno nos ha traicionado”, insistían en clara referencia al gobierno del primer ministro Mario Draghi que dejó esta semana su lugar a la nueva primera ministra de derecha Georgia Meloni de Fratelli d’Italia. Meloni y sus aliados de derecha, La Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi, ganaron las elecciones de setiembre pasado.

En Milán (norte de Italia), corazón económico de la península, y en otras ciudades italianas, también se hicieron manifestaciones. Pero al parecer en todas se presentó siempre el mismo problema: no estaban autorizadas y no respetaban las normas de seguridad anticovid cuando la cantidad de contagios está aumentando en Italia y seguirá creciendo según las previsiones de los expertos, ahora que se acerca el invierno. “No ponerse la mascarilla durante una manifestación y no respetar la distancia de seguridad entre las personas, como han hecho en Milán y en Roma, es una actitud de desprecio hacia todas las víctimas del coronavirus”, comentó la ex presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Boldrini.

La tumba de Mussolini

En Predappio, la ciudad donde nació Mussolini y donde está enterrado, se prevén manifestaciones contrarias, de filofascistas y de antifascistas del ANPI (Asociación Nacional de Partisanos de Italia). Algunas el 28 otras el 30 de octubre. El ANPI de Predappio celebró el viernes 28 el día la liberación de la ciudad del fascismo, el 28 de octubre de 1944, algunos meses antes de concluir la Segunda Guerra Mundial.

La marcha de los filofascistas, a los que muchos llaman los “nostálgicos” llegó en Predappio hasta el cementerio de San Cassiano donde está la cripta de la familia Mussolini. Según Domenico Morosini, responsable del Museo de los Recuerdos que está en la Villa Carpena de San Martino in Strada (siempre región de Lombardia como Milán), la casa donde vivió el dictador, estarían presentes entre 3.000 y 5.000 personas, de toda Italia pero también extranjeros.

En Predappio hay varios negocios que venden recuerdos mussolinianos. Bustos de Mussolini, camperas de algodón, gorras, llaveros, siempre por supuesto con símbolos del fascismo. Hasta hay botellas de un vino local con las etiquetas negras y la imagen del Duce, como lo llamaban a Mussolini. Pero esos negocios cerraron sus puertas a un cierto punto del día ante la manifestación del ANPI.

Mientras tanto la fila para poder visitar la tumba de Mussolini se hacía cada vez más larga y no faltaron quienes llevaban camisas negras. “Camisas negras” era el modo en el que se llamaba a los fascistas que siempre vestían de negro. Y los que esperaban en la fila no eran sólo italianos sino también franceses, alemanes y españoles, posiblemente franquistas dado que Franco tenía muchos puntos en común con Mussolini.

Otras ciudades

En otras ciudades como La Spezia, los filofascistas hicieron pintadas en varios muros de la ciudad, como demostraron algunas fotos de las cámaras de seguridad de la zona. Mientras en Roma, precisamente en un puente que está frente al Coliseo, tanto fascistas como antifascistas colgaron sus carteles. Los antifascistas habían escrito: “28-X-2022, sabemos como terminará” con la foto de Mussolini puesta patas para arriba. En el cartel de los filofascistas la imagen del Duce estaba correctamente colocada y acompañada de la frase: “100 años después, la marcha continúa” con el emblema del Movimiento Nacional, un grupo de extrema derecha.

En la Universidad La Sapienza de Roma los estudiantes ocuparon los edificios desde ayer y fueron reprimidos con una cierta violencia de parte de la policía. Pero ellos insistieron en decir que sus manifestaciones repartirán desde el 4 de noviembre porque quieren una universidad antifascista, anticapitalista, ecologista y antiracista entre otras cosas.

En Perugia (centro de Italia) los partisanos del Anpi se reunieron para recordar lo que esa marcha, que partió de esa ciudad, produjo al país. “Quien olvida es cómplice. Estamos acá después de cien años, para decir que hay que prestar atención y no ser indiferentes”, dijeron.