Los estadounidenses votaron este martes en las primeras elecciones nacionales durante la presidencia de Joe Biden, con el control del Congreso en juego y un ojo puesto en los comicios generales de 2024 por una probable candidatura presidencial de Donald Trump. Las autoridades dijeron que habrá que esperar horas o quizás días para conocer los resultados finales, pero los sondeos indican que los republicanos ganarían entre 10 y 25 escaños de la Cámara de Representantes, más de las cinco que necesitan para pasar a controlarla. En el Senado la contienda es más pareja: los demócratas tienen allí una mayoría técnica de un solo voto. Los republicanos aspiran a tomar también su control, que se definirá en un puñado de estados en los que se disputan las carreras más competitivas.

Las primeras proyecciones de la noche no mostraban cambios significativos en las bancadas demócratas y republicanas, al registrarse varias reelecciones entre los senadores, según los principales medios estadounidenses. Sin embargo, de acuerdo a esos mismos sondeos tres republicanos se hicieron con la victoria en distritos de Florida que al día de hoy eran representados por legisladores demócratas. El gobierno de más de una treintena de estados también estaba en juego junto a decenas de referendos sobre temas como el derecho al aborto o la legalización de la marihuana.

Cifras dentro de lo esperado

Los primeros resultados de la jornada electoral se saldaron sin sorpresas. En Carolina del Sur, uno de los estados más conservadores del país, el senador republicano Tim Scott, el único republicano negro en la Cámara, fue reelegido según las proyecciones de los principales medios del país. Por su parte en Vermont, uno de los fortines del partido demócrata, Peter Welch derrotó por un amplio margen al aspirante republicano y sucederá así a partir de enero al veterano senador Patrick Leahy.

En uno de los resultados más esperados de la noche, el senador republicano Marco Rubio resultó electo para un tercer mandato de acuerdo a las proyecciones de CNN. En tanto la republicana Katie Britt ganaba la carrera por el Senado de Alabama, en la primera vez que este estado sureño elige a una mujer para el cargo. 

En otro de los resultados destacados, el demócrata Maxwell Frost se quedaba con una banca en el Congreso de Florida, según proyecciones de CNN, convirtiéndose en el primer miembro de la Generación Z (nacidos después de 1996) en resultar electo para esa cámara. Además la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez resultaba reelecta en el distrito 14 del Congreso de Nueva York.

Por otra parte la demócrata Maura Healey ganó la carrera por el estado de Massachusetts, convirtiéndose en la primera gobernadora abiertamente lesbiana del país. Mientras tanto el gobernador Ron DeSantis, líder republicano de Florida que cobró notoriedad durante la pandemia de covid-19, se imponía por casi 15 puntos al demócrata Charlie Crist.

El contundente triunfo de DeSantis apuntala su futura candidatura a la Casa Blanca, tal como vaticinan algunos medios. De hacerlo, entraría en competencia con el expresidente Donald Trump, que se prevé anuncie la próxima semana de manera formal que se lanzará a la carrera presidencial en 2024.

Expectativa por los duelos cruciales

Concretamente estas elecciones intermedias se jugaron en un puñado de estados clave, los mismos que en las presidenciales de 2020. Todos los focos están puestos en Pensilvania, antiguo bastión de la industria siderúrgica, donde el millonario cirujano republicano Mehmet Oz, apoyado por Donald Trump, se enfrenta al exalcalde demócrata de una pequeña localidad, John Fetterman, por el puesto más disputado del Senado. De este escaño depende muy posiblemente el equilibrio de poderes de la Cámara Alta, lo que equivale a un poder inmenso.

Como en 2020, Georgia también acapara la atención. El demócrata Raphael Warnock, el primer senador negro elegido en este estado sureño con un fuerte pasado segregacionista, intenta ser reelegido frente a Herschel Walker, un exdeportista afroestadounidense, respaldado por el expresidente. Arizona, Ohio, Nevada, Wisconsin y Carolina del Norte también son escenario de luchas entre los demócratas y los candidatos de Trump, que juran lealtad absoluta al antiguo inquilino de la Casa Blanca.

La Cámara de Representantes, actualmente en manos demócratas, podría caer del lado republicano si los conservadores logran repetir lo conseguido en Florida, donde se quedaron con tres bancas en manos progresistas, en otros estados a lo largo y ancho del país. Para hacerse con el control de la Cámara Baja, los republicanos necesitan una ganancia neta de cinco escaños, es decir, sumar dos más a los logrados en Florida y que ninguno de sus actuales congresistas pierda contra el rival demócrata en su respectivo distrito.

En el Senado, al cierre de esta edición, ningún partido conseguía arrebatarle un escaño al partido rival, aunque poco más de tres horas después del cierre de los primeros centros electorales, ninguna de las contiendas más reñidas tenía un ganador

Descontento con Biden... y Trump

Estos comicios coronan una campaña que avivó la fuerte división política de Estados Unidos y agitó fantasmas sobre su compromiso con un futuro democrático, en medio de una alarmante desconfianza en la fiabilidad del sistema electoral, de parte de sectores republicanos que responden a Trump. Una espiral inflacionaria, una ola de desinformación y graves hechos de violencia política, incluyendo un ataque al marido de la líder demócrata del Congreso, Nancy Pelosi, dentro de su propia casa, completan un ambiente social de creciente crispación.

En sus últimos actos de campaña, Biden llamó a defender la democracia, mientras que el expresidente Trump prometió un gran anuncio la semana que viene, aumentando la expectativa de que intente volver a la Casa Blanca en dos años. El exmandatario auguró este martes una "gran noche" para los republicanos, luego de votar en el sureño estado de Florida, donde confesó que se inclinó por la reelección de su correligionario y candidato a gobernador, Ron DeSantis.

Más de 45 millones de estadounidenses votaron por anticipado en estas elecciones de mitad de mandato, entre ellos Biden, quien sufragó a finales de octubre junto a una de sus nietas en su bastión de Wilmington, en el norteño estado de Delaware. La votación por anticipado superó el ritmo de los comicios de 2018 en todos los estados en los que hay datos disponibles. Sin embargo, todavía es demasiado pronto para saber si la participación general alcanzará los niveles de entonces, ya que los patrones de votación pueden haber cambiado en los últimos años.

Un gran sondeo a boca de urna mostró que los estadounidenses votaron este martes para renovar el Congreso con un alto nivel de preocupación sobre el presente del país y un descontento con la gestión de Biden, sobre todo por la inflación. Las opiniones del electorado sobre la economía fueron en gran parte pesimistas. Solo alrededor de una cuarta parte dijo ver positivamente de la condición actual de la economía, aproximadamente tres cuartas partes la vieron negativamente y alrededor de cuatro de cada diez dijeron que era francamente pobre. 

Con todo, el sondeo realizado por la consultora Edison Research reflejó que la opinión que se tiene de Trump es peor que la que se tiene de Biden. La aprobación de la gestión de Biden rondó el 45 por ciento, mientras que solo un 37 por ciento de los encuestados expresó una opinión favorable sobre Trump. Históricamente estas elecciones de medio término favorecen al partido que está en la oposición, pero en esta ocasión pueden influir fuertemente en las aspiraciones del líder demócrata y el magnate republicano de cara a 2024.