Poco antes de partir a Francia e Indonesia, el presidente Alberto Fernández firmó el decreto por el que se otorga el bono para indigentes o refuerzo alimentario para adultos sin ingresos. Según el texto, los beneficiarios son aquellos que se inscribieron en la Anses, cumplieron los requisitos, y recibirán 45 mil pesos que se pagarán en dos cuotas de 22.500 pesos cada una para enfrentar la descontrolada inflación. Mientras tanto, el gobierno sigue sin definir qué hará para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores registrados. Bono o suma fija son las opciones que dan vuelta. El triunviro de la CGT, Pablo Moyano, le dijo durante una entrevista a Página/12, que la definición podría surgir una vez que se apruebe el Presupuesto 2023. Eso va a suceder el próximo miércoles 16 de noviembre. Un día más tarde tanto el Presidente como el ministro de Economía, Sergio Massa regresarán del extranjero con la cuenta regresiva ya desarrollándose.

El decreto lleva, además de la firma del Presidente, las de Massa, el jefe de Gabinete Juan Manzur, la ministra de Trabajo Kelly Olmos y la de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Según el decreto las dos cuotas corresponden al mes en curso, noviembre, y diciembre. Los fondos surgen del Fondo de Incremento Exportador que se creó justamente para aplicar una "prestación monetaria extraordinaria no contributiva y de alcance nacional que asegure una adecuada alimentación para las personas en situación de extrema vulnerabilidad".

En un principio, el bono --que se nutre del fondo que se formó a partir de lo recaudado por el dólar soja-- se había anunciado en septiembre, se pensaba aplicar en octubre, se calculaba que sería de 50 mil pesos, pero todo se demoró. El decreto salió sobre el final de la tarde de hoy y la mora hace prever que lo mismo sucederá con el apoyo económico para los trabajadores registrados, públicos y privados.

Bono o suma fija

Por su declaraciones, Alberto Fernández parece estar más inclinado por el bono tal como lo impulsan los triunviros de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña. Lo dijo en una entrevista radial el domingo pasado. Allí dijo que consideraba que la suma fija sería injusta porque al definir la línea de corte siempre habría perjudicados. Una afirmación que parece haber olvidado los incrementos salariales que acompañó con su firma en 2003 y 2004 cuando el presidente era Néstor Kirchner y él ocupaba la Jefatura de Gabinete.

Lo que hizo Kirchner tuvo como antecedente los aumentos que había realizado Eduardo Duhalde. En 2004 lo que Kirchner hizo fue incrementar esos aumentos pero sobre todo les otorgó el carácter de remunerativos. En esa entrevista radial, Fernández dejó entrever que prefiere el bono que, a la sazón, es por única vez y así evitará malquistar a los empresarios.   

Los que promueven un aumento de suma fija en la CGT son los gremios que acompañan al triunviro Pablo Moyano, nucleados en el Frente Sindical para el Modelo Nacional y la Corriente Federal de los Trabajadores que lidera el bancario Sergio Palazzo. La CTA de los Trabajadores, que conduce Hugo Yasky, y la CTA Autónoma, que lidera Hugo "Cachorro" Godoy, tienen la misma postura y éstos así se lo expresaron a la ministra de Trabajo.

Olmos realizó una serie de reuniones con las centrales obreras. Escuchó las posiciones y se cuidó de emitir cualquier opinión. Solo les dijo a los dirigentes sindicales que en pocos días más los invitará a participar de la reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. 

Para los gremios, no importa en qué sector estén enrolados, el tiempo para una definición es cada vez menor. Gordos e Independientes siguen pujando por el bono. Los otros sectores insisten con la suma fija como una herramienta complementaria a las paritarias y, sobre todo, permanece en el tiempo para aliviar la crisis de ingresos de los trabajadores. El problema es que en la Casa Rosada no terminan de tomar una decisión.