El secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, José Ignacio De Mendiguren, consideró que la falta de dólares, las tasas de interés y la inflación son los tres principales problemas que enfrenta la economía en general y las pymes en particular. Fue durante la primera jornada del Tercer Congreso Industrial del Consenso Nacional del Trabajo y la Producción.

Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), destacó la necesidad de un trabajo conjunto de las pymes, el Estado y el movimiento sindical "para construir una economía fuerte con salarios dignos", al dejar inaugurado el congreso. 

Uno de los expositores en la jornada inicial fue el director general de la Aduana, Guillermo Michel, quien anunció que las Pymes podrán traer repuestos por 3 mil dólares en hasta 5 embarcaciones por año en el marco del Régimen Courier. La medida amplía el margen en un 200 por ciento, ya que actualmente sólo se permitía el uso de ese canal por hasta 1000 millones de dólares. 

Michel explicó que este tipo de decisiones en beneficio de las Pymes se pueden tomar debido al control que se va logrando sobre el comercio exterior. “Las irregularidades en la sobrefacturación de importaciones y la no liquidación de divisas de las exportaciones generan pérdidas enormes y las estamos combatiendo”, indicó el funcionario.

Rosato compartió la apertura del evento con el secretario general de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE), Carlos Minucci. El dirigente empresarial remarcó que dos de las preocupaciones que cruzarán el evento son el problema del desempleo y la informalidad y cómo construir herramientas para superarlos.

A su turno, De Mendiguren, tras enumerar los tres problemas que más aquejan a la actividad productiva, destacó que el gobierno en plena crisis de la pandemia decidió “no dejar que se caiga la industria, se dio la moratoria, planchó la tarifas y se pagaron los sueldos, lo que generó un costo pero permitió sobrevivir y crecer el año pasado 10,5 por ciento y este año más o menos un 6 por ciento”.

El secretario de industria remarcó que es el segundo año que el país genera dólares, por lo que pese a las dificultades, si se pasó lo peor, se puede ser optimista en relación al futuro.

“Hace tres meses se vaticinaban las peores fatalidades, devaluaciones bruscas pero se hizo el esfuerzo y se estabilizó pero no como fin en sí mismo sino para premiar a la producción”. Admitió que “no nos gusta tener distintos tipos de cambio. En crisis hay transiciones camino a normalizar. Hay que acabar con el modelo de venderle al mundo lo que vale poco y comprarle lo que vale mucho”, explicó.

De Mendiguren puso en cifras lo que significa la primarización al señalar que “se exporta por 400 dólares la tonelada y se importa por 1.600 por la tonelada. Esa es la base de la restricción externa”.

“Ni la devaluación ni el endeudamiento es el camino. El crédito sirve si es inversión, si es para cambiar el modelo. Industrializar. Si no, no sirve”, agregó.

El secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Ricardo Pignanelli, pidió “fortalecer la ingeniería en el sistema de producción automotriz” frente a la llegada de los cambios tecnológicos, al exponer en el  Congreso Industrial del Trabajo y la Producción.

“La cuarta y la quinta revolución industrial están llegando y nosvamos a tener que adaptar rápido. O usamos la unidad de concepción entre Estado, empresario y gremios o no vamos a salir de esta coyuntura”, enfatizó el sindicalista.

“Tenemos la mano de obra que necesitamos para el desarrollo. Esa calidad no la podemos perder. Perdimos en ingeniería por la década del 90, que desmontaron la ingeniería en el país y todos emigraron a Canadá y México porque acá no tenían trabajo”, completó.

Por su parte, Enrique Ruffo, industrial pyme y miembro de IPA, destacó la “transcendencia” que tiene la industria automotriz en la Argentina: “Doce terminales, 460 autopartistas directos, mil concesionarios, y más de 25 mil talleres” que generan mano de obra directa.